Un nuevo fármaco para la hepatitis C llega a la Fase III de desarrollo

Francesc Martínez
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Boceprevir se probará tanto en personas en las que la terapia estándar no ha funcionado como en aquéllas que nunca antes han tomado tratamiento

El tratamiento actual para la infección por el virus de la hepatitis C (VHC), basado en la combinación de interferón pegilado (IFN-PEG) alfa-2a [o alfa-2b] y ribavirina (RBV), presenta problemas de falta de eficacia en un porcentaje de pacientes, especialmente aquéllos que también tienen VIH y/o con genotipo 1 del VHC.

El desarrollo de medicamentos pertenecientes a nuevas familias, como el que nos ocupa, es, por tanto, una buena noticia. Aun así, la no inclusión en los ensayos de personas coinfectadas por VIH dificulta la extrapolación al colectivo de los datos que se puedan obtener de los estudios.

Boceprevir es un inhibidor de la proteasa (IP) del VHC, desarrollado por Schering-Plough, sobre el que se van a realizar dos estudios de Fase III de distribución aleatoria, controlados con placebo y a doble ciego. Así lo ha anunciado esta compañía farmacéutica en un comunicado de prensa distribuido el pasado 22 de mayo.

Previamente, en el 43 Encuentro Anual de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL, en sus siglas en inglés), celebrado el pasado mes de abril en Milán (Italia), se presentaron resultados ínterin de un estudio en curso, de Fase II, con boceprevir, en el que se inscribieron 595 pacientes monoinfectados por VHC, naive y con genotipo 1 del virus. El ensayo, llamado HCV SPRINT-1, investiga dos tratamientos, uno de 28 semanas de duración y otro de 48.

Tras 4 semanas con IFN-PEG alfa-2b (PegIntron®) a razón de 1,5 μg/kg/semana y ribavirina (Rebetol®) con dosis de 600 a 1.400 mg/día, se añadía a la terapia boceprevir (800 mg tres veces al día), durante el tiempo correspondiente a cada brazo del estudio.

El hecho de anticipar cuatro semanas de terapia sin boceprevir se basa, por un lado, en que IFN-PEG alfa-2b y ribavirina alcanzan concentraciones estables a las cuatro semanas de tratamiento, y por otro lado, en el hecho de que, en ese momento, cuando se introduce boceprevir, el sistema inmunitario del paciente ya ha sido activado por IFN-PEG alfa-2b. Ello facilita reducir la probabilidad de que el virus se haga resistente a boceprevir, puesto que, previamente a su introducción, se identifica a aquellos pacientes que están respondiendo a IFN-PEG alfa-2b y RBV.

El tratamiento de 28 semanas proporcionó un importante marcador predictivo de eficacia, ya que un 86% de los pacientes con carga viral indetectable tras 4 semanas de tratamiento con boceprevir alcanzó respuesta viral sostenida a las 12 semanas de finalizar el tratamiento (RVS12).

La RVS12 en el grupo de 28 semanas se alcanzó en el 57% de los participantes. Los resultados en el grupo de 48 semanas todavía no están disponibles, ya que el estudio sigue en marcha. Boceprevir mostró buena tolerabilidad, dado que los efectos adversos de la combinación fueron similares a los conocidos para la terapia sin este fármaco.

Según el comunicado de la compañía, los dos ensayos de Fase III que se llevarán a cabo presentarán las siguientes características:

El estudio HCV SPRINT-2 se realizará con más de 1.000 pacientes monoinfectados por VHC y naive. Estará formado por dos brazos en los que se investigará la combinación de IFN-PEG alfa-2b, ribavirina y boceprevir siguiendo la misma pauta de los ensayos de Fase II, durante 28 y 48 semanas. Los resultados serán comparados con el grupo control, que recibirá solamente IFN-PEG alfa-2b y ribavirina sin boceprevir, durante 48 semanas.

En el brazo de 28 semanas, aquellos pacientes que alcancen la respuesta viral temprana (RVT) a las ocho semanas de tratamiento (cuatro con boceprevir) lo terminarán a las 28 semanas. Quienes no la alcancen, seguirán con IFN-PEG alfa-2b y ribavirina sin boceprevir de la semana 28 a la 48.

Los pacientes de cualquiera de los dos brazos que presenten carga viral detectable a la semana 24 se contarán como fracasos del tratamiento y lo interrumpirán. El objetivo principal del estudio será observar la respuesta viral sostenida (RVS). También se evaluará la RVT en aquellas personas que hayan alcanzado la RVS.

El estudio HCV RESPOND-2 evaluará la misma combinación de fármacos, con la misma pauta, en dos brazos y durante 36 y 48 semanas. En este caso, los pacientes incluidos serán personas que se trataron anteriormente con IFN-PEG alfa-2b y RBV, pero que no obtuvieron respuesta o que sí la tuvieron pero la perdieron después. Uno de los criterios de inclusión del estudio exige que con el tratamiento anterior se alcanzara, al menos, una reducción de 2 logaritmos a las 12 semanas.

En el brazo de 36 semanas, se considerará que pueden finalizar el tratamiento a la semana 36 aquellos pacientes con respuesta viral temprana a la semana 8 (cuarta semana con boceprevir). Los que no alcancen RVT a la semana 8, seguirán 12 semanas más con IFN-PEG alfa-2b y ribavirina.

Ambos brazos serán comparados con un grupo control bajo terapia con IFN-PEG alfa-2b y ribavirina durante 48 semanas. En este estudio también se considerará fracaso terapéutico tener carga viral detectable a la semana 12, lo que implicará la interrupción del tratamiento. Los objetivos principales, como en el estudio HCV SPRINT-2, incluirán la respuesta viral sostenida y, en los pacientes en que ésta se dé, la respuesta viral temprana. El estudio contará con 375 pacientes.

En su comunicado, Schering-Plough no adelanta cuáles son sus planes para que las personas con hepatitis C y VIH puedan acceder a boceprevir en el curso de su desarrollo. Esperemos que la compañía despeje esta incógnita lo antes posible.

Fuente: Comunicado de prensa de Schering-Plough 21/05/2008 / Elaboración propia.

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