IDWeek 2020: Tener el VIH no incrementaría la probabilidad de hospitalización en caso de contraer la COVID-19

Jordi Piqué
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Los expertos señalan que las comorbilidades asociadas al envejecimiento serían las responsables de los ingresos hospitalarios por esta enfermedad en personas con el VIH

La infección por el VIH, por sí misma, no aumenta la probabilidad de que una persona que ha adquirido la COVID-19 (enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2) necesite ser hospitalizada. Las comorbilidades asociadas al envejecimiento –y a un peor pronóstico de la COVID-19 – serían la causa más probable del ingreso hospitalario, al menos en aquellas personas con el VIH controlado gracias al tratamiento antirretroviral. Este es el principal hallazgo de un nuevo estudio retrospectivo estadounidense presentado en la Semana de las Enfermedades Infecciosas (IDWeek 2020), que debía celebrarse en Filadelfia (EE UU), pero que, debido a la pandemia de la COVID-19 (acrónimo en inglés de enfermedad por coronavirus 2019), se realizó de modo virtual.

La pandemia de la COVID-19 ha provocado casi 8 millones de casos y cerca de 500.000 muertes en todo el mundo. Sin embargo, se tiene un conocimiento muy limitado de los factores que entrañarían una mayor o menor gravedad de la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 entre personas con el VIH. Solo en pequeñas series de casos se han descrito resultados en personas con el VIH hospitalizadas por el nuevo coronavirus.

Para arrojar algo más de luz sobre esta cuestión, un equipo de investigadores estadounidense realizó un estudio retrospectivo a partir de los historiales de personas con el VIH atendidas en dos clínicas ambulatorias a las que se les diagnosticó la COVID-19 entre el 1 de marzo y el 21 de julio. La revisión se llevó a cabo en el Hospital Yale New Haven (Connecticut, EE UU).

El estudio se realizó sobre una cohorte de personas mayores que llevaban un promedio de 14 años viviendo con el VIH, al 98% de las cuales se les había prescrito tratamiento antirretroviral. En la cohorte, de 1.469 personas con el VIH, un total de 48 (3,3%) recibieron un diagnóstico de la COVID-19 durante el período de estudio. De estas 48 personas, 19 (1,3% del total de la cohorte) recibieron tratamiento en un hospital y 29 en una clínica ambulatoria. La mediana de edad de las personas con el VIH diagnosticadas de la COVID-19 fue de 56 años y un poco más de la mitad eran mujeres.

Un número significativo de las 48 personas con el VIH diagnosticadas de la COVID-19 tenían otras comorbilidades, entre ellas, hipertensión (n=24), obesidad (n=22), enfermedades cardiovasculares (n=19), enfermedades pulmonares crónicas (n=19) y diabetes (n=14). Más de dos tercios (n=33) eran fumadores activos o habían fumado en el pasado (n=19) eran consumidoras de alcohol y/o sustancias en la actualidad. Dos tercios (n=32) tenían más de una comorbilidad.
No se registraron muertes entre las 48 personas con el VIH en los de 30 días que siguieron a su diagnóstico de la COVID-19.

Lo que resulta significativo es que las personas que experimentaron comorbilidades similares a las de personas sin el VIH no parecieron tener un mayor riesgo de hospitalización, cuando se compararon con los resultados de la COVID-19 en la población general. El curso de la enfermedad por SARS-CoV-2 también fue parecido en personas con y sin el VIH.

Aunque todas las personas con el VIH hospitalizadas por la COVID-19 pudieron mantener la supresión viral sin alterar su régimen antirretroviral, unas pocas experimentaron un descenso en el recuento de células CD4 debido a la enfermedad aguda relacionada con el nuevo coronavirus.

El equipo de investigadores encontró algunos factores asociados con la necesidad de hospitalización debido a la COVID-19 entre las personas con el VIH del estudio:

1) Las personas con enfermedades cardiovasculares tuvieron dos veces y media más probabilidades de ser hospitalizadas.
2) Las personas con diabetes tuvieron el doble de probabilidades; y
3) Las personas mayores de 49 años tuvieron un 60% más de probabilidades de hospitalización como consecuencia de la COVID-19.

Al principio de la pandemia, existía incertidumbre sobre la medicación que se debía proporcionar para hacer frente a la COVID-19, por lo que no todos los pacientes del estudio recibieron el mismo tratamiento. El tratamiento inicial incluía hidroxicloroquina, que más tarde se retiró. A un paciente se le administró el inhibidor de la proteasa del VIH lopinavir/ritonavir (Equivalente Farmacéutico Genérico [EFG]; Kaletra®), -del que en la actualidad se sabe que no aporta ningún beneficio en pacientes hospitalizados por la COVID-19   (véase La Noticia del Día 23/10/2020) y algunos con síntomas más graves de la COVID-19 recibieron remdesivir (Veklury;® véase La Noticia del Día 04/05/2020).

El equipo de investigadores mostró su satisfacción por los buenos resultados a corto plazo de su estudio, pero subrayó que se necesitaba más investigación para entender el impacto a largo plazo de la COVID-19 en personas con el VIH. Reconocieron, asimismo, las limitaciones de su estudio, principalmente porque se trata de una pequeña revisión retrospectiva en una institución específica que podía no ser representativa de la población con el VIH en general. La cohorte del estudio incluyó a una población mayor con el VIH y múltiples comorbilidades pero que tenía acceso a una variedad de tratamientos experimentales y a niveles elevados de atención que podrían proporcionar unos resultados más favorables. Sin embargo, estas intervenciones podrían no estar disponibles para muchas personas con el VIH atendidas en otros centros de atención médica en entornos socioeconómicos más desfavorecidos.

Los resultados del estudio deberían alentar a los médicos y otros profesionales sanitarios a no hacer cambios drásticos en la terapia antirretroviral frente al VIH de un paciente si desarrolla la COVID-19. Algunas investigaciones previas habían sugerido que el uso de determinados fármacos antirretrovirales podría disminuir los riesgos de la COVID-19, pero en este estudio no hubo ninguna señal de que la elección de los regímenes tuviera algún efecto sobre el resultado clínico o el curso de la enfermedad por coronavirus SARS-CoV-2.

Los investigadores concluyen subrayando la necesidad de que los médicos identifiquen y controlen las múltiples comorbilidades que pueden afectar a personas mayores con el VIH, ya que son estas patologías las que se han asociado con estados más graves de la COVID-19 que requieren el ingreso en centros hospitalarios.

Fuente: TheBodyPro / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Virata MD MD, FACP; Sheela Shenoi, MD, MPH; Ladines-Lim JB, PhD; Villanueva M MD; Aoun-Barakat L MD. Outcomes Related to COVID-19 Among People Living with HIV: Cohort from a Large Academic Center. IDWeek 2020, October 22-25, 2020. Oral Abstract 111.

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