Transmisión vertical del VIH y pruebas diagnósticas invasivas

Un estudio italiano muestra bajo riesgo de transmisión del VIH asociado con este tipo de pruebas prenatales

Juanse Hernández
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En la era de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), el riesgo de transmisión vertical del VIH en mujeres embarazadas que se someten a técnicas diagnósticas invasivas y precoces es bajo. Ésta es la conclusión a la que llega un estudio italiano publicado en la edición del 30 agosto de American Journal of Obstetrics and Gynecology.

Aunque actualmente se aconseja “una actitud cautelosa”, el Dr. Edgardo Somigliana, de la clínica L. Mangiagalli en Milán (Italia), y sus colegas señalan que las pruebas prenatales invasivas tempranas no se deberían negar a mujeres con VIH que están en riesgo aumentado de desarrollar anomalías fetales.

El equipo del Dr. Somigliana observa que los estudios que se llevaron a cabo en la era pre-TARGA sugirieron que la amniocentesis, la toma de muestras de vellosidades coriónicas o la cordocentesis podrían incrementar el riesgo de transmisión del VIH de madre a hijo. En este estudio, el equipo italiano evaluó el riesgo de transmisión vertical del VIH en una serie de 775 mujeres con VIH embarazadas que dieron a luz con posterioridad a 1997, cuando el uso de TARGA estaba bastante generalizado.

En esta serie, 63 mujeres (8,1%) se sometieron a una prueba diagnóstica invasiva precoz durante el segundo trimestre, y 84 mujeres estaban tomando tratamiento en el momento de hacerse la prueba.

De entre las 60 criaturas recién nacidas viables, hubo sólo dos casos de infección por VIH (3,3%), por lo que los investigadores señalan: “Este índice no difirió significativamente del índice de transmisión que se ha observado en mujeres que no se sometieron a técnicas invasivas prenatales (1,7%)”.

Además, en uno de los recién nacidos infectados, la madre no estaba tomando TARGA en el momento de la amniocentesis dado que ignoraba que estuviera infectada con VIH. En el otro, la madre infectada inició monoterapia con AZT sólo 3 semanas antes de realizarse una prueba diagnóstica invasiva.

“Si se planifica un procedimiento prenatal invasivo”, escribe el Dr. Somigliana y sus colegas, “entonces la mujer debería estar recibiendo una terapia antirretroviral óptima y tener ARN de VIH indetectable antes de someterse a la prueba”.

Este estudio también muestra que el índice de mujeres con VIH que se someten a este tipo de pruebas diagnósticas parece haber aumentado progresivamente, desde un 4% en 1997 a un 14% en 2003.

Fuente: Medscape

Referencia: Somigliana, E, Bucceri, AM, Tibaldi et alii, “Early invasive diagnostic techniques in pregnant women who are infected with the HIV: A multicenter case series”, American Journal of Obstetrics and Gynecology 2005; 193:437-442.

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