Se emplea la ‘exposición’ al VIH por un mordisco como base para una acusación de terrorismo en un caso en EE UU

Un hombre gay con VIH que fue arrestado tras haber propinado, presuntamente, un mordisco a un agresor mientras se defendía, ha sido acusado atendiendo a la legislación terrorista del estado de Michigan (EE UU).

Michael Carter

Las noticias en The Michigan Messenger y en el blog criminalhivtransmission apuntan que esta persona ha sido acusada de asalto con intención de mutilar, asalto para provocar un gran daño físico, y posesión o uso de un dispositivo capaz de provocar daño. La acusación final se basa en una ley vigente desde 2004 en el estado de Michigan, que fue aprobada a raíz de los ataques terroristas de septiembre de 2001 en EE UU.

Se trata de otro caso más de una serie en que la exposición a la saliva o los mordiscos han servido de base para el enjuiciamiento de personas con VIH.

El acusado había sido víctima de acoso y asalto homófobos durante varios años por parte de sus vecinos. Durante el último incidente, presuntamente mordió a uno de los atacantes en el labio mientras se defendía.

La cadena de televisión estadounidense Fox News descubrió que el hombre tenía VIH y esto sirvió de base para los posteriores cargos.

En una vista previa del caso, la juez que preside el caso, Linda Davis, afirmó: “[El hombre] sabía que tenía el VIH y mordió a esa persona (…) eso, en sí mismo, revela intencionalidad”.

La exposición y transmisión del VIH constituye un delito en numerosos estados del país norteamericano, así como en otros países del mundo. La acusación de terrorismo en el caso de Michigan evidencia hasta qué extremos se puede llegar a utilizar el derecho penal en dichas situaciones.

Además, la aplicación de la legislación terrorista ofrece un ejemplo de las actitudes extremadamente estigmatizadoras hacia el VIH que son prevalentes entre los fiscales y la magistratura.

Este aspecto fue señalado por Bebe Anderson, de Lambda Legal Defence, quien declaró al Michigan Messenger: “Es muy importante intentar aportar ante los jueces y la fiscalía una información precisa sobre el VIH. Creo que lo que sucede es que estos enjuiciamientos están alimentados por la ignorancia y, por desgracia, ésta se ve acrecentada porque el juez falla una sentencia basada en el miedo y los mitos que rodean al VIH y no en el riesgo real que supone una conducta en particular”.

Nunca se ha registrado un caso de transmisión del VIH relacionado con recibir una escupidura o exponerse a la saliva.

En la literatura médica se han documentado un puñado de transmisiones del VIH atribuibles a los mordiscos. En todos los casos implicaron la exposición a sangre con el virus y se refieren a la época anterior a disponer de la terapia antirretroviral. El acusado está tomando tratamiento anti-VIH y posee una carga viral indetectable, lo que significa que el riesgo de transmisión, incluso en el caso de actividades de alto riesgo durante la práctica de sexo sin protección, es muy bajo.

El abogado del acusado estará preparando una sólida defensa y, según el Michigan Messenger, ha declarado: “Al final, el público reconocerá el hecho de que mi cliente, no sólo no es culpable, sino que, de hecho, es víctima de un delito de odio: el apaleamiento de un hombre gay”.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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