Reinfección por el virus de la hepatitis C en centros penitenciarios catalanes

Francesc Martínez
Ver otras noticias

El uso activo de drogas inyectables sería el principal factor de riesgo

Un estudio llevado a cabo en cuatro centros penitenciarios de Cataluña (España) y publicado en Journal of Hepatology ha identificado una elevada tasa de reinfección por el virus de la hepatitis C entre personas que habían alcanzado la curación tras un ciclo de tratamiento previo.

La infección por VHC es uno de los grandes problemas sanitarios en las prisiones españolas.  Se calcula que en España aproximadamente una cuarta parte de la población reclusa masculina vive con VHC. Esta elevada prevalencia incrementa de forma extraordinaria el impacto de cualquier práctica de riesgo, ya que cuanto más prevalente es una infección, mayor es el riesgo derivado de comportamientos que generen la posibilidad de transmisión del virus. Sobre la base de estos hechos, para atajar esta epidemia sería necesaria la combinación de dos factores: facilitar el acceso a los tratamientos contra el VHC (sobre todo la terapia triple, no disponible en entornos penitenciarios españoles), que permitiría reducir la prevalencia de la infección, e implantar programas de reducción de daños para disminuir el impacto que las prácticas de riesgo tienen sobre la transmisión del virus.

Para arrojar un poco más de luz sobre este asunto, los autores del presente estudio trataron de medir la tasa de reinfección entre personas privadas de libertad que, por medio del tratamiento, habían logrado curar la infección por VHC.

Un total de 119 personas participaron en el estudio, mayoritariamente de sexo masculino (el 98%). La mediana de la edad era de 33,3 años y el 81% tenían historial de uso de drogas inyectables.

Tras una mediana de seguimiento de 1,4 años después de obtener respuesta virológica sostenida (RVS) a un tratamiento contra el VHC, es decir, haber alcanzado la curación, un total de nueve personas experimentaron reinfección, hecho que correspondería a una tasa de reinfección de 5,27 casos por cada 100 persona-años de seguimiento. La proyección calculada por el estudio correspondería a una incidencia de reinfección del 40% dentro de los tres años y medio posteriores a la curación de la hepatitis.

A través de una entrevista personal, los investigadores recabaron una serie de información potencialmente asociada al riesgo de reinfección, como el uso activo de drogas intravenosas (referido por el 10% de los participantes), la realización de tatuajes (8,4% de las personas incluidas en el estudio) o prácticas sexuales de riesgo (5,9% de los participantes). El 20% de los participantes reconocieron, al menos, relación con uno de dichos factores de riesgo. El 4,2% indicaron dos o más de dichos factores.

La tasa de reinfección fue 13,5 veces superior en usuarios activos de drogas inyectables a la observada en personas no usuarias activas de drogas tras la curación de la infección hepática (33 y 2,57 casos, respectivamente, por cada 100 persona-años de seguimiento; p <0,001). Las personas con más de un factor de riesgo de los antes descritos presentaron una tasa de reinfección ocho veces superior a la de aquellas con uno o ninguno de dichos factores (37,01 y 4,24 casos por cada 100 persona-años de seguimiento, de forma respectiva; p <0,001).

El estudio también halló una mayor tasa de reinfección en coinfectados por VIH que en monoinfectados por VHC, pero dicha asociación podría constituir un sesgo, dado que todas las personas coinfectadas del estudio eran usuarias activas de drogas inyectables (hecho que no tenía lugar en todas las monoinfectadas). Por esa razón, el uso activo de drogas podría ser el factor de riesgo de reinfectarse y no la coinfección por VIH.

Los resultados de este estudio muestran el elevado riesgo de reinfección por VHC que las personas tratadas con éxito tienen en el entorno penitenciario catalán (un hecho previsiblemente extrapolable a todo el Estado Español). En ocasiones, dicho alto riesgo de reinfección ha sido utilizado, por parte de algunas personas, como justificación para no tratar al colectivo de personas privadas de libertad. Nada mas lejos de la realidad. Además de tratarse de un argumento claramente discriminatorio, es importante que las autoridades sanitarias sean conscientes de que la única manera de atajar el grave problema de salud pública que supone la elevada prevalencia del VHC en las prisiones españolas es, además de implantar programas de reducción de daños tales como los de intercambio de jeringuillas (presente en tres de las cuatro prisiones que participaron en el estudio), facilitar en la medida de lo posible el acceso de estas personas al tratamiento contra el VHC –en especial a la terapia triple, con mayores niveles de eficacia y, por ello, mayor potencial para reducir el número de personas infectadas-. Solo así se reducirá la prevalencia de la hepatitis C en las cárceles y se cortará el ciclo pernicioso de infección, tratamiento, cura y reinfección.

Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia:
Marco A, Esteban JI, Solé C, et al. Hepatitis C virus reinfection among prisoners with sustained virological response after treatment for chronic hepatitis C. J Hepatol. 2013 Jul;59(1):45-51. Epub 2013 Mar 22.

Redes sociales

¿No quieres perderte nada?
Síguenos en todas las redes

Gilead
Janssen
MSD
ViiV
Gilead
Janssen
MSD
ViiV Healthcare
Abbvie
Abbvie
Abbvie
Abbvie
Gilead
MSD