Es necesario una mayor frecuencia de cribado para poder erradicar el cáncer de cuello uterino en mujeres con el VIH

Las mujeres con el VIH corren un mayor riesgo de sufrir cáncer de cuello uterino, y para conseguir erradicar su incidencia es necesario contar con una alta cobertura de vacunación frente al VPH, así como la realización de pruebas de cribado cada tres años en este grupo de población

José Fley
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Sería necesario la realización de pruebas de cribado cada tres años en mujeres con el VIH, unido a una alta cobertura de vacunación frente al VPH en niñas y mujeres jóvenes seropositivas, para conseguir el objetivo de eliminar el cáncer de cuello uterino antes de 2120 como problema de salud pública y cumplir los objetivos globales planteados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2020, según un estudio publicado en eClinical Medicine en el que se han comparado distintos modelos de transmisión del VPH y progresión del cáncer de cuello uterino.

Los mencionados objetivos de la OMS –desarrollados a partir de distintos modelos de intervención en 78 países de rentas bajas y medianas– instan a las naciones a que el 90% de las niñas se hayan vacunado frente al VPH antes de los 15 años, a que el 70% de las mujeres se sometan a dos pruebas de cribado (incluida la prueba del VPH) a los 35 y 45 años y a que al 90% de las mujeres con lesiones precancerosas o cáncer de cuello uterino reciban tratamiento.

Sin embargo, en dichos modelos no se tuvieron en cuenta la prevalencia del VIH, el uso del tratamiento antirretroviral ni las tasas de circuncisión. Esto es importante porque las mujeres con el VIH pueden correr un riesgo más elevado de desarrollar cáncer de cuello de útero tras adquirir el VPHPor este motivo, la prevención del VIH y el mantener una carga viral indetectable con el tratamiento antirretroviral también tiene un efecto sobre la incidencia de dicho tipo de cáncer. Por último, la circuncisión masculina protege a los hombres frente al VPH, lo que a su vez se traduce en una reducción reduce la prevalencia de este virus en sus parejas sexuales femeninas.

Debido al mencionado impacto del VIH en los objetivos de eliminación del cáncer de cuello uterino de la OMS, los autores del estudio desarrollaron tres modelos de trasmisión del VPH y progreso del cáncer de cuello uterino con el fin de evaluar distintas estrategias de prevención y detección, así como en qué momento se eliminaría el cáncer de cuello uterino como problema de salud pública. Además, los autores valoraron la necesidad de contar con protocolos de vacunación y detección diferentes para mujeres con el VIH.

Para los modelos del estudio se utilizaron datos demográficos y de prevalencia del VIH, VPH y cáncer de cuello uterino a lo largo del tiempo en Sudáfrica, país elegido por su elevada prevalencia del VIH y por disponer de datos sobre el mencionado cáncer gracias a un programa nacional que lleva recogiendo estas cifras desde el año 2000. Por otro lado, su similitud con otros países del sur y este de África en cuanto a prevalencia del VIH, los hallazgos del estudio podrán ayudar a desarrollar estrategias para la eliminación del cáncer del cuello uterino en dichas naciones.

El estudio estableció tres escenarios para la vacunación contra el VPH y la detección del del cáncer de cuello uterino en toda la población. En el primero solo se contemplaba la vacunación en niñas de 9 a 14 años. En el segundo se vacunaban a las niñas en esa franja de edad y se añadía un cribado de detección del cáncer de cuello uterino en mujeres de 35 años. Por último, en el tercer escenario se añadía una segunda prueba de detección a los 45 años. Estos escenarios se compararon con tasas de ausencia de vacunación y tasas de cribado del 13% o inferiores.

Por otro lado, los modelos incorporaron otros tres escenarios relacionados con la incidencia del VIH: un primer escenario donde solo se contemplaba la vacunación de mujeres jóvenes con el VIH de 15 a 24 años; un segundo escenario donde se realizase el cribado del cáncer de cuello uterino cada tres años en mujeres con el VIH entre 24 y 49 años; y un tercer escenario que combinaba los dos primeros. 

Las conclusiones de los modelos revelaron que, para 2120, las estrategias realizadas a nivel de toda la población conseguirían una reducción entre el 83% y el 87% de la incidencia del cáncer de cuello uterino. No obstante, a más corto plazo, se observó que la estrategia de la vacunación de las niñas junto a la realización de dos pruebas de detección en la vida de las mujeres conseguía una reducción del 49% de la incidencia del cáncer para el año 2045, en comparación con la estrategia de solo vacunación, que apenas reduciría dicha incidencia en un 15%.

La estrategia de la vacunación junto con dos pruebas de cribado en la vida evitaría el 28% de los casos de cáncer de cuello uterino al término de 25 años y lograría la su eliminación para el año 2093 (menos de 4 casos por cada 100.000 personas). Por otro lado, la estrategia de poner la vacuna a niñas entre de 9 a 14 años sin la realización de ninguna prueba de detección en mujeres adultas solo conseguía evitar el 4% de los casos de cáncer de cuello uterino al cabo de 25 años y no se alcanzaba la eliminación en ninguno de los modelos.

Para las mujeres con el VIH, el modelo reveló que la estrategia más eficaz para toda la población no permitiría eliminar el cáncer de cuello uterino para el año 2120, pero sí una reducción en su incidencia de entre el 75% y el 92%. Al añadir a esta estrategia la vacunación a mujeres jóvenes con el VIH, los modelos arrojaron como resultado una modesta reducción en la incidencia del cáncer de cuello uterino, pero no aceleraba su eliminación, ya fuera en la población total como en la de mujeres con el VIH.

Si a la estrategia más eficaz para el total de la población se le añadía una mayor frecuencia de pruebas de detección los modelos mostraban como resultado una reducción del 40% de la incidencia de cáncer de cuello uterino entre las mujeres con el VIH para el año 2045 y del 27% para el año 2120. Sin embargo, aunque en los modelos también aceleraba la eliminación del cáncer de cuello uterino en mujeres con VIH en un periodo de 10 a 20 años vista, conseguía metas menos ambiciosas que los modelos de población total, con un 85% de reducción en la incidencia en lugar de menos de cuatro casos por 100.000 personas.

En sus conclusiones, los autores del estudio indican que la eliminación del cáncer de cuello uterino será un desafió en mujeres con el VIH y que es esencial para ello contar con una alta cobertura de vacunación frente al VPH y realizar exámenes de detección cada tres años en este grupo. Además, la integración de servicios de detección y tratamiento del cáncer de cuello uterino junto con los de VIH estimularía la eficiencia y simplificaría la prestación de servicios.

Fuente: AIDSMAP / Elaboración propia (gTt-VIH)

Referencias: Boily MC et al. Estimating the effect of HIV on cervical cancer elimination in South Africa: comparative modelling of the impact of vaccination and screening. eClinical Medicine 54: 101754, published online 17 November 2022

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