Alteraciones en la densidad mineral ósea en personas con VIH

El uso de tenofovir y didanosina podría incrementar la pérdida de hueso

Francesc Martínez
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La osteopenia (densidad mineral ósea [DMO] reducida) y la osteoporosis (evolución de la osteopenia, de mayor gravedad) son afecciones que están apareciendo con frecuencia entre personas que tienen VIH. La infección crónica por el virus de la inmunodeficiencia humana y el empleo de determinados antirretrovirales han demostrado una influencia directa en su desarrollo. El envejecimiento de la población con VIH está, además, contribuyendo al aumento de la incidencia de estas enfermedades, ya que la menopausia y la edad son factores que incrementan el riesgo de padecer osteopenia y osteoporosis.

Diversos estudios transversales realizados en población adulta con VIH han mostrado resultados contradictorios al relacionar la DMO con el uso de antirretrovirales, pero, al analizarlos en profundidad, se han observado determinados sesgos que dificultaban la generalización de los resultados evidenciados. De este modo, el conocimiento acerca de la influencia de los medicamentos y otros factores individuales de las personas con VIH sobre los cambios en la DMO se encontraba limitado por la falta de estudios prospectivos con un cuidadoso control de factores potencialmente generadores de sesgos.

En la edición electrónica del 3 de octubre de Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes, se publican los resultados de un estudio estadounidense cuyo objetivo era conocer la influencia del VIH y su tratamiento sobre la DMO. Para tal fin, se seleccionó a un total de 379 participantes (283 hombres y 96 mujeres, de las cuales 76 eran premenopáusicas y 20 posmenopáusicas) de una cohorte heterogénea del estudio Nutrition for Healthy Living, que incluye a hombres y mujeres con VIH mayores de 18 años de Massachusetts o Rhode Island (EE UU).

La densidad mineral ósea total fue medida anualmente mediante absorciometría dual de rayos X (DEXA, en sus siglas en inglés); por otra parte, se recopiló información médica, alimenticia y sobre el comportamiento de los participantes. Mediante un modelo de regresión, se identificaron variables asociadas de forma independiente a cambios en la DMO entre exámenes DEXA consecutivos (los registros de todos los pacientes proporcionaron 799 intervalos entre dichos exámenes). A partir de estos datos, se estimaron los cambios porcentuales en la densidad mineral ósea por año relacionados con las diferentes variables evaluadas.

Al inicio del estudio, las medianas de edad, recuento de CD4 y carga viral fueron de 42 años, 364 células/mm3 y 2,7log10 copias/mL, respectivamente. El cambio estimado en la DMO total en personas que no tomaban terapia antirretroviral fue del -0,37% anual (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: de -0,76 a -0,02) en hombres, del -0,08% anual (IC95%: de -0,49 a 0,33) en mujeres premenopáusicas y del -1,07% (IC95%: de -1,86 a -0,28) en las posmenopáusicas.

Una mayor pérdida de la DMO total estuvo asociada con una menor cantidad de albúmina, un índice de masa corporal (IMC) más bajo y con el uso de esteroides, como prednisona o hidrocortisona, y de tenofovir (Viread®) y didanosina (Videx®).

La actividad física basada en la fuerza y el empleo prolongado de estavudina (Zerit®) o saquinavir (Invirase®) previnieron o mitigaron la pérdida de densidad mineral ósea total.

Entre las personas que tomaron terapia antirretroviral durante tres años (sin incluir los antirretrovirales arriba descritos), la tasa de pérdida de DMO fue del -0,57% anual (IC95%: de -1,00 a -0,14) en hombres, del -0,28% (IC95%: de -0,71 a -0,15) en mujeres premenopáusicas y del -1,27% (IC95%: de -2,07 a -0,47) en mujeres posmenopáusicas.

Así pues, un índice de masa corporal bajo, niveles reducidos de albúmina, el uso de corticoides y la menopausia, así como la terapia antirretroviral con tenofovir o didanosina podrían acelerar la disminución de la densidad mineral ósea y aumentar la subsiguiente aparición de osteopenia u osteoporosis. Por el contrario, el ejercicio físico basado en la fuerza y el uso de saquinavir y/o estavudina podrían proteger frente a la pérdida de hueso.

En general, la cantidad total de pérdida de hueso en la mayoría de participantes en el estudio fue relativamente pequeña, con independencia de los factores de riesgo asociados. No obstante, los autores del estudio recomiendan a las personas que viven con VIH mantener una nutrición y un peso corporal adecuados, así como practicar ejercicios físicos basados en la fuerza.

Fuente: aidsmeds.com.
Referencia: Jacobson DL, Spiegelman D, Knox TK, Wilson IB. Evolution and Predictors of Change in Total Bone Mineral Density Over Time in HIV-Infected Men and Women in the Nutrition for Healthy Living Study. J Acquir Immune Defic Syndr.2008, Oct 3. [Epub ahead of print.]

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