AIDS 2018: La infección por el VIH se asocia a un mayor riesgo de fallo cardiaco

Este mayor riesgo no parece estar relacionado con la presencia de aterosclerosis sino con otros motivos tales como el daño producido por el VIH en los miocitos, la inflamación crónica y la miocarditis causada por infecciones o exposición de agentes tóxicos

Marta Villar
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La infección por el VIH se relaciona con un riesgo significativamente mayor de sufrir fallo cardiaco. Aunque se desconoce todavía con exactitud el motivo de esta asociación, los investigadores reconocen que el  fallo cardíaco no parece estar relacionado con la presencia de aterosclerosis. Estas son las principales conclusiones de un estudio estadounidense presentado durante la 22 Conferencia Internacional del Sida (AIDS 2018), celebrada a finales de julio en Ámsterdam (Países Bajos).

Actualmente, gracias al tratamiento antirretroviral, la esperanza de vida de las personas con el VIH se aproxima bastante a la de la población general. El hecho de que las personas con el VIH vivan más tiempo trae consigo que tengan que enfrentarse a problemas crónicos de salud no relacionados con el VIH como las enfermedades cardiovasculares o el cáncer.

Muchos estudios han examinado la incidencia de las enfermedades cardiovasculares en las personas con el VIH, generalmente relacionadas con ateroesclerosis y enfermedad de las arterias coronarias las cuales ocurren cuando la placa se acumula dentro de las arterias coronarias estrechándolas y reduciendo el flujo sanguíneo lo que puede provocar ataques cardíacos e ictus. Existe constancia de que la infección por el VIH se relaciona con un mayor riesgo de sufrir eventos cardiovasculares ateroscleróticos (véase La Noticia del Día 12/05/2015). Sin embargo, la investigación poco se ha centrado en la insuficiencia cardiaca de estos pacientes, es decir, en la incapacidad del músculo del corazón para bombear adecuadamente la sangre.

Con el fin de arrojar un poco más de luz sobre estas cuestiones, un equipo de investigadores analizó la insuficiencia cardíaca y los posibles factores que contribuyen a la misma en las personas con el VIH del norte de California, el sur de California y los estados del Atlántico medio de EE UU entre los años 2000 y 2016.

El estudio, conocido como HEART, incluyó a pacientes con el VIH que no presentaban una insuficiencia cardiaca con anterioridad y los emparejaron en una proporción de 10 a 1 con personas sin el VIH, de la misma edad, sexo y etnia. En total, el estudio contó con una población de 38.868 personas con el VIH y 386.586 personas seronegativas.

En ambos grupos, aproximadamente el 90% eran hombres; alrededor del 40% eran de etnia blanca, el 21% de etnia negra, el 20% hispanos y el 4% asiáticos. Aproximadamente la mitad de los participantes del grupo con el VIH eran hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (HSH). La edad media fue de 41 años, con cerca del 80% en el grupo con edades de 21 a 49 años y solo el 5% tenía 60 años o más. Alrededor del 14% eran fumadores o lo habían sido y un 3% presentaba problemas de alcoholismo. En el grupo de personas con el VIH, el 4,4% tenía historia previa de uso de drogas, aproximadamente el doble que en el grupo sin el virus.

En relación con las comorbilidades, tanto la enfermedades de las arterias coronarias como los eventos cardiovasculares relacionados (infarto de miocardio y derrame cerebral) fueron poco frecuentes en ambos grupos (menos del 5%). Sin embargo, la enfermedad hepática crónica, el cáncer, la depresión o la demencia fueron más frecuentes entre las personas con el VIH. Por el contrario, los participantes sin el VIH tuvieron aproximadamente el doble de probabilidades de presentar los factores de riesgo cardiovasculares tradicionales como la presión arterial alta, niveles de lípidos elevados en sangre y diabetes.

Al inicio del estudio, solamente el 18% de los participantes con el VIH estaba recibiendo tratamiento antirretroviral. Los investigadores tratan de explicar esta tasa tan baja porque la recopilación de datos se realizó tras el diagnóstico y antes de iniciar el tratamiento antirretroviral. Debido a este motivo apenas hay datos sobre el recuento de células CD4 y carga viral de la mayoría de participantes. La mayor parte de los participantes de los que sí se tenían determinaciones de la carga viral no estaban indetectables. Por lo que respecta la situación inmunitaria, alrededor del 30% tenía recuentos de células CD4 superiores a 500 células/mm3, el 13% valores inferiores a las 200 células/mm3 y del 43% no se tenían datos.

Las personas con el VIH presentaron una tasa significativamente mayor de insuficiencia cardíaca, en comparación con las personas seronegativas, a pesar de tener menos factores de riesgo cardiovascular. La incidencia de insuficiencia cardíaca aumentó con el tiempo en ambos grupos, pero el grupo de personas con el VIH experimentó un aumento más pronunciado: entre aquellos participantes con 17 años de seguimiento, la incidencia acumulada de insuficiencia cardíaca fue de alrededor al 4,5% para las personas con el VIH en comparación con el 3% para el grupo de personas sin el VIH.

En el análisis multivariable, tras controlar por   características demográficas, las personas con el VIH presentaron un riesgo 54% mayor de insuficiencia cardíaca que las personas seronegativas. Esta asociación se fortaleció en el modelo ajustado al considerar los antecedentes médicos, el uso de medicamentos y otros potenciales factores alcanzando un aumento del riesgo del 75%.

Los investigadores del presente estudio concluyeron que la infección por el VIH se relaciona de forma independiente con un mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca. Este mayor riesgo no parece estar relacionado con la enfermedad aterosclerótica o el uso de medicamentos cardioprotectores.

Como posibles explicaciones de este mayor riesgo los investigadores señalan: el daño que el VIH causa directamente a los miocitos (células del músculo cardiaco), la inflamación crónica debida al VIH que afecta al corazón y la miocarditis relacionada con infecciones o exposición a agentes tóxicos, incluidos los medicamentos antirretrovirales. Además, señalan la importancia de que el personal sanitario tengo mayor conciencia de la insuficiencia cardiaca como explicación de ciertos síntomas en las personas con el VIH.

Debido a la pequeña proporción de participantes que recibían tratamiento antirretroviral, sería de especial interés replicar el estudio con un mayor número de personas con la carga viral indetectable.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Go A et al. HIV infection independently increases the risk of developing heart failure: The HIV HEART study. 22nd International AIDS Conference, Amsterdam, abstract THAB0103, 2018. 

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