Aumentar el cribado de la sífilis permite detectar más casos de sífilis latente precoz en hombres gais australianos

Juanse Hernández
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En hombres gais y otros HSH con el VIH, se observa una correlación entre la disminución de casos de sífilis secundaria, el aumento de la tasa de cribado y el incremento de la frecuencia del cribado

Según un estudio, cuyos resultados han sido publicados en la edición electrónica de la revista Clinical Infectious Diseases, aumentar el cribado de la sífilis en hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH) permite detectar más casos de sífilis latente precoz lo que, a su vez, contribuye a una disminución de los nuevos diagnósticos de sífilis secundaria. 

Existen varias etapas de infección por sífilis: sífilis primaria, sífilis secundaria, sífilis latente precoz, sífilis latente tardía y sífilis terciaria. Según los ECDC, la sífilis adquirida precoz es la contraída en el año previo, incluye la sífilis primaria, secundaria y latente precoz, y puede ser curada con una única dosis de penicilina. Pasado ese tiempo, se considera que es una sífilis adquirida tardía con infectividad muy reducida. La fase latente tardía suele ser asintomática aunque existe reactividad serológica. Entre un 30 y un 40% de las personas no tratadas pueden desarrollar sífilis terciaria que puede ser mucocutánea, ósea, cardiovascular o neurológica (neurosífilis), si bien esta última puede aparecer en cualquier período de la infección. Por consiguiente, la detección precoz de la sífilis resulta crucial para detener la progresión de la enfermedad. 

El Plan Nacional Australiano de Acción frente a la Sífilis en hombres gais lanzado en 2009 recomienda el cribado frecuente de la sífilis en hombres gais y otros HSH sin el VIH y el cribado de exclusión voluntaria (opt-out) como parte de la atención rutinaria de los hombres gais y otros HSH con el VIH. Las guías clínicas recomiendan que todos los hombres gais, bisexuales y otros HSH se realicen la prueba de la sífilis, como mínimo, una vez al año, aunque podría considerarse una frecuencia mayor en función del nivel de riesgo individual.

Un equipo de investigadores examinó las tasas de cribado de la sífilis y de nuevos diagnósticos en hombres gais y otros HSH con y sin el VIH. En concreto, querían observar si el aumento del cribado de la sífilis iba acompañado de un incremento de infecciones de sífilis detectadas en la fase latente tardía. Para ello se analizaron datos de 46 centros de atención de ITS y salud sexual repartidos por toda Australia que supusieron aproximadamente un total de 359.000 visitas a dichos centros de las cuales una tercera parte correspondieron a hombres con el VIH.

Los datos muestran que la tasa de cribado de la sífilis en hombres sin el VIH aumentó de un 48% en 2007 a un 91% en 2014 (p<0,001). La media de pruebas de sífilis realizadas también aumentó pasando de 1,3 a 1,6 pruebas (p<0,001) por cada paciente al año.

El aumento del cribado en esta población se acompañó de un incremento significativo de la proporción de casos de sífilis diagnosticados en la fase latente precoz de la infección pasando de un 27% en 2007 a un 44% en 2014 (p<0,001). A su vez, la proporción de casos de sífilis diagnosticados en la fase secundaria de la infección disminuyeron en el mismo período pasando de un 24% a un 19% (p=0,003). Se observó también un descenso en el número de casos de sífilis detectados en la fase primaria de la infección (de 49% en 2007 a 38% en 2014; p=0,017).

También se pudo observar un aumento de la tasa de cribado de la sífilis en hombres gais y otros HSH con el VIH como parte de su atención rutinaria –pasando de un 42 a un 77% (p<0,001) –. La media de pruebas de sífilis realizadas por cada paciente al año también aumentó pasando de 1,6 a 2,3 pruebas (p<0,001).

De nuevo, los esfuerzos por aumentar las tasas de cribado entre hombres gais y otros HSH con el VIH se tradujeron en un incremento significativo de la proporción de casos de sífilis diagnosticados en la fase latente precoz de la infección pasando de un 23% en 2007 a un 45% en 2014 (p<0,001). A su vez, la proporción de casos de sífilis diagnosticados en la fase secundaria de la infección disminuyeron en el mismo período pasando de un 45% a un 26% (p=0,003). La proporción de casos de sífilis diagnosticados en la fase primaria permaneció estable.

Entre los hombres gais y otro HSH con el VIH, se pudo observar claramente una correlación entre la disminución de casos de sífilis secundaria, el aumento de la tasa de cribado (p=0,005) y el incremento de la frecuencia del cribado (=0,001).

Las infecciones latentes precoces pueden, en la práctica, representar el diagnóstico de infecciones asintomáticas que preceden a la sífilis primaria, ocurren entre las etapas primaria y secundaria, o siguen a la sífilis secundaria. Los títulos (anticuerpos) frente a antígenos no específicos de treponema determinado a través de pruebas no treponémicas generalmente aumentan al comienzo de la infección y disminuyen con el tiempo incluso si la infección no se trata. No se obtuvieron determinaciones de títulos de todas las clínicas de la red que participaron en el estudio. Sin embargo, una de las clínicas más grandes de la red que sí realizó determinación de títulos durante un período similar halló que la mediana de títulos durante la sífilis latente precoz fue de 1:32, mientras que, durante la fase primaria, la determinación fue de 1:4 y, durante la fase secundaria, de 1:128. Según los investigadores, este hallazgo respalda su hipótesis de que una proporción sustancial de los casos de sífilis precoz detectados a través de la red podrían haber sido infecciones latentes anteriores a la fase secundaria. El tratamiento de estos casos evitaría la progresión a sífilis secundaria y su morbilidad asociada, lo que explicaría la disminución de los diagnósticos de sífilis secundaria.

En sus conclusiones, los autores señalan que su estudio es el primero en mostrar un aumento de la tasa cribado de la sífilis en hombres gais y otros HSH con o sin el VIH en toda Australia y que ese aumento se asocia con un incremento de la detección de los casos de sífilis latente precoz junto con un relativo descenso de los casos de sífilis secundaria. Esta estrategia proporciona indicios de que la promoción del cribado tiene el potencial de interrumpir la progresión de la sífilis y su capacidad infectiva dado que se cree que la sífilis secundaria es particularmente infecciosa.

Desde fines de los años noventa del siglo pasado, las tasas de sífilis han aumentado de forma alarmante entre hombres gais, bisexuales y otros HSH en las principales ciudades del mundo. Muchas de estas infecciones afectan a hombres gais y otros HSH con el VIH. En un editorial publicado en el mismo número de la revista, el Dr Jeffrey Klausner de la Universidad de California señala la indiferencia de las políticas de salud pública hacia las comunidades más afectadas por la sífilis. Por ello, pide que los especialistas en enfermedades infecciosas y los defensores de la salud pública presionen para que se destinen más recursos de salud pública a la prevención de esta infección: "Una respuesta renovada a la sífilis tiene que comenzar en alguna parte".

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Chow EPF, Callander D, Fairley CK  et al. Increased syphilis testing of men who have sex with men: greater detection of asymptomatic early syphilis and relative reduction in secondary syphilis. Clin Infect Dis, online edition, 2017.

Klausner JD et al. The evidence that increased syphilis testing controls syphilis is compelling: what is needed to act? Clin Infect Dis, online edition, 2017.

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