La autotoma de muestras en faringe y recto tendría una elevada precisión diagnóstica en el cribado de ITS bacterianas

Jordi Piqué
Ver otras noticias

Esta técnica ofrecería resultados equivalentes a los obtenidos cuando las muestras son tomadas por los profesionales de la salud y supondría un importante ahorro para el sistema sanitario

Un estudio británico ha hallado que la autotoma de muestras en la faringe y el recto para el cribado  de infecciones de transmisión sexual (ITS) es tan precisa como la toma de muestras realizada por el personal sanitario y supone, potencialmente, un importante ahorro para el sistema sanitario, sobre todo si se realiza en el domicilio. Los hallazgos de este estudio se han publicado en la edición online de la revista Clinical Infectious Diseases.

La clamidia y la gonorrea son las dos ITS bacterianas más frecuentes en el mundo. Ambas pueden cursar de manera asintomática y podrían provocar secuelas graves si no se tratan. Además de la infección urogenital, ambas ITS pueden afectar al recto y la faringe (infecciones extragenitales) sin provocar síntomas. La infección puede establecerse en una sola localización o en ambas a la vez (urogenital y/o extragenital).  Muchas infecciones podrían pasar desapercibidas a menos que se tomen muestras en todas las localizaciones anatómicas posibles.

Muchos programas comunitarios de detección de las ITS no incluyen la toma de muestras extragenitales ya que tradicionalmente los profesionales sanitarios se han encargado de ello; sin embargo, la mayoría de infecciones por clamidia y gonorrea en hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) son extragenitales. Identificar y tratar las infecciones extragenitales es importante para prevenir sus complicaciones y podría contribuir a mejorar el control de la gonorrea y la clamidia.

La mayoría de guía clínicas sugieren que el cribado extragenital de ambas ITS en hombres GBHSH y mujeres debe basarse en la información propocionada por la propia persona acerca de sus prácticas sexuales (en concreto, si el usuario practica sexo anal receptivo y/o si realiza sexo oral a otras personas). Sin embargo, muchos expertos recomiendan el cribado extragenital universal ya que se están registrando tasas elevadas de infecciones extragenitales en personas que comunican no practicar sexo oral y anal.

La autotoma de muestras permite realizar el cribado de ITS fuera de los dispositivos sanitarios y es el método preferido por muchas personas. El uso de kits para la autotoma de muestras permitiría ampliar el cribado de las ITS extragenitales en los dispositivos comunitarios. Además, podría servir para que las propias personas pudiesen realizarse la autotoma en el hogar a través del envío por correo postal del kit y la devolución de las muestras también por correo, tal como se viene haciendo en España con la prueba de detección del VIH –y próximamente del VHC en Cataluña– a través del estudio Téstate liderado por el Centro de Estudios Epidemiológicos sobre las Infecciones de Transmisión Sexual y el Sida de Cataluña (CEEISCAT) (véase La Noticia del Día 11/12/2019).

No obstante, existe una escasa evidencia sobre la precisión diagnóstica de la autotoma de muestras. Para tratar de corregir esta importante laguna, el equipo de investigadores puso en marcha el primer gran estudio prospectivo en el que se comparó la exactitud diagnóstica de las muestras tomadas por profesionales sanitarios con la autotoma de muestras para detectar  la clamidia y la gonorrea en la faringe y el recto.

El estudio inscribió a 1.793 participantes (1.284 mujeres y 509 hombres GBHSH), que recibieron atención en el Centro de Salud Sexual de Leeds entre 2015 y 2016. Las mujeres tenían una edad media de 23 años. Poco más de un tercio (38%) tenían síntomas que sugerían una posible ITS genital. Casi todas tenían antecedentes de práctica de sexo vaginal, el 96% había practicado sexo oral y el 46% había recibido sexo anal. Por su parte, los hombres GBHSH tenían una edad media de 29 años y el 13% tenía síntomas que indicaban una posible ITS uretral. La gran mayoría (90%) tenía un historial de práctica de sexo anal receptivo y sexo oral.

Un profesional sanitario tomó muestras en tres localizaciones anatómicas de los participantes –genitales, recto y faringe–. Después, los participantes se tomaron una automuestra en las mismas localizaciones. Para eliminar sesgos, el personal de laboratorio que analizaba las muestras no sabía si las muestras habían sido recogidas por el personal sanitario o por la propia persona. Se realizaron pruebas rigurosas para ayudar a reducir el riesgo de falsos positivos.

No se observaron diferencias significativas en cuanto a la precisión del diagnóstico entre las muestras tomadas por los profesionales de la salud y las autotomas de los pacientes. En el caso de la gonorrea rectal, las tasas de detección fueron del 93% y el 98% para las muestras del médico y las autotomas de los pacientes, respectivamente. Las tasas correspondientes a la clamidia rectal fueron del 96% y el 97%, de forma respectiva. Las muestras para las infecciones de garganta también tuvieron una precisión comparable: las muestra tomadas por los profesionales sanitarios detectaron con precisión el 93% de las infecciones por gonorrea y el 92% de las infecciones por clamidia, siendo las tasas de detección mediante la autotoma del 96% y el 94%, respectivamente.

Los investigadores también hallaron que un gran número de infecciones por clamidia y gonorrea en la faringe y el recto no hubiesen sido diagnosticadas de haberse guiado por la información proporcionada por los propios pacientes sobre sus prácticas sexuales.

En las mujeres, el 9% de las infecciones por gonorrea y el 13% de las de clamidia se registraron en pacientes que no tenían una infección genital, siendo mayor la prevalencia de clamidia rectal que la de clamidia genital (17% frente a 16%). Los hombres GBHSH eran incluso más propensos a tener infecciones en el recto o la faringe que en la uretra; dos tercios de los diagnósticos de gonorrea y el 71% de los casos de clamidia se dieron en hombres que no tenían una infección uretral.

Los investigadores señalan que la gonorrea faríngea puede transmitirse al recto en los hombres GBHSH a través de la saliva que se usa como lubricante para la práctica de sexo anal. La prevalencia registrada de gonorrea faríngea y rectal en los hombres GBHSH fue idéntica (6,7%), mientras que la prevalencia uretral fue menor (3,3%), lo que apoya la hipótesis de la transmisión ororrectal.

La autotoma de muestras precisó un poco más de tiempo (un promedio de cuatro minutos) que la muestra tomada por los profesionales sanitarios (tres minutos), pero supuso un ahorro económico mayor al no tener que precisar personal médico para su ejecución. El ahorro sería incluso mayor si se realizara una autotoma de muestra en casa.

Los investigadores concluyen considerando que sus hallazgos tienen importantes implicaciones para los artícifices y responsables de políticas y servicios relacionados con las ITS, ya que evidencian que la autotoma de muestras para la detección de ITS en la faringe y el recto tiene una elevada precisión diagnóstica. Además, sus hallazgos apoyarían el cribado universal de la clamidia y la gonorrea urogenital y extragenital en mujeres y hombres GBHSH.

Fuente:
Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencias: Wilson JD et al. Swab-yourself trial with economic monitoring and testing for infections collectively (SYSTEMATIC): Part 1. A diagnostic accuracy and cost-effectiveness, study comparing clinician-taken versus self-taken rectal and pharyngeal samples for the diagnosis of gonorrhoea and chlamydia. Clinical Infectious Diseases, published online ahead of print 2 September 2020. doi.org/10.1093/cid/ciaa1266

Redes sociales

¿No quieres perderte nada?
Síguenos en todas las redes

Gilead
Janssen
MSD
ViiV
Gilead
Janssen
MSD
ViiV Healthcare
Abbvie
Abbvie
Abbvie
Abbvie
Gilead
MSD