EE UU aún está lejos de alcanzar el objetivo de que el VHC no sea amenaza para la salud pública en 2030

Jordi Piqué
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Apenas una tercera parte de las personas con hepatitis C de EE UU han podido curarse entre 2013 y 2022, por lo que es preciso mejorar el acceso a los servicios de diagnóstico, tratamiento y prevención

Aunque los fármacos actuales frente al virus de la hepatitis C (VHC) –es decir, los antivirales de acción directa (AAD)– son altamente eficaces para conseguir la curación de la infección, apenas un tercio de las personas con el VHC han sido tratadas con éxito en EE UU, lo que dificulta los esfuerzos por erradicar esta infección. Estos porcentajes son aún peores en el caso de las personas jóvenes y las que no disponen de seguro médico, según las conclusiones de un estudio realizado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés), cuyos resultados se ha publicado en la revista Morbidity and Mortality Weekly Report.

Se estima que más de dos millones de personas en EE UU tienen hepatitis C. Con el tiempo, si no se trata, la infección crónica por el VHC puede provocar la aparición de fibrosis hepática, cirrosis, cáncer de hígado o hacer necesario un trasplante de hígado. El tratamiento basado en los modernos AAD –incluidos sofosbuvir/velpatasvir (Epclusa®) y glecaprevir/pibrentasvir (Mavyret®)– permite curar a más del 95% de las personas con hepatitis C en dos o tres meses. Sin embargo, sigue estando fuera del alcance de muchas personas. Por este motivo, cada año decenas de miles de estadounidenses con hepatitis C desarrollan cáncer de hígado, sufren insuficiencia hepática o mueren por no poder acceder a esta medicación. El hecho de que haya personas que vivan sabiendo que existe una cura para su enfermedad potencialmente mortal, pero fuera de su alcance, es una circunstancia que las autoridades sanitarias estadounidenses no pueden permitir.

El Plan Estratégico Nacional frente a las Hepatitis Víricas de EE UU (conocido como Hepatitis Plan) ha hecho un llamamiento para que al menos el 80% de las personas con hepatitis C de este país estén curadas en 2030 (véase La Noticia del Día 03/09/2020). Para evaluar el progreso hacia este objetivo, un equipo de investigadores estadounidense realizó un estudio en el que se analizó la cascada de eliminación del VHC utilizando los datos de pacientes residentes en 50 Estados y el Distrito de Columbia (EE UU) que se hicieron la prueba de cribado de la hepatitis C en un gran laboratorio comercial de ámbito nacional. Los datos se recogieron entre 2013 (año de aprobación del primer antiviral de acción directa frente al VHC) y 2022.

Se identificó a un total de 1.719.493 personas que se habían infectado alguna vez por hepatitis C. La mayoría (88%) se realizó pruebas de seguimiento del ARN del VHC, revelándose que 1.042.082 personas (69%) tenían una infección activa inicial con una carga viral detectable del virus hepático. Dentro de este grupo, el 34% se consideró curado, tras haber eliminado el virus de forma natural o haber sido tratado con éxito con AAD frente al VHC, una tasa sorprendentemente reducida. De ellos, el 7% experimentó con posterioridad un rebote viral y se consideró que tenía una infección persistente por el VHC o una reinfección.

Sin embargo, la probabilidad de ser diagnosticado, tratado y curado de una infección por el VHC variaba mucho en función de la edad y la situación del seguro médico de la persona. Entre las personas que alguna vez tuvieron el VHC, el 60% eran hombres, el 29% tenían entre 20 y 39 años, el 43%, entre 40 y 59 años y el 27%, 60 años o más. Estas cifras demuestran que la hepatitis C no es un problema que afecte principalmente a las personas nacidas en el baby boom (todas las personas de EE UU y el mundo anglosajón nacidas entre los años de 1946 y 1964). Las personas de 20 a 29 años eran las menos proclives a curarse de una infección por hepatitis C (24%) y las de 60 años o más eran las más propensas a lograr una curación (42%). Por otra parte, las personas de 20 a 39 años tenían más probabilidades de sufrir una infección persistente o una reinfección después de curarse, lo que sugiere un riesgo continuo.

La mitad de las personas que alguna vez padecieron el VHC estaban cubiertas por un seguro médico privado, el 11% por Medicaid (aseguradora pública para personas con ingresos bajos) y el 8% por Medicare (aseguradora pública para personas mayores de 65 años o personas con alguna discapacidad). El 30% restante tenía cobertura de otros proveedores, pagaba por su cuenta, no estaba especificado o no tenía seguro. Las personas beneficiarias de Medicare fueron las que tuvieron más probabilidades a curarse (45%), seguidas de las que tenían un seguro privado (40%), las de Medicaid (31%) y aquellas que dependían de otros proveedores o no tenían seguro (23%). La tasa de curación fue de sólo el 16% entre los menores de 40 años con un seguro médico insuficiente.

Esta cascada nacional simplificada de eliminación del VHC identifica lagunas sustanciales en la curación de la hepatitis C casi una década después de que se dispusiera de tratamiento con AAD frente al VHC altamente eficaz. Los investigadores declaran que resulta esencial que se aborde el aumento del acceso a los servicios de diagnóstico, tratamiento y prevención de las personas con hepatitis C para evitar la progresión de la enfermedad y la transmisión continua y alcanzar los objetivos nacionales de eliminación del VHC.

Entre las limitaciones del estudio cabe reseñar que los resultados se basaron en una población de personas que recibieron un resultado positivo en la prueba del VHC y no representan a todas las personas infectadas por el VHC. Además, los datos de un único laboratorio no son necesariamente representativos a nivel nacional.

Entre los obstáculos para el tratamiento de la hepatitis C se encuentran un cribado y un diagnóstico inadecuados (como el engorroso proceso en dos pasos de las pruebas de anticuerpos y ARN del VHC), el elevado coste de los medicamentos y las políticas restrictivas de cobertura del tratamiento. Aunque existe un remedio para una enfermedad infecciosa grave como la hepatitis C, las personas que se han tomado el tiempo necesario para hacerse las pruebas de cribado y saben que tienen el VHC no se están curando. La gran mayoría de estas personas tienen cobertura sanitaria, pero los proveedores, como las aseguradoras privadas, los programas estatales de Medicaid y Medicare, están levantando barreras al acceso de los pacientes al no cubrir los medicamentos, exigir engorrosas autorizaciones previas o imponer una elevada participación en los costes de los pacientes.

Además, la falta de concienciación sobre la eficacia y tolerabilidad del tratamiento moderno con AAD frente al VHC también puede ser una barrera para algunas personas. Indican los investigadores que, si el gobierno federal se toma en serio la erradicación de la hepatitis C, deberá asumir el liderazgo, especialmente en [los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid], y abordar estas barreras de los seguros.

Para lograr la eliminación, el Programa Nacional de Eliminación de la Hepatitis C de la Casa Blanca ha solicitado 11.000 millones de dólares de financiación para aumentar las pruebas de cribado y el tratamiento del VHC. La administración pretende abaratar el coste comprando una gran cantidad de medicamentos a un precio negociado. Los fármacos entonces estarían disponibles de forma gratuita, por ejemplo, para personas privadas de libertad, las que no poseen seguro médico y las que son atendidas por los servicios sanitarios de los nativos americanos. Realizar esta inversión ahora podría salvar no sólo decenas de miles de vidas, sino también ahorrar miles de millones de dólares en las próximas dos décadas, ya que una terapia con AAD frente al VHC a tiempo reduce la necesidad de tratar el cáncer de hígado y la insuficiencia hepática.

Como conclusión, los investigadores señalan que se necesita mejorar el acceso a los servicios de diagnóstico, tratamiento y prevención para las personas con hepatitis C o en riesgo de adquirirla, con el fin de prevenir la progresión de la enfermedad y la transmisión en curso, así como para alcanzar los objetivos nacionales de eliminación de la hepatitis C. Para superar estos obstáculos es necesario implementar las recomendaciones de cribado universal de la hepatitis C, incluidas las pruebas de detección de ARN del VHC para todas las personas con resultados positivos en la prueba de anticuerpos del virus hepático, proporcionar tratamiento a todas las personas con independencia del proveedor y ofrecer servicios de prevención a las personas en riesgo de adquirir una nueva infección por el VHC.

Fuente: POZ / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Wester C, Osinubi A, Kaufman HW, et al. Hepatitis C Virus Clearance Cascade — United States, 2013–2022. MMWR Morb Mortal Wkly Rep 2023; 72: 716–720. DOI: http://dx.doi.org/10.15585/mmwr.mm7226a3

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