EACS 2021: Un estudio apunta a que la pandemia empeoró el bienestar de las personas con el VIH en España

Francesc Martínez
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También destaca que aquellas más vulnerables vieron aumentado su grado de exclusión social

Un estudio presentado en la XVIII Conferencia Europea del Sida (EACS 2021), celebrada la semana pasada en formato híbrido por causa de la COVID-19, ha concluido que la pandemia empeoró el bienestar de las personas con el VIH en España y aumentó el grado de exclusión social entre aquellas más vulnerables

La pandemia por COVID-19 ha generado cambios a muchos niveles. Hasta la fecha aún no ha sido debidamente evaluado el impacto que ha tenido sobre la calidad de vida de las personas con el VIH. Para arrojar un poco más de luz sobre este asunto, investigadores españoles de la Sociedad Española Interdisciplinaria sobre el Sida (SEISIDA) diseñaron un estudio cualitativo y cuantitativo con el objetivo de determinar el impacto de la pandemia por COVID-19 sobre la calidad de vida relacionada con la salud y el grado de exclusión social de las personas con el VIH. También se centró en conocer la respuesta comunitaria a la atención de las nuevas necesidades derivadas de la pandemia en la población con el VIH.

En una primera parte del estudio, se realizaron entrevistas con miembros representativos de organizaciones no gubernamentales (ONG) de diversos puntos de España que trabajan en el ámbito de la infección por el VIH. La segunda parte constó de una encuesta respondida por 515 personas con el VIH usuarias de las ONG que participaron en el estudio. Dentro de la encuesta se incluyeron preguntas incluidas en el Índice de Exclusión Social en Cuestionarios de Salud y en el cuestionario sobre calidad de vida en personas con el VIH conocido como WHOQOL-HIV-BREF, dos herramientas debidamente validadas en estudios previos. El estudio se llevó a cabo entre diciembre de 2020 y abril de 2021.

En las entrevistas cualitativas con profesionales de las ONG, se apuntó a que la pandemia generó problemas de acceso a los centros médicos a las personas con el VIH –como también sucedió en la población general- y que ello se tradujo en muchos casos en una pérdida de adherencia al tratamiento antirretroviral. En cuanto a las consecuencias físicas y de salud mental, detectaron un aumento de los niveles de ansiedad y depresión, así como altos niveles de preocupación, angustia, apatía y pérdida de motivación. También apuntaron a un empeoramiento físico de las personas (aumento de los problemas de movilidad, de los niveles de sobrepeso, etc.), así como mayores niveles de insomnio y mala concentración. Los profesionales de las ONG manifestaron quelos grupos de personas con el VIH más vulnerables serían aquellos sin ingresos, las personas sin residencia fija, aquellas inmigrantes en situación administrativa irregular, las mujeres, las personas jóvenes, los GBHSH y aquellas en riesgo de exclusión social.

En cuanto a las necesidades, en las ONG se detectó un aumento de la demanda de comida, atención psicológica y diversos recursos de apoyo. Algunos programas de ONG se cancelaron y algunas ONG interrumpieron su actividad durante el confinamiento, lo que supuso un aumento de la carga de trabajo para quienes mantuvieron sus servicios.

El 74% de los participantes en la encuesta eran hombres, el 53,4% eran hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH). El 70,6% habían adquirido la infección por el VIH por vía sexual y el 53,4% tenían recuentos de CD4 superiores a 400 células/mm3. La mediana de la edad de los participantes era de 43 años y llevaban una mediana de 12 años viviendo con el VIH.

Respecto a su estatus laboral, el 40% de estas personas tenían trabajo y el 29,9% eran desempleados. El 11% de los participantes no tenían ningún tipo de ingreso, el 6,7% ingresaban menos de 300€ mensuales y el 25,7% percibían unos ingresos entre los 301€ y los 900€ mensuales.

El 35,1% de los participantes sufrían exclusión social de moderada a intensa. Dentro de las mediciones de exclusión social, la privación material y la participación social fueron las dimensiones con peores niveles en los encuestados. Los investigadores hallaron una relación significativa entre tener malas puntuaciones en las dimensiones de exclusión social y tenerlas en aquellas relativas a la calidad de vida.

Durante el estudio, la privación material fue en aumento, mientras que la participación social y la calidad de vida tendieron a mejorar (probablemente por una disminución de las restricciones y una progresiva reapertura de las actividades sociales y los servicios de tipo social).

La exclusión social aumentó en aquellas poblaciones más vulnerables, algo que pudo cuantificarse en algunas de ellas, como por ejemplo en mujeres.

Los resultados del presente estudio evidencian que la pandemia ha tenido un impacto importante en la calidad de vida y el grado de exclusión social de las personas con el VIH, especialmente en aquellas con mayor vulnerabilidad. Tratar de restituir y mejorar las intervenciones para mejorar la calidad de vida y reducir la exclusión social son acciones a llevar a cabo para tratar de contrarrestar las consecuencias negativas de la pandemia en la atención a las personas con el VIH.

Fuente:Elaboración propia (gTt).

Referencia:Fuster-Ruiz de Apodaca MJ, Varela I, Pastor M, et al. The impact of COVID-19 on Spanish-based NGOs and its users, people living with HIV (PLHIV), during the lockdown. 18th European Aids Conference. October 27-30, 2021. London, UK.

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