Transmisión de la hepatitis C en usuarios de drogas inyectables

Francesc Martínez
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El agua, los filtros y los recipientes utilizados en la preparación de las dosis podrían desempeñar un papel importante

Según un estudio alemán publicado en la edición digital de Journal of Infectious Diseases, la transmisión del virus de la hepatitis C (VHC) entre usuarios de drogas inyectables no estaría únicamente asociada con compartir jeringuillas, sino que también estaría relacionada con el uso compartido de agua, filtros y otros materiales empleados en la manipulación de este tipo de drogas.

Dado que el VHC se transmite por vía sanguínea, compartir material de inyección constituye uno de los factores de riesgo más importantes. Así, se calcula que alrededor del 60% de las nuevas infecciones por VHC tienen lugar en usuarios de drogas intravenosas.

La transmisión entre usuarios de drogas inyectables se ha relacionado, mayoritariamente, con el hecho de compartir jeringuillas. Sin embargo, el virus puede estar presente en todo el material reutilizado para la preparación de las drogas inyectables, hecho que explicaría que las tasas de transmisión en este colectivo sigan siendo muy elevadas, a pesar de los programas de intercambio de jeringuillas.

Sobre la base de todos estos datos, los autores del presente estudio diseñaron una serie de ensayos in vitro para comprobar la persistencia del VHC en el agua (usada para disolver las drogas), los filtros y los recipientes empleados para contener el agua.

Los investigadores contaminaron 100mL de agua envasada con VHC y la incubaron a temperatura ambiente. Se utilizaron diversos volúmenes de la dilución de virus, comprendidos entre 1,5 y 500 μL.

Con la dosis más elevada (500 µL), la capacidad infectiva del virus de la hepatitis C se redujo diez veces tras diez días de incubación, aunque se siguió presentando infectividad hasta, como mínimo, 21 días de incubación. Esto demostraría que el VHC tendría capacidad infectiva estable en agua contaminada durante tres semanas y, posiblemente, durante más tiempo.

Con la dosis de 200 µL, la tasa de disminución de la infectividad fue similar a la observada con la otra dosis, pero, en este caso, a las tres semanas no se detectó capacidad infectiva (ya que la cantidad de virus de partida era menor).

En un segundo experimento se utilizó agua contaminada con VHC para llenar diversos tipos de recipientes (de aluminio, plástico y vidrio). Una vez vaciados y rellenados con agua no contaminada, los investigadores todavía hallaron cantidades significativas de VHC en el nuevo líquido, lo cual indicaría potencial infectividad.

Por último, se pusieron en contacto filtros de cigarrillo -usados con mucha frecuencia por los usuarios de drogas inyectables- con soluciones de agua contaminada con VHC. Los investigadores detectaron cantidades significativas de virus de la hepatitis C en los filtros hasta 48 horas después de la contaminación, lo cual pondría de manifiesto una posible vía de infección.

Los resultados de este estudio muestran la capacidad que materiales empleados por usuarios de drogas inyectables distintos a las jeringuillas tienen para, en el caso de ser reutilizados y compartidos, participar en la transmisión del VHC. Estas conclusiones deberían ser tenidas en cuenta por las autoridades sanitarias de cara a su inclusión en los programas de reducción de daños, tanto para informar como para facilitar no solo jeringuillas sino recipientes, filtros o agua para inyección en el marco de dichos programas.

Fuente: Aidsmap.
Referencia: Doerrbecker J, et al. Transmission of hepatitis C virus among people who inject drugs: viral stability and association with drug preparation equipment. J Infect Dis, online edition, 2012. 

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