Se identifica una nueva causa de enfermedad hepática crónica en personas con VIH

Un estudio sugiere considerar la hiperplasia nodular regenerativa cuando el origen de la hepatopatía es desconocido

Juanse Hernández
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Las hepatopatías son responsables de un número importante y cada vez mayor de muertes en personas con VIH. Las causas principales de enfermedad hepática crónica en personas con VIH son la coinfección con los virus de las hepatitis B y/o C; el uso de drogas y consumo de alcohol en exceso; la resistencia a la insulina y los efectos secundarios de la medicación. Sin embargo, en algunos pacientes la causa de la enfermedad hepática es desconocida, por lo que a estos casos se los denomina criptogénicos, es decir de origen desconocido. Hasta la fecha, la enfermedad hepática de origen desconocido en personas con VIH no ha sido descrita a fondo, lo que significa que siguen sin conocerse sus causas, su importancia clínica y pronóstico.

En un informe publicado en la edición del 11 de enero de AIDS, se identifica una nueva causa de enfermedad hepática en personas con VIH. Un grupo de investigadores en París ha hallado que un 8% de las personas con VIH que recibieron tratamiento en un centro especializado en dolencias del hígado tuvo hiperplasia nodular regenerativa, una extraña, pero potencialmente fatal, enfermedad hepática. El síndrome implica hipertensión portal, es decir el aumento de la presión en la vena porta que conecta los intestinos con el hígado, lo que puede causar hemorragias como consecuencia del sangrado de las varices esofágicas.
 
La hiperplasia nodular regenerativa se caracteriza por la presencia de nódulos regenerativos extendidos en el hígado en ausencia de un estado de fibrosis significativa. Anteriormente se había observado esta patología en una única persona con VIH, y se creyó que era debido a la terapia con interleuquina-2.

Entre inicios de 2003 y mediados de 2006, a un total de 97 personas con VIH se le practicó biopsias hepáticas en el Hospital Universitario Necker en París. A ocho de estos individuos se les diagnosticó enfermedad hepática criptogénica, es decir de origen desconocido. Estas personas tenían una edad mediana de 39 años, cuatro eran hombres y cuatro mujeres y todos estaban tomando terapia antirretroviral. El recuento mediano de células CD4 fue aproximadamente de 250 células/mm3 y cinco pacientes tenían una carga viral por debajo de las 50 copias/ml.

Todos ellos tenían hipertensión portal. El examen de las biopsias mostró que siete personas tenían una arquitectura nodular en el hígado en consonancia con la hiperplasia nodular regenerativa, y en otro individuo, la dilatación sinusoidal (hinchazón y derrame de los vasos sanguíneos en el hígado) en el contexto de hipertensión portal llevó a los médicos a diagnosticarle hiperplasia nodular regenerativa. Muchos de los pacientes experimentaron posteriormente un deterioro de su salud. Cuatro personas experimentaron sangrado de varices, que se caracterizó por la general por deposiciones negras o vómitos de sangre; dos personas tuvieron un coágulo de sangre en la vena porta (trombosis); y dos pacientes tuvieron una acumulación de fluido en el abdomen (ascitis). Aunque todas las personas sobrevivieron, tres están actualmente a la espera de un trasplante de hígado.

Los investigadores sugieren posibles causas de hiperplasia nodular regenerativa en personas con VIH. Aunque las infecciones oportunistas son consideradas como una causa, se excluyó esta posibilidad dado que ninguna de estas personas había tenido una historia de enfermedades definidoras de SIDA. La terapia antirretroviral también se considera como una posible causa, especialmente dado que entre un 8 y un 12% de las personas que toman terapia anti-VIH experimentan efectos secundarios hepáticos. Los investigadores apuntan, sin embargo, que ninguna de las clases de fármacos antirretrovirales se ha asociado, hasta la fecha, con enfermedad hepática vascular. No obstante, también observan que todos los pacientes habían tomado alguna vez ddI, fármaco del que un estudio caso-control mostró previamente su asociación con enfermedad hepática de origen desconocido. El VIH por sí mismo también podría ser una causa, sobre todo teniendo en cuenta que la infección se ha asociado con hipertensión pulmonar y por ello, los investigadores especulan que el virus podría tener un efecto similar sobre el hígado. Por último, el VIH puede también incrementar el riesgo de trombosis, y sugieren que este hecho, junto con el uso de terapia con ddI, podría resultar en coágulos de sangre en el hígado que producirían la hiperplasia nodular regenerativa.

“Hemos descrito una serie de ocho casos consecutivos de hiperplasia nodular regenerativa que corresponden a una prevalencia de aproximadamente un 8% durante un período de tres años en nuestro hospital”, y añaden, sin embargo, que “esta prevalencia está probablemente subestimada”. Los autores recomiendan que los médicos deberían considerar un posible diagnóstico de hiperplasia nodular regenerativa si tratan a un paciente con enfermedad hepática de origen desconocido.

Concluyen que todavía hay un gran desconocimiento sobre la hiperplasia nodular regenerativa en personas con VIH, incluyendo sus causas, prevalencia y manejo óptimo. Por lo que respecta a sus posibles causas, los autores recomiendan que la “la toxicidad [antirretroviral] se debería examinar cuidadosamente”.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia.
Referencia: Mallet V et al., “Nodular regenerative hyperplasia is a new cause of chronic liver disease in HIV-infected patients”, AIDS 21:187-192, 2007.

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