Intentar de nuevo el tratamiento para la hepatitis C

Juanse Hernández
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El control de los niveles de ribavirina a la semana cuatro podría predecir la respuesta al tratamiento

Un número significativo de personas coinfectadas por el VIH y el virus de la hepatitis C (VHC) que decidieron iniciar el tratamiento para la infección por VHC y no lograron responder o respondieron pero recayeron, recibieron en aquel momento una terapia que, en la actualidad, se consideraría subóptima. Según el estándar actual de cuidados para el tratamiento de la hepatitis C, una terapia subóptima sería la que utiliza el interferón estándar en lugar de la versión pegilada, que emplea dosis bajas diarias de ribavirina de 600mg en vez de la dosis estándar de 1.000-1.200mg y/o que tiene una duración más breve de lo que se recomienda hoy en día. Muchas de estas personas podrían volver a iniciar, y quizá beneficiarse, de un nuevo curso de tratamiento para la hepatitis C.

Según un estudio español, presentado la semana pasada en Madrid (España) durante el IV Taller Internacional sobre Coinfección por VIH y Hepatitis, controlar los niveles en sangre de ribavirina después de cuatro semanas de terapia podría predecir qué personas coinfectadas por VIH y VHC responderán a un tratamiento de rescate.

Los investigadores del estudio PILOT-NR quisieron observar si era posible retratar a este grupo de pacientes siguiendo las directrices actuales de tratamiento para la hepatitis C. El PILOT-NR es un estudio prospectivo en el que participaron 61 personas no respondedoras o recidivantes a una terapia subóptima anterior. Los participantes recibieron, en esta ocasión, 180µg de interferón pegilado alfa-2a a la semana y ribavirina ajustada al peso corporal: 1.000mg/día (<75kg) ó 1.200mg/día (>75kg).

De los 61 participantes incluidos hasta abril de 2008, cincuenta han finalizado el período de seguimiento. La media de edad fue de 50 años, un 82% eran hombres y un 78% estaba infectado por los genotipos 1 y 4 del VHC, que son los menos sensibles al tratamiento. Un 90% estaba tomando terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) con buenos resultados: el recuento medio de CD4 fue de 680 células/mm3 y el 90% de ellos tenía una carga viral indetectable.

La terapia subóptima anterior que habían recibido los participantes consistió en monoterapia con interferón clásico en un 20%, interferón clásico más ribavirina en un 29% e interferón pegilado más una dosis fija de ribavirina de 800mg/día en un 51%, todo ello administrado durante una media de 6,6 meses. Un 61% de los pacientes no respondió a estas terapias y un 39% experimentó recidiva después de una respuesta inicial.

El tratamiento con un segundo curso de terapia estándar proporcionó una respuesta viral sostenida (RVS) a un 32% de las personas incluidas en el estudio (20% en genotipos 1 y 4 frente a 73% en genotipos 2 y 3; 47% en recidivantes frente a 23% en no respondedores). Esta tasa de respuesta fue comparable a la que se observa en personas coinfectadas que reciben el actual estándar de tratamiento para la hepatitis C por primera vez.

Los investigadores hallaron que los pacientes que tuvieron una respuesta exitosa a la terapia para la hepatitis C tuvieron concentraciones en plasma de ribavirina significativamente más altas a las cuatro semanas de tratamiento (2,57 μg/mL frente a 1,92 μg/mL, p= 0,02); en un análisis multivariable, se observó que concentraciones más elevadas de ribavirina en ese momento fueron un factor independiente del éxito del tratamiento para el VHC (p= 0,01). Y a la inversa, concentraciones de ribavirina en plasma inferiores a 2,07 μg/mL a la semana cuatro tuvieron un valor predictivo negativo de respuesta viral sostenida de un 83% (p= 0,02).

En sus conclusiones, el equipo de expertos del estudio PILOT-NR señala que una terapia de rescate con interferón pegilado y ribavirina ajustada al peso podría proporcionar una respuesta viral sostenida a cerca de una tercera parte de personas coinfectadas cuyos tratamientos subóptimos anteriores fracasaron. Según este equipo español, junto a los factores pronóstico clásicos, como por ejemplo el genotipo del VHC, los niveles en plasma de ribavirina a la semana cuatro predicen el resultado final del tratamiento. Por esta razón, sería aconsejable medir las concentraciones de ribavirina a la semana cuatro para comprobar si han alcanzado un estado estable y, en caso contrario, explorar la posibilidad de un ajuste de dosis adecuado.

No obstante, algunos investigadores presentes en la sala cuestionaron la utilidad de controlar los niveles de ribavirina a la semana cuatro. Según los expertos, este punto en el tiempo podría ser demasiado tarde para ajustar la dosis, sobre todo teniendo en cuenta que ya a las cuatro semanas se puede decir qué pacientes han tenido una respuesta viral rápida (RVR) y, por consiguiente, quienes tendrán más posibilidades de responder a la terapia. En el debate, se sugirió que los niveles de ribavirina pueden ser controlados de forma adecuada a las 24 horas después del inicio del tratamiento. Por consiguiente, medir los niveles de fármaco en ese momento permitiría que el aumento de la dosis de ribavirina pudiera afectar a los resultados finales.

Fuente: Elaboración propia.
Referencia: Labarga P, Barreiro P, Vispo E, et al. “Ribavirin plasma levels are predictive of HCV clearance after rescue therapy with peg-interferon-alfa-2a plus weight-adjusted RBV in HIV/HCV co-infected patients”, Fourth International Workshop on HIV and Hepatitis Co-infection, Madrid, abstract 13, 2008.

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