El VHC puede sobrevivir hasta 63 días en las jeringuillas

El virus de la hepatitis C (VHC) podría seguir siendo transmisible a través de las jeringuillas mucho después de su primer uso, según un estudio presentado en la XVII Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas [CROI], celebrada recientemente en San Francisco (EE UU).

Liz Highleyman

Un mayor tamaño de las jeringuillas y una temperatura ambiente más fresca fueron factores relacionados con un mayor tiempo de supervivencia: hasta dos meses.

Una elevada proporción de personas que tienen hepatitis C crónica contrae el virus por compartir materiales para la inyección de drogas. Las tasas de infección por VHC varían entre un 30% hasta un máximo del 90% en distintos grupos de usuarios de drogas inyectables, una prevalencia muy superior a la del VIH.

Aunque las medidas destinadas a la reducción de daños, como los programas de intercambio de jeringuillas, han conseguido una reducción drástica en el número de nuevas infecciones por VIH entre los usuarios, han tenido menos impacto en el caso de la hepatitis C. Además, la transmisión del VHC es diez veces más frecuente que la del VIH en el caso de un pinchazo accidental.

Elías Paintsil y un equipo de colaboradores, de la Facultad de Medicina de Yale en Connecticut (EE UU), diseñaron un estudio para poner a prueba la hipótesis de que esta mayor probabilidad de infección podría deberse a una mayor supervivencia del VHC en las jeringuillas.

El equipo de investigadores desarrolló una nueva prueba de laboratorio para evaluar la viabilidad de VHC en la sangre residual en las jeringuillas. Como el VHC extraído directamente de las personas infectadas no se puede cultivar en el laboratorio, se utilizó un virus con un genotipo 2a especial denominado "reporter", capaz de vivir en cultivos celulares.

Los responsables del estudio primero prepararon las jeringuillas llenándolas con sangre, a la que se añadió el VHC. Se analizaron dos tipos de jeringuillas y volúmenes de sangre: Una jeringuilla tipo insulina, de pequeña capacidad, con una aguja fijada permanentemente, se llenó con 2 μL de sangre, mientras que otra jeringuilla de mayor capacidad (tipo tuberculina), con una aguja desmontable, se llenó con 32 μL de sangre. Las personas que se inyectan hormonas [por ejemplo, las personas transgénero o las que practican culturismo] suelen utilizar jeringuillas de mayor tamaño.

Algunas jeringuillas se estudiaron de inmediato, mientras que otras fueron almacenadas por períodos de tiempo de hasta dos meses. Las jeringuillas se almacenaron a tres temperaturas diferentes: 4 °C (similar a la temperatura de una nevera común), 22 °C [temperatura ambiente en un clima templado] y 37 °C (temperatura corporal o de un clima muy cálido). Las jeringas fueron vaciadas y el virus recuperado fue sometido a pruebas en cultivos celulares para comprobar su capacidad de infección.

El equipo de investigadores descubrió que los cultivos celulares evidenciaron distintos niveles de infectividad del VHC. En cuanto a la proporción de las jeringuillas que contenían virus infecciosos, en el caso de las de volumen reducido, la probabilidad de encontrar virus con capacidad de infección disminuyó con rapidez en las almacenadas a 37 °C y, así, ninguna contenía VHC viables tras el primer día de almacenamiento a esa temperatura.

A 22 °C, un tercio de las jeringuillas aún contenían virus con capacidad de infectar en el primer día, pero ya no se encontró ninguno al día tres. A 4 °C, alrededor de dos tercios de las jeringuillas tenían VHC viables en el primer día, en torno a la cuarta parte en el tercer día y aproximadamente el 5% en el día siete.

The pattern was not as consistent for the high-volume scenario. At the coldest temperature, nearly all syringes still had viable HCV at day seven, about half did at day 35, and a small proportion did even at day 63 (nine weeks).

El patrón no fue tan coherente en el caso de las jeringuillas de mayor capacidad. A la temperatura más fría, casi todas las jeringuillas todavía tenían VHC viables en el séptimo día, en torno a la mitad al día 35 y aún se encontró una pequeña proporción que tenían virus viables en el día 63 (nueve semanas).

El número de jeringuillas que inicialmente contenían virus infecciosos disminuyó con mayor rapidez en el caso de las dos temperaturas más altas, pero luego se estabilizó. A temperatura ambiente, cerca del 70% de las jeringas contenían un VHC viable en el día siete y un 40% en el día 35. A 37 °C, la proporción fue de algo más del 50% en el día siete y apenas algo inferior al día 35. De nuevo, una pequeña proporción seguía conteniendo VHC infeccioso transcurridos 63 días.

Respecto al título o cantidad de VHC viable, en el caso de las jeringuillas de capacidad reducida, la cantidad de virus presente mostró una tasa de disminución en dos fases, con una reducción inicial rápida seguida por una velocidad lenta de desaparición. Una vez más, la cantidad de virus varió según la temperatura. A 37 °C, el VHC infeccioso disminuyó hasta un nivel indetectable entre los días dos y tres, y a 22 °C, al tercer día. Sin embargo, a 4 °C, se mantenía una pequeña cantidad al día 7.

En el caso de las jeringuillas de mayor volumen, los niveles de virus viables se redujeron hasta aproximadamente el día siete para las dos temperaturas más elevadas y durante el doble de tiempo a 4 °C. A partir de ese momento, los niveles se mantuvieron bajos, pero estables durante el resto del tiempo del estudio para todas las temperaturas.

El equipo de científicos concluyó que la supervivencia del VHC infeccioso depende del tipo y tamaño de la jeringa, siendo las de agujas extraíbles y de gran capacidad las que tienen más probabilidades de transmitir el virus. Además, una temperatura más baja conservó el virus de la hepatitis C viable en las jeringuillas de bajo volumen más que en las de mayor capacidad.

En comparación con el VIH, se comprobó que el VHC y el VIH se mantienen una cantidad de tiempo similar en las jeringuillas de bajo volumen, pero el VHC parece ser capaz de sobrevivir más tiempo que el VIH en las de gran capacidad.

En una intervención al respecto en una conferencia de prensa, el doctor Paintsil declaró que estos resultados tienen implicaciones para los esfuerzos destinados a la reducción de daños, al sugerir que, probablemente, sea conveniente que los programas de intercambio de agujas ofrezcan jeringuillas tipo insulina en lugar de las de mayor tamaño. Sin embargo, subrayó que "la idea principal es que no se reutilicen las jeringuillas" y que los programas deben proporcionar las suficientes para que los usuarios no tengan que compartirlas.

En respuesta a una pregunta, explicó que deben realizarse más estudios para determinar si la transmisión del VHC a través del uso de drogas inyectables varía entre los climas cálidos y fríos o entre el verano y el invierno.

Referencia: Paintsil E, et al. Survival of HCV in syringes: implication for HCV transmission among injection drug users. Seventeenth Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, San Francisco, abstract 168, 2010.

Más información:

En el sitio web oficial de la conferencia, puede consultarse el abstract correspondiente.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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