La realización conjunta de pruebas de COVID-19 y de VIH podría ayudar a frenar la propagación de las dos infecciones

José Fley
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En el peor de los casos, debido a las múltiples interrupciones en los servicios de salud como consecuencia del coronavirus, las nuevas infecciones por el VIH podrían aumentar un 9%

Un grupo de investigadores de las principales universidades de EE UU, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC) y el Centro de Excelencia en VIH/sida de la Columbia Británica en Canadá ha analizado el impacto que ha tenido la actual pandemia del COVID-19 sobre la epidemia del VIH. Para ello han desarrollado un modelo informático capaz de reproducir diferentes escenarios en distintas ciudades clave estadounidenses donde las variables eran el grado de interrupción de los servicios de salud y los cambios en las conductas de riesgo. Entre sus resultados, destacan la posibilidad de realizar una campaña de promoción del cribado simultáneo del SARS-CoV-2 y del VIH ya que esta estrategia combinada podría evitar miles de nuevos casos. Los resultados han sido publicados en la revista Clinical Infectious Diseases.

Actualmente, en Estados Unidos se estima que alrededor del 14% de las personas con el VIH desconocen su estado serológico. Los investigadores consideran que la realización de la prueba diagnóstica sigue siendo necesaria para poder, no solo mejorar la calidad de vida de la personas que den positivo a la prueba , sino también para evitar nuevas infecciones. Debido a la pandemia mundial de COVID-19, múltiples sistemas de salud han visto interrumpida su atención médica. Esto ha supuesto que haya personas que no puedan acceder a servicios de prevención como la PrEP o a la misma realización de pruebas de detección del VIH y infecciones de transmisión sexual (VIH). Además, para evitar la transmisión del coronavirus, se han introdudido medidas drásticas que afectan al modo en que las personas nos relacionamos, como el autoaislamiento o el distanciamiento físico, que han aumentado la dificultad para llegar a poblaciones más vulnerables al VIH.

Para conocer distintas situaciones que varios escenarios pueden ofrecernos en un futuro, los investigadores calcularon las interrupciones de los servicios de salud y los cambios de comportamiento de riesgo que se podrían producir desde el 1 de marzo de 2020 hasta el 28 de febrero de 2021 en las ciudades de Atlanta, Baltimore, Los Ángeles, Miami, New York y Seattle. Recogieron varios datos en un estudio anterior donde el 66% de los adultos a los que se les ofrecieron la prueba de VIH aceptarían realizársela.

La simulación condujo a tres resultados principales posibles. En el primero, el “mejor escenario” que podría darse según los investigadores, se asumió que la interrupción provocada por la pandemia sería muy pequeña y que habría una reducción del 50% en en las conductas de riesgo sexual y de drogas inyectables. El resultado obtenido fue que, durante los próximos cinco años, las infecciones por el VIH se reducirían un 16,5% aproximadamente.

En el segundo caso, se mantenía un nivel de conductas de riesgo de VIH similar al nivel anterior a la aparición de la pandemia mientras que los servicios de salud verían reducur su prestación hasta el 50%. Este fue el “peor escenario posible” pues provocaría un aumento de las nuevas infeccioones por el VIH de un 9%.

Por último, en el tercer escenario incluyeron una nueva variable al modelo introduciendo una prueba conjunta de VIH y de SARS-CoV-2, el virus causante de la pandemia actual. Esta nueva estrategia, que sería costosa a corto, pero no a largo plazo, conseguiría reducir un 17% las nuevas infecciones por el VIH en cinco años. En este caso, la prueba debería ofrecerse al 90% de las personas y un 60% tendría que aceptar realizársela.

En sus conclusiones, los investigadores indicaron que, si las interrupciones de los servicios de salud duran más, o son mayores en un futuro, o que hubiese menos personas de las esperadas dispuestas a realizarse la prueba del VIH, el número de nuevas infecciones sería mayor en los siguientes años. Aun así, aclaran que es posible que las personas y los sistemas sanitarios puedan llegar a adaptarse de manera que las interrupciones cada vez sean menores.

El estudio destaca la propuesta de combinar las pruebas de COVID-19 y VIH ya que detendría más la propagación de ambos virus y de mejorar las condiciones de salud de las poblaciones afectadas. Sin embargo, también indican que no solo el VIH está viéndose afectado por esta pandemia. Es el caso de la hepatitis C donde hay informes que indican que actualmente se están haciendo menos pruebas y menos personas están accediendo al tratamiento.

Fuente: Catie / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencias: Zang X, Krebs E, Chen S, et al. The potential epidemiological impact of COVID-19 on the HIV/AIDS epidemic and the cost-effectiveness of linked, opt-out HIV testing: A modelling study in six U.S. cities. Clinical Infectious Diseases. 2020; in press.

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