Elevada prevalencia de anomalías cardíacas asintomáticas en pacientes con VIH

Las anomalías asintomáticas del corazón son frecuentes en personas con VIH, según publica un grupo de investigadores de EE UU en la edición digital de Clinical Infectious Diseases.

Michael Carter

Al monitorizar un elevado número de pacientes mediante el uso de pruebas ecocardiográficas, se observaron unas tasas de anomalías cardíacas funcionales y estructurales mucho mayores de lo esperado.

“Las anomalías del corazón fueron detectadas a menudo por medio de ecocardiografías, a pesar de la relativamente corta edad y los elevados niveles de CD4 de los participantes”, comentaron los investigadores.

Sin embargo, la mayoría de los factores de riesgo asociados con anomalías cardíacas eran potencialmente modificables.

Gracias a la efectividad de la terapia antirretroviral, muchas personas con VIH pueden mantener unas buenas condiciones de vida hasta edades avanzadas.

No obstante, existe cierta preocupación relativa a que algunas personas presentan un mayor riesgo de experimentar enfermedades cardiovasculares. Diversas investigaciones sugieren que las personas con VIH tienen una mayor probabilidad de sufrir un ataque al corazón o una apoplejía que aquellas no infectadas. Las causas de este riesgo cardiovascular incrementado parecen incluir la propia infección por VIH, el empleo de determinados antirretrovirales, junto con otros factores tradicionales, como la edad, el hábito tabáquico y la dieta.

La prevención de las enfermedades cardiovasculares constituye un componente cada vez más importante de la atención a las personas con VIH. Como muchos de los factores de riesgo son potencialmente modificables, la detección precoz de los problemas supone que los pacientes pueden ser estimulados y apoyados para que realicen cambios en su estilo de vida que reduzcan el riesgo de experimentar un acontecimiento cardíaco.

Sin embargo, poco se conoce sobre la prevalencia y factores de riesgo de padecer disfunciones cardíacas estructurales y funcionales. Por ello, investigadores del Estudio Estadounidense para Entender la Historia Natural del VIH/Sida en la Era de la Terapia Eficaz (conocido como estudio SUN) monitorizaron a 656 pacientes en relación con estas anomalías mediante el uso de ecocardiografías.

El estudio fue realizado entre 2004 y 2006. Los participantes tenían una mediana de edad de 41 años. La mayoría (76%) eran hombres, el 71% eran blancos y el 73% tomaban antirretrovirales. Los pacientes tenían una función inmunitaria bien preservada y una mediana del recuento de CD4 de 462 células/mm3. Casi todos aquellos que tomaban terapia antirretroviral (91%) tenían una carga viral inferior a 400 copias/mL.

Solo un tercio de los pacientes presentaba una función y estructura cardíaca normales.

Los resultados evidenciaron que el 18% de las personas mostraba una disfunción sistólica ventricular izquierda, el 26% disfunción diastólica, el 57% hipertensión pulmonar, el 7% hipertrofia ventricular izquierda y el 40% dilatación de la aurícula izquierda.

Los investigadores hicieron notar que estas prevalencias son mucho mayores que las apreciadas en la población general estadounidense. Por ejemplo, únicamente el 5% de las personas sin VIH presentaba dilatación de la aurícula izquierda.

El análisis estadístico reveló la existencia de diversos factores de riesgo relacionados con las anomalías observadas en las personas con VIH.

Aquellas con disfunción sistólica ventricular izquierda tenían un historial de ataques al corazón (p= 0,019), niveles elevados del marcador de inflamación proteína C reactiva (p= 0,033) y tabaquismo (p= 0,036).

La disfunción diastólica también se asoció con niveles elevados de proteína C reactiva (p= 0,027) y con tensión arterial alta (p= 0,003).

Los factores de riesgo de hipertensión pulmonar incluyeron el uso en el momento del inhibidor de la proteasa ritonavir (p= 0,037).

Los autores identificaron la tensión arterial alta (p= 0,002), diabetes (p= 0,003), etnia negra (p= 0,006), niveles elevados de proteína C reactiva (p= 0,15) y tratamiento actual con abacavir (p= 0,02) como factores de riesgo de padecer hipertrofia ventricular izquierda. Las mujeres con un índice de masa corporal superior a 25, asimismo, presentaron un riesgo incrementado de sufrir dicha anomalía.

Solo dos factores se asociaron con dilatación de la aurícula izquierda: tensión arterial elevada (p= 0,008) y uso reciente de cannabis (p= 0,013)

Ninguno de esos factores de riesgo fue calificado como de “inesperado” por lo investigadores, quienes también destacaron que muchos de ellos son potencialmente modificables.

Por lo tanto, concluyeron que “los resultados respaldan las modificaciones del estilo de vida -tales como dejar de fumar o perder peso- como prioridades constantes en el manejo crónico de la infección por VIH”.

Referencia: Mondy K, et al. High prevalence of echocardiographic abnormalities among HIV-infected persons in the era of highly active antiretroviral therapy. Clin Infect Dis: online edition (DOI: 10. 1093/cid/ciq066), 2011 (En esta dirección podrás encontrar el abstract de forma gratuita).

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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