Nuevos descubrimientos acerca del posible uso del citomegalovirus como vector viral en vacunas contra el VIH

Miguel Vázquez
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En un estudio con macacos, se comprobó que su empleo permitía inducir una respuesta de CD8 más difícil de evadir por el virus de la inmunodeficiencia símica

Uno de los grandes retos que plantea el desarrollo de una vacuna eficaz contra el VIH es conseguir actuar sobre un virus que tiene una elevada capacidad para evadirse de las respuestas inmunitarias. Sin embargo, un equipo de investigadores del Instituto de Vacunas y Terapia Genética de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón (OHSU) afirma que la utilización del vector citomegalovirus (CMV) puede servir de ayuda para conseguir una vacuna contra el VIH eficaz, no solo de forma preventiva, sino quizá también de forma terapéutica, una vez se ha producido la infección. El estudio está publicado en la edición de 24 de mayo de la revista Science.

Los linfocitos-T CD8 son un componente muy importante del sistema inmunitario (véase ‘Entender las respuestas inmunitarias celulares‘ del VAX de abril de 2008) y, según indica el equipo de investigadores, su acción resulta vital en la respuesta frente a patógenos como el VIH, cuya característica fundamental es su facilidad para evadir la acción de los anticuerpos.

Este tipo de linfocitos actúan como centinelas en el organismo que detectan y destruyen las células infectadas, para lo cual reconocen la presencia de determinados péptidos virales en la superficie de dichas células. Normalmente, los CD8 solo responden frente a un número reducido de dichos péptidos, lo que constituye un problema para controlar un virus como el VIH, que es capaz de modificar esos compuestos moleculares con gran facilidad y eludir así aquellas respuestas celulares que no actúen sobre los pocos péptidos que el virus no puede cambiar sin comprometer su capacidad de infección. En la inmensa mayoría de infecciones por VIH, los pocos péptidos virales reconocidos por las células-T no suponen una vulnerabilidad grave para el virus.

En consecuencia, la estrategia adoptada por los científicos de OHSU fue intentar desarrollar una vacuna capaz de aumentar el número de péptidos virales reconocibles por las células-T, siguiendo el razonamiento de que el aumento del abanico de reconocimiento de los linfocitos permitiría a estas células responder de forma más eficaz frente al VIH.

El equipo de investigadores descubrió que el citomegalovirus, un virus habitual que está presente en un gran porcentaje de la población, podría ofrecer una vía para superar este problema. Los autores llevan tiempo estudiando este vector viral, que ya había demostrado ser capaz de inducir unas respuestas duraderas (véase La Noticia del Día 13/09/2013).

Los autores compararon el abanico de respuestas frente a los epítopos que presentaban los linfocitos CD8 de macacos rhesus tras una inoculación de una vacuna convencional contra el virus de la inmunodeficiencia símica (VIS), de otra basada en el vector citomegalovirus rhesus (RhCMV) y las que mostraban los CD8 de estos animales que ya tenían una infección por VIS.

Los vectores RhCMV/VIS consiguieron inducir una respuesta de CD8 específica del VIS que apenas mostró actividad frente a los epítopos que sí eran abordados por los CD8 de los animales que tenían VIS o que habían recibido una vacunación convencional contra este virus. En su lugar, estos linfocitos reconocieron otros epítopos distintos, y esta respuesta se caracterizó por su extraordinaria amplitud, muy superior a la observada en la vacunación convencional. Las células-T específicas del virus de la inmunodeficiencia símica generadas con la vacuna basada en el RhCMV fueron capaces de reconocer hasta tres veces más péptidos del VIS que las células T generadas mediante otras vacunas o la exposición al propio VIS.

También se comprobó que la expresión genética del citomegalovirus tuvo influencia en la especificidad de la respuesta de estas células CD8 y, por ejemplo, se evidenció que la inducción de linfocitos CD8 con respuestas específicas frente a epítopos habituales del VIS se vio suprimida por la expresión de un gen del CMV (el denominado Rh189/US11).

Estos resultados sugieren que el proceso de reconocimiento empleado por las células-T CD8 es más flexible de lo que se pensaba, y que la restricción en los perfiles de reconocimiento de epítopos de las respuestas celulares convencionales podría no deberse a limitaciones intrínsecas en el procesado o presentación del antígeno ni del repertorio de receptores de los linfocitos CD8, sino a otros procesos distintos sobre los que podrían actuar los genes del CMV. Así, la capacidad de modificar genéticamente el citomegalovirus para que induzca unas respuestas de CD8 distintas abre la posibilidad de lograr una vacuna basada en ese virus capaz de inducir CD8 que actúen sobre epítopos tanto convencionales como no convencionales. Como estos últimos no se verían afectados por las mutaciones de escape que surgen durante la infección natural, estos vectores serían muy adecuados para su uso en vacunas terapéuticas.

El equipo de investigadores señala que esta nueva información ofrece una hoja de ruta más clara para enfrentarse al VIH y espera poder empezar a probar su vacuna en humanos en unos pocos años.

Fuente: Comunicado de prensa de OHSU / Elaboración propia.
Referencia: Scott GH, Jonah BS, Colette MH, et al. Cytomegalovirus Vectors Violate CD8+ T Cell Epitope Recognition Paradigms. 24 May 2013: Vol. 340 no. 6135 DOI: 10.1126/science. 1237874.

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