CROI 2016: El papel del tratamiento como prevención podría no estarse interiorizando de forma adecuada

Francesc Martínez
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Aunque el 90% de los participantes de un estudio tenía carga viral indetectable, el 52% aún se consideraba con probabilidad alta o media de transmitir el virus por vía sexual

Solo una pequeña proporción de las personas participantes en un amplio estudio estadounidense –el ACTG A5257– declaró que no pensaban que tuvieran la capacidad transmitir el VIH tras un período prolongado en tratamiento antirretroviral. Además, un tercio de los participantes aún consideraban que la probabilidad de transmitir el virus a sus parejas era elevada a pesar de que solo el 10% tenían una carga viral indetectable. Estos han sido los hallazgos de una investigación presentada en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), que se celebró la semana pasada en Boston (EE UU).

El estudio evidenció que no existía una correlación entre la carga viral de una persona y sus creencias respecto a la capacidad de transmitir el virus. Así, parece que las importantes conclusiones de los estudios HPTN 052 (véase La Noticia del Día 21/07/2015) y PARTNER (véase La Noticia del día 14/03/2014) respecto al efecto del tratamiento como prevención todavía no han llegado de forma adecuada a todas las personas con el VIH. Los primeros resultados de HPTN 052 se presentaron en 2011 y los de PARTNER en 2014.

El ACTG A5257 fue un estudio de gran tamaño en el que participaron 1.809 participantes, que fueron asignados de forma aleatoria para recibir diversas pautas de tratamiento antirretroviral desde el período de inclusión 2009-2011 hasta tres años después 2012-2014. Como parte del seguimiento, se preguntó anualmente a los participantes cómo percibían su capacidad de transmitir el VIH.

Una cuarta parte de las personas que participaron en el estudio eran mujeres y el promedio de edad era de 37 años. El 34% de los participantes eran de etnia blanca, el 42% de origen afroamericano y el 22%, latinoamericano. La mediana de la carga viral al inicio del tratamiento fue de 40.000 copias/mL y el 30% de los participantes tenían una carga viral alta (superior a 100.000 copias/mL).

La pregunta que se realizó anualmente durante el seguimiento fue: “¿Qué probabilidad crees que tendrías de transmitir el VIH a otra persona si hoy practicarais sexo sin protección?”.

La manera de responder a esta pregunta fue a través de una escala visual que comprendía valores entre 0 (totalmente sin riesgo de transmitir la infección) y 100 (alta probabilidad de transmitir el VIH).

A partir de las respuestas se clasificó a los participantes en varios grupos en función de su percepción: “alta capacidad de transmisión” (puntuación entre 67 y 100), “capacidad de transmisión media” (entre 34 y 66), “baja capacidad de transmisión” (entre 1 y 33) y “capacidad de transmisión nula” (0).

Al inicio del estudio, el 58% de participantes consideraba “alta capacidad de transmisión”, el 26% “capacidad de transmisión media”, el 10% “baja capacidad de transmisión” y el 6% “capacidad de transmisión nula”.

Tras un año en tratamiento antirretroviral, el 38% de participantes consideraba “alta capacidad de transmisión”, aproximadamente un tercio “baja capacidad de transmisión” y el 10% “capacidad de transmisión nula”. Sin embargo, de este último 10%, ocho personas (el 8%) tenían una carga viral detectable, pese a lo cual creían que su capacidad de transmisión era nula.

A los dos años de iniciar el tratamiento, el 90% de los participantes tenía carga viral indetectable. El 36% aún se consideraba con “alta capacidad de transmisión” y el 19% “capacidad de transmisión media”. El 33% se consideraba con “baja capacidad de transmisión” y el 12% “capacidad de transmisión nula”.

A los tres años de iniciar el tratamiento, el 34% aún se consideraba con “alta capacidad de transmisión” y el 18% “capacidad de transmisión media”. El 35% se consideraba con “baja capacidad de transmisión” y el 14% “capacidad de transmisión nula”.

Al estratificar los resultados, tras el primer año las personas menores de 30 años, los participantes de origen latinoamericano y las mujeres presentaron una mayor tendencia a considerar que su capacidad de transmitir el virus había disminuido.

En cambio, los participantes de origen afroamericano y las personas que iniciaron el tratamiento con menores niveles de CD4 presentaron una menor inclinación a pensar que su capacidad de transmisión del VIH estaba disminuyendo.

Los usuarios de drogas recreativas (que, mayoritariamente declararon considerarse con alta probabilidad de transmitir el VIH, al inicio del tratamiento) mostraron a la semana 48 una menor tendencia a mantener esa opinión.

Los resultados del presente estudio pueden estar mostrando que los mensajes derivados de los estudios que han verificado la efectividad del tratamiento como prevención no están llegando de manera adecuada a las personas con VIH. Interiorizar el mensaje de “tener una carga viral indetectable significa capacidad extremadamente baja -si no nula- de transmitir el virus”, apoyado por evidencias científicas muy consistentes, podría ayudar a minimizar el estigma asociado al VIH y reducir la ansiedad de las personas infectadas y afectadas.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).

Referencia: Landovitz RJ et al. Perception of infectiousness in HIV-infected persons after initiating ART: ACTG A5257. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, Boston, abstract #55, 2016.

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