CROI 2011: VIH y problemas cardiovasculares

Francesc Martínez
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Dos estudios investigan el impacto de los niveles de CD4 y el uso de abacavir sobre el riesgo coronario

Las enfermedades cardiovasculares constituyen una de las principales preocupaciones en el seguimiento a largo plazo de las personas con VIH. En los últimos años, diversos estudios han puesto de manifiesto cierto riesgo cardiovascular asociado con la infección por VIH. El origen del riesgo coronario más elevado en la población seropositiva parece estar relacionado con diversos factores: la propia infección crónica (que conlleva cierta replicación viral de baja intensidad que genera inflamación, alterando el sistema cardiovascular), el empleo de determinados fármacos antirretrovirales y otros factores de riesgo que se consideran modificables (tabaquismo, sedentarismo, mala alimentación, etc.).

Para esclarecer los aspectos relacionados con el riesgo cardiovascular asociado al VIH, en la XVIII Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), celebrada la semana pasada en Boston (EE UU), dos estudios evaluaron, respectivamente, el impacto de los niveles de CD4 y de la utilización de abacavir (Ziagen®, también en Kivexa® y Trizivir®) sobre el riesgo coronario.

El primero de los ensayos, que se llevó a cabo comparando los resultados de 20.775 personas con VIH y 215.158 no infectadas por el virus pertenecientes al mismo sistema sanitario -el Kaiser Permanente de California (EE UU)-, evaluó la incidencia de enfermedad coronaria e infarto de miocardio en dichos participantes.

Las poblaciones comparadas fueron similares en cuanto al origen étnico y la edad de los participantes, sin embargo, una mayor proporción de personas con VIH habían sido fumadoras (43% y 28%, de forma respectiva) y habían sido consumidores de alcohol o drogas (20% y 8%, respectivamente). Proporciones parecidas de participantes de ambos grupos tenían sobrepeso y tomaban antihipertensivos.

En el grupo con VIH, un 47% de pacientes se encontraba bajo terapia antirretroviral y el 75% había adquirido el virus a través de relaciones homosexuales. Los promedios de carga viral y de recuentos de CD4 en este brazo fueron de 50.000 copias/mL y de 400 células/mm3, de manera respectiva.

Las tasas de incidencia de enfermedad coronaria fueron superiores en el grupo con VIH (447 casos por cada 100.000 persona-años) respecto a las del grupo sin VIH (311 casos por cada 100.000 persona-años). En cuanto a las tasas de infarto de miocardio, estas también fueron más elevadas en el grupo con VIH (276 y 162 casos por cada 100.000 persona-años, respectivamente).

Un análisis multivariable realizado en las personas con VIH halló que haber presentado un recuento nadir de CD4 por debajo de 200 copias/mm3 generaba un cociente de riesgo de padecer enfermedad cardiovascular o infarto de miocardio superior al observado en pacientes con VIH con un recuento nadir por encima de dicho umbral (cociente de riesgo [CR]: 1,3; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,0-1,6; p= 0,022).

Otros factores asociados significativamente con incrementos en el riesgo de padecer dichas enfermedades en personas con VIH fueron: edad avanzada, tabaquismo, consumo elevado de alcohol o drogas y tomar terapia antihipertensiva o para reducir los niveles de lípidos en sangre.

Entre los factores capaces de reducir el riesgo cardiovascular de forma significativa, en el análisis se identificaron el sexo femenino y el ser de etnia negra o bien latino (en estos dos últimos casos, al compararse con personas de etnia blanca).

El segundo de los estudios, promovido por la Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA, en sus siglas en inglés), evaluó el impacto del uso de abacavir sobre el riesgo de padecer infarto de miocardio.

Ensayos previos, como el D:A:D o el SMART, mostraron que el fármaco producía incrementos en el riesgo de sufrir ataques cardíacos, mientras que otros estudios contradijeron sus resultados (véase La Noticia del Día 20/02/2009).

Con el fin de arrojar un poco más de luz sobre este asunto, un equipo de investigadores de la FDA realizó un ensayo en el que se evaluaron 26 estudios de distribución aleatoria con abacavir. Los criterios utilizados para considerar que un estudio era apto para ser evaluado en el análisis fueron: que incluyera a participantes adultos, que fuera un ensayo ya finalizado, que no fuera de tipo farmacocinético, que contara con una población mínima de 50 personas y que no se hubiera llevado a cabo en África.

Los 26 estudios -efectuados dentro del período comprendido entre 1996 y 2010- incluyeron un total de 5.028 personas que tomaban tratamientos anti-VIH basados en abacavir y 4.840 que seguían regímenes antirretrovirales que no incluían dicho fármaco.

El seguimiento de los ensayos se prolongó un promedio de 1,62 persona-años y fue semejante entre aquellas personas del grupo con abacavir y las que tomaban otros antirretrovirales.

El riesgo de infarto de miocardio fue parecido entre el grupo con abacavir y el grupo que no tomó el fármaco, con una diferencia entre ambos del 0,008% (IC95%: -0,26% a +0,27). De hecho, ninguno de los estudios incluidos encontró diferencias entre ambos grupos de tratamiento y dicha similitud se mantuvo con independencia del tiempo de seguimiento.

Modelos desarrollados para evaluar la potencia estadística del estudio establecieron que este tenía una probabilidad del 95% de hallar diferencias en el riesgo de sufrir un ataque al corazón entre ambos grupos superiores al 0,1%. Por este motivo, los investigadores consideraron que los resultados del estudio suscitan dudas razonables acerca de una hipotética asociación entre el uso de abacavir y un riesgo incrementado de padecer infarto de miocardio.

Fuente: NATAP / Elaboración propia.
Referencias: Klein D, Leyden W, Xu L, et al. Contribution of immunodeficiency to CHD:cohort study of HIV+ and HIV– Kaiser Permanente members. 18th Conference on Retroviruses & Opportunistic Infections (CROI 2011). February 27-March 2, 2011. Boston. Abstract 810.

Ding X, Andraca-Carrera E, Cooper C, Miele P, Kornegay P, Soukup M, Marcus K. No association of myocardial infarction with ABC use: an FDA meta-analysis. 18th Conference on Retroviruses & Opportunistic Infections (CROI 2011). February 27-March 2, 2011. Boston. Abstract 808.

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