Los inhibidores de la integrasa se asocian con depresión y suicidio en mayor medida que otros antirretrovirales

Aunque la frecuencia de dichos eventos resulta baja, es importante que los profesionales sanitarios sean conscientes de dicha vinculación

Francesc Martínez
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Los casos de depresión e ideación suicida son comunicados con mayor frecuencia entre personas que toman inhibidores de la integrasa que en aquellas que siguen su tratamiento frente al VIH con otras familias de antirretrovirales. Esta es la principal conclusión de un estudio que ha analizado más de 124.000 registros de la base de datos sobre efectos secundarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Diversos estudios han evidenciado que los riesgos de depresión y suicidio son más altos en personas con el VIH que en la población general (véase La Noticia del Día 20/04/2023). Generalmente se ha observado que dicho riesgo es máximo durante el primer año tras el diagnóstico. Esto a menudo ha llevado a los investigadores a considerar el impacto psicosocial de recibir un diagnóstico de VIH como causante de un riesgo incrementado de depresión y suicidio en mayor medida que otros posibles factores, como el impacto que tienen algunos antirretrovirales sobre el sistema nervioso central. Cabe destacar que la depresión y la ideación suicida fueron identificados como efectos adversos vinculados a diversos inhibidores de la integrasa ya durante sus fases de desarrollo clínico precomercialización, aunque el balance riesgo-beneficio se estimó como claramente favorable.

Los inhibidores de la integrasa comercializados en la actualidad son dolutegravir (Tivicay®, en Juluca®, Dovato® y Triumeq®), bictegravir (en Biktarvy®), cabotegravir (Vocabria®), elvitegravir (en Stribild® y Genvoya®) y raltegravir (especialidad farmacéutica genérica [EFG], Isentress®).

Para establecer la posible asociación entre las diversas familias de antirretrovirales y el riesgo de depresión y suicidio, un equipo de investigadores franceses examinó los registros de la base de datos de la OMS VigiBase -especializada en farmacovigilancia- de personas con el VIH en tratamiento antirretroviral entre los años 2008 y 2020.

Un total de 124.184 registros de efectos secundarios en personas en tratamiento antirretroviral fueron incluidos en el análisis, el 18,2% de los cuales se produjeron en aquellas que tomaban inhibidores de la integrasa.

Los investigadores identificaron en su análisis 1.404 casos de depresión y 777 de suicidio o ideación suicida vinculados con antirretrovirales. De ellos, 547 casos de depresión y 357 de suicidio o ideación suicida se relacionaron con personas en tratamiento con inhibidores de la integrasa. Los registros provinieron de casos de EE UU, Francia y España.

Tras llevar a cabo un análisis de desproporcionalidad, los investigadores hallaron que las personas en tratamiento con inhibidores de la integrasa presentaron una probabilidad 3,6 veces mayor de experimentar depresión que la observada en personas en tratamiento con otros antirretrovirales. Aunque todos los inhibidores de la integrasa presentaron dicha asociación, bictegravir y dolutegravir fueron los que la mostraron más destacada.

Del mismo modo, las personas en tratamiento con inhibidores de la integrasa registraron una probabilidad de suicidio o de ideaciones suicidas 4,7 veces mayor a la observada en personas en tratamiento con otros antirretrovirales. En este caso, dolutegravir fue el inhibidor de la integrasa relacionado con más fuerza con el suicidio o las ideaciones suicidas.

Tanto los eventos depresivos como los de suicidio o ideación suicida tuvieron lugar un promedio de 90 días tras el inicio del tratamiento antirretroviral. En cualquier caso, se observaron diferencias en función del fármaco: el inicio de la depresión se dio un promedio de 30 días después de iniciar el tratamiento con bictegravir y el de los casos de suicidio o ideación suicida tras un promedio de seis días en el caso de bictegravir, de 90 días en el de dolutegravir, de 120 en el caso de raltegravir y de 150 en el de cabotegravir.

Las razones de la asociación de los inhibidores de la integrasa con depresión, suicidio o ideación suicida no están claras y el diseño del presente estudio dificulta esclarecerlo por tratarse de información no estandarizada y con poco contexto. No se pudieron evaluar los historiales de las condiciones psiquiátricas que podrían haber padecido previamente los participantes ni la información clínica específica de los mismos.

En todo caso, en el presente estudio se observa una asociación entre los inhibidores de la integrasa y la depresión, el suicidio o la ideación suicida que podría ayudar a explicar, aunque sólo fuera en parte, el mayor riesgo de padecer dichos trastornos observado en personas con el VIH respecto a la población general. De este modo, sería importante que los profesionales sanitarios que atienden a personas con el VIH tuvieran en cuenta este estudio y valoraran los datos de salud mental de sus pacientes antes de prescribir inhibidores de la integrasa o los valoraran durante el seguimiento clínico de aquellas personas que los toman.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt).

Referencia: Préta L-H et al. Association of depression and suicidal behaviour reporting with HIV integrase inhibitors: a global pharmacovigilance study. Journal of Antimicrobial Chemotherapy 78 (8): 1944-47, 2023 (open access). https://doi.org/10.1093/jac/dkad187

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