Conocer cómo perciben los hombres gais con VIH el riesgo de VHC ayuda a individualizar la prevención de la reinfección

Jordi Piqué
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Un estudio cualitativo describe la experiencia del afrontamiento del riesgo de VHC tras la curación en hombres gais y otros HSH con el VIH que adquirieron la hepatitis C en el contexto del chemsex

Un estudio cualitativo, cuyos resultados se han publicado en la revista BMC Infectious Diseases, ha revelado que los hombres con el VIH afrontan el riesgo de la reinfección por el virus de la hepatitis C (VHC) tras haber logrado la curación de diferentes formas: evitando riesgos para no reinfectarse; reduciendo los riesgos y la posibilidad de reinfección; y aceptando los riesgos y la posibilidad de reinfectarse y volver a tomar el tratamiento frente al VHC.

Los hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (GBHSH) con el VIH representan una importante población expuesta a la hepatitis C en contextos sexuales y de uso de drogas, con una prevalencia estimada de hasta el 39%. Aunque muchos hombres GBHSH con el VIH logran curarse de la hepatitis C gracias al tratamiento, el elevado número de reinfecciones por el VHC posteriores ha puesto en entredicho la eficacia de esta estrategia de tratamiento.

Con el objetivo de abordar esta cuestión, un equipo de investigadores de las Universidades de Basilea y Zúrich (Suiza) realizaron un análisis cualitativo como parte del Estudio Suizo HCVree (The Swiss HCVree trial), un ensayo que incluyó a hombres GBHSH de la Cohorte Suiza del VIH (véanse La Noticia del Día 08/11/17 y 23/03/18). Tras recibir tratamiento con antivirales de acción directa frente al VHC, los participantes del Estudio Suizo HCVree que declararon tener conductas sexuales de riesgo recibieron intervenciones conductuales basadas en el counselling y dirigidas a la reducción de riesgos de VHC asociados al chemsex. Entre los hombres que habían completado las sesiones de counselling, se seleccionó a 17 participantes para realizar un estudio cualitativo mediante entrevistas semiestructuradas entre 6 y 12 meses después de la intervención, con el objetivo de conocer su opinión sobre la curación del VHC, la intervención conductual, sus conductas de riesgo y cualquier otro cambio posterior.

Los hombres tenían una mediana de 44 años, la mayoría eran de raza blanca (94%) y casi la mitad tenían estudios universitarios (47%). La mediana de tiempo transcurrido desde el diagnóstico del VIH fue de 10,9 años, mientras que la mediana de tiempo desde el diagnóstico de la hepatitis C fue de 1,6 años. La mayoría de los hombres habían tenido una infección por hepatitis C (76%) y nunca habían recibido tratamiento frente al VHC antes de participar en el estudio (59%), mientras que seis de los hombres habían recibido tratamiento previo con interferón y uno había recibido tratamiento con antivirales de acción directa frente al VHC con anterioridad. A pesar de expresar su escepticismo respecto a la utilidad de las sesiones de counselling, los 17 participantes reflexionaron acerca de los posibles cambios de conducta durante dicha intervención. La mayoría expresaron sorpresa al recibir el diagnóstico del VHC. Los investigadores asignaron a los participantes en 3 grupos en función de sus respuestas.

El primer grupo estaba formado por hombres muy preocupados por no volver a infectarse por el VHC que cambiaron su conducta para evitar la reinfección, a menudo antes de empezar el tratamiento o la intervención conductual. Mostraron sorpresa por su diagnóstico, ya que solían asociar la hepatitis C con los consumidores de drogas intravenosas. La mediana de tiempo transcurrido desde el diagnóstico de VHC para la mayoría de estos hombres fue larga (5,8 años) y muchos fueron diagnosticados antes de la llegada del tratamiento con antivirales de acción directa. Para ellos la hepatitis C era un problema grave y socialmente limitante que provocaba daños en el hígado, con peligro de transmisión a su(s) pareja(s), por lo que veían la curación como una inmensa oportunidad y la intervención conductual como una forma de reforzar y fortalecer su motivación para evitar por completo el riesgo de reinfección. Algunos de los cambios que realizaron estos hombres fueron utilizar preservativos para el sexo anal, evitar las actividades sexuales bruscas (como el fisting) y evitar el consumo de drogas en contexto sexuales. Este grupo de hombres percibían la reinfección por el VHC como un fracaso personal.

El segundo grupo estaba formado por hombres que se propusieron reducir el riesgo de reinfección por el VHC. Se diferenciaban del primer grupo porque no creían poder evitar completamente el riesgo. Llevaban menos tiempo diagnosticados de hepatitis C que el primer grupo (una media de 1,6 años) y creían poder tenerlo bajo control, en gran parte gracias al tratamiento con antivirales de acción directa. En la mayoría de los casos, estos hombres fueron diagnosticados durante el cribado rutinario de infecciones de transmisión sexual (ITS).

Muchos de ellos habían practicado sexo anal sin preservativo con múltiples parejas durante un largo periodo antes de recibir el diagnóstico. Aunque mostraron preocupación por la transmisión posterior, no informaron de cambios conductuales antes de comenzar la intervención, debido a su creencia de que debían haber contraído la hepatitis C en circunstancias excepcionales. Adquirieron nuevos conocimientos sobre la transmisión durante la intervención conductal, como los riesgos de transmisión del VHC por el uso compartido de duchas anales o por compartir instrumentos para la administración intranasal de drogas (pajitas o “rulos”). Aunque comprendieron mejor sus conductas de riesgo individuales, no consideraron que el uso regular del preservativo fuera una opción realista. En su lugar, se centraron en cambios factibles como utilizar guantes para el fisting, no compartir juguetes sexuales y disminuir el número de encuentros sexuales.

El tercer grupo estaba formado por hombres que aceptaban los riesgos que implicaba su conducta respecto a la reinfección por el VHC. Consideraban que cambiar de conducta requería un esfuerzo considerable y percibían el tratamiento como una opción más fácil. Así, aceptaban –e incluso esperaban– múltiples tandas de tratamiento o la posibilidad de vivir con una infección crónica por el VHC. Sin embargo, les preocupaba la divulgación de su infección y la posibilidad del rechazo sexual por su estado serológico. Llevaban una mediana de 1,5 años diagnosticados de hepatitis C –un tiempo similar al grupo anterior–, pero emprendieron una intensa búsqueda de información para comprender mejor la infección y prevenir la reinfección. Dos de ellos habían sido tratados previamente con interferón. Aunque algunos hombres de este grupo habían optado por algunas estrategias de reducción de riesgos, manifestaron frustración por no saber exactamente cómo se habían infectado o reinfectado. En ocasiones, esto hizo que abandonaran las estrategias de reducción de riesgos

Como estos hombres veían pocas posibilidades de cambiar sus conductas de riesgo, la única restricción razonable para ellos que surgió del counselling conductual que recibieron fue tener menos encuentros sexuales y esperar a que el aumento de las pruebas de cribado y la curación condujeran a una menor tasa de hepatitis C en la población lo que reduciría las probabilidades futuras de reinfectarse. El tratamiento con antivirales de acción dire
cta no solo se consideraba un medio para curar la infección, o para dar “un respiro al hígado”, sino que también les permitía mantener el tipo de relaciones sexuales que deseaban.

Los investigadores concluyen señalando que los hallazgos de su estudio ilustran la diversidad de respuesta de los hombres y sus decisiones respecto a sus conductas sexuales de riesgo tras haber recibido tratamiento frente al VHC y counselling para reducir riesgos. Los resultados de este estudio facilitarán el desarrollo activo de las intervenciones conductuales de este programa y de otros similares, especialmente al identificar los componentes de la intervención que pueden adaptarse a las actitudes y/o creencias de cada grupo diana. Por otra parte, los resultados del estudio implican importantes recomendaciones para la práctica clínica con el fin de mejorar la eficacia de los componentes de la prevención de la infección y reinfención por el VHC.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Künzler-Heule, Patrizia, et al. Response to a sexual risk reduction intervention provided in combination with hepatitis C treatment by HIV/HCV co-infected men who have sex with men: a reflexive thematic analysis. BMC Infectious Diseases 21, 319, 2021 (open access). https://doi.org/10.1186/s12879-021-06003-z

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