Poco más del 25% de los hombres gais australianos estarían dispuestos a utilizar la profilaxis preexposición

Miguel Vázquez
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El interés por esta intervención preventiva es mayor entre aquellos varones que tienen más probabilidades de beneficiarse de ella

Según un sondeo hecho público recientemente –realizado como parte del proyecto PrEPARE, un estudio para recabar las actitudes sobre la profilaxis preexposición [PPrE] entre los hombres gais y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH) en Australia–, apenas algo más de la cuarta parte de los hombres homosexuales australianos se describieron a sí mismos como ‘dispuestos’ a utilizar dicha profilaxis contra el VIH, mientras que dos terceras partes mostraron una opinión neutral al respecto. Sólo el 3,4% manifestó su rechazo a este tipo de profilaxis.

En el sondeo se realizaron nueve preguntas sobre la PPrE, dos relativas a las preocupaciones y siete concernientes a la actitud de la persona en cuanto a esta intervención. Los resultados de estas siete últimas preguntas se emplearon para determinar el grado de disposición a utilizar la profilaxis preexposición, que era el principal objetivo del estudio. También se recabó información referida al uso de preservativos, la facilidad para hablar sobre ellos con las parejas, acerca de la actitud respecto a los medicamentos y también sobre la percepción personal del riesgo de adquirir el VIH en el futuro.

A los participantes se les definió la PPrE como la toma de fármacos antirretrovirales antes de la práctica sexual para intentar reducir la posibilidad de infección. Es importante señalar que no se dio a los participantes información específica relativa a los resultados de los distintos ensayos en que se probó esta intervención preventiva.

La encuesta, realizada a través de internet, la completaron 1.283 hombres, pero el análisis se limitó a 1.161, dado que se excluyó del mismo a 122 personas que ya tenían VIH. El 52% (600) de los 1.161 hombres analizados tenía una pareja habitual, pero casi el 67% afirmó haber tenido dos o más parejas en los seis meses anteriores (y un 25% de los encuestados, más de 10 parejas sexuales). De los 600 varones con pareja frecuente, 47 tenían un compañero que vivía con VIH.

La edad media de los participantes fue de 32 años y el 80% se sometió alguna vez a la prueba del VIH, el 60% de ellos, el último mes. El 28% de los encuestados mostró una actitud positiva respecto al uso de PPrE, el 68,5% adoptó una actitud neutral y el 3,4% declaró una disposición negativa en cuanto a esta intervención.

El 56% indicó que utilizó preservativos de forma constante con sus parejas ocasionales, pero sólo un 29% lo hizo con sus parejas habituales. Este dato concuerda con los resultados de otros sondeos recientes realizados en Australia. También se comprobó que aunque el 75% de los hombres no tenían inconveniente en hablar sobre el uso de preservativos, únicamente el 10% se refirió a su empleo como una ‘experiencia positiva’, mientras que la mayor parte adoptó una actitud neutral o negativa al respecto.

Se comprobó que las personas dispuestas a utilizar la PPrE eran significativamente más propensas a haber practicado sexo anal sin protección con parejas ocasionales en los seis meses anteriores, a haber tenido más de diez parejas durante ese tiempo, a haber tomado alguna vez profilaxis postexposición y a percibirse a sí mismos como en una situación de mayor riesgo de infección por VIH en el futuro.

El análisis univariable de las respuestas reveló que el mostrar actitudes positivas sobre la PPrE se relacionó con una menor edad, el tener más de diez parejas, no ser monógamo, el mantener relaciones sexuales sin protección con parejas ocasionales, la percepción de riesgo de adquirir el VIH y también con que los participantes hubieran tomado alguna vez profilaxis postexposición.

En el análisis multivariable, se comprobó que los hombres que deseaban tomar PPrE fueron 4,7 veces más propensos a considerarse a sí mismos como en riesgo de contraer el VIH y 2,8 veces más proclives a practicar sexo sin protección que las personas que no mantenían relaciones sexuales ocasionales en absoluto.

El equipo de investigadores también decidió comprobar si las personas que valoraban el uso de la PPrE serían menos propensas a utilizar preservativos. La inmensa mayoría (92%) afirmó que quizá mantendría su actual nivel de uso de condones, pero el elevado grado de relaciones sin protección (40% en los últimos seis meses con parejas ocasionales y 50% con parejas habituales) indica que dicha profilaxis sería útil para este grupo de población.

El 8% de participantes que señalaron que probablemente reducirían su grado de empleo del preservativo fueron casi 3 veces más proclives a haber practicado relaciones sexuales ocasionales sin protección y 4,7 veces más propensos a considerarse a sí mismos como en situación de riesgo de adquirir el VIH en el futuro.

Los autores comentan que esto indica que el interés por el uso de la PPrE es mayor entre los hombres que más probabilidades tienen de beneficiarse de ella, pero que existe el riesgo de que la profilaxis no se tome de forma constante.

Fuente: Aidsmap.
Referencia: Holt M, et al. Willingness to use HIV pre-exposure prophylaxis and the likelihood of decreased condom use are both associated with unprotected anal intercourse and the perceived likelihood of becoming HIV positive among Australian gay and bisexual men. Sexually Transmitted Infections doi:10.1136/sextrans-2011-050312. Early online edition, January 2012.

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