TARGA reduce los acontecimientos de SIDA cuando la respuesta al tratamiento es pobre

La terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) puede reducir la incidencia de acontecimientos de enfermedad relacionada con SIDA en pacientes que presentan respuestas inadecuadas al tratamiento, según un estudio de cohorte observacional aparecido en la edición del 15 de marzo de la publicación Clinical Infectious Diseases.

Chris Gadd

Los investigadores descubrieron que los pacientes con una respuesta pobre a TARGA tenían menos probabilidad de sufrir acontecimientos de SIDA que los pacientes que tenían niveles de recuento de células CD4 similares antes de que estuvieran disponibles las potentes combinaciones de fármacos del VIH. Entre los acontecimientos de SIDA se incluyen enfermedades como neumonía por Pneumocystis Carini (PCP) y candidiasis esofágica u “hongos en la garganta”.
 
El efecto de TARGA fue constatable incluso cuando los autores del estudio limitaron su análisis a pacientes que tenían cargas virales elevadas a pesar de estar tomando terapia antirretroviral. Esto sugiere que TARGA es útil en la prevención de la enfermedad incluso cuando las respuestas virológicas e inmunológicas al tratamiento parecen ser inadecuadas.
 
“Incluso en pacientes con una avanzada inmunosupresión y una respuesta inadecuada a la terapia del VIH en cuanto a recuento de células CD4 y carga viral, el seguir en TARGA puede reducir la incidencia de nuevos acontecimientos relacionados con SIDA”, concluyen los autores.
 
El grupo de investigadores, de la Universidad de Michigan (EE UU) analizaron las tasas de acontecimientos relacionados con SIDA en los registros médicos de 302 pacientes con VIH en la clínica del VIH de dicha universidad. Todos los pacientes tenían recuentos de células CD4 inferiores a 200 células/mm3 antes de iniciar el tratamiento del VIH.
 
Ochenta y ocho pacientes recibieron una terapia simple o dual con inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN) entre 1990 y 1995. Los 214 pacientes restantes fueron tratados con TARGA entre 1996 y 2004, definida como un inhibidor de la proteasa (IP) o un inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido (ITINN) más dos ITIN. Antes de iniciar el tratamiento, los dos grupos tenían características similares en cuanto a edad, distribución por sexos, factores de riesgo de transmisión de VIH y recuentos de células CD4.
 
El grupo de investigadores descubrió que la tasa de acontecimientos de SIDA fue de 39 por 100 persona-años en los once pacientes que presentaron una peor respuesta al tratamiento del VIH mientras tomaron TARGA, con recuentos de células CD4 inferiores a 50 células/mm3 y cargas virales superiores a las 100.000 copias/ml.
 
Esto fue significativamente menor que en el caso de los pacientes “pre-TARGA” con recuentos de células CD4 inferiores a 50 células/mm3 (76 acontecimiento por 100 persona-años; p=0,01). Las medidas de carga viral no estaban disponibles en la era pre-TARGA.
 
El grupo de investigadores observó un patrón similar al analizar las tasas de acontecimientos de SIDA en pacientes con recuentos de células CD4 inferiores a 100 células/mm3, siendo las tasas mayores entre los pacientes de la era pre-TARGA (18 frente a 65 acontecimientos por 100 persona-años; p=0,001). Esto también se cumplió cuando los autores restringieron su análisis a aquellos pacientes con cargas virales superiores a las 100.000 copias/ml (30 acontecimientos por 100 persona-años; p = 0,01).
 
Se descubrió la misma relación en pacientes con recuentos de células CD4 entre 100 y 200 células/mm3  (8 frente a 35 acontecimientos por 100 persona-años; p=0,001). De nuevo, esto se cumplió entre pacientes con cargas virales superiores a 100.000 copias/ml (15 acontecimientos por 100 persona-años; p=0,04).
 
El grupo de investigadores buscó informes de tasas de acontecimientos de SIDA publicados en la literatura médica entre 1982 y 1995. Las tasas de acontecimientos observadas en su pacientes pre-TARGA fueron similares a las publicadas en los informes, lo que confirma sus conclusiones.
 
Los autores también separaron las tasas de SIDA en distintos tipos de acontecimientos, entre ellos Mycobacterium avium intracellulare (MAI), neumonía PCP, sarcoma de Kaposi, candidiasis esofágica y linfoma. Las tasas de todos estos tipos de acontecimientos fueron mayores en la era TARGA, con excepción del linfoma.
 
MAI fue el acontecimiento relacionado con SIDA más habitual tanto en la era pre-TARGA como TARGA (15 y 14 episodios, respectivamente), seguido por neumonía por PCP y candidiasis.
 
Dado que no hubo diferencias entre los dos grupos respecto al empleo de profilaxis frente a las infecciones oportunistas, los autores concluyen que el uso de TARGA es la explicación más probable para la diferencia entre las tasas de acontecimientos.
 
A pesar de que su estudio observacional no pudo probar la existencia de una relación causal entre el empleo de TARGA y una menor incidencia de la enfermedad, los autores del estudio ofrecen dos posibles explicaciones para la correlación que observaron. En primer lugar, sugieren que los pacientes tratados con TARGA, pero que mantuvieron un nivel de VIH constantemente detectable pueden hospedar virus resistentes a fármacos que pueden tener un menor potencial para provocar enfermedad que el VIH de “tipo salvaje”.
 
De forma alternativa, sugieren que los pacientes tratados con TARGA tienen una mayor proporción de células-T CD4 con memoria que los pacientes tratados sólo con ITIN. Estas células, argumentan, pueden reconocer organismos que provocan enfermedades a los cuales el paciente ha estado expuesto en el pasado, lo que daría lugar a una menor incidencia de acontecimientos de SIDA a pesar de que el recuento general de células CD4 siga siendo bajo.
 
El grupo de investigadores señala que las tasas de acontecimientos relacionados con SIDA entre sus pacientes cuyo tratamiento no fue eficaz son mayores que entre los pacientes con una respuesta exitosa al tratamiento del VIH. Esto fue confirmado por unas menores tasas de acontecimientos entre los pacientes tratados con TARGA con menores cargas virales.
 
“A pesar de que nuestro estudio sugiere que puede existir algún beneficio en mantener TARGA incluso en el caso de pacientes cuya terapia sufre un fracaso inmunológico y virológico, también señala la necesidad de desarrollar nuevos fármacos antirretrovirales que presenten actividad frente a las cepas de VIH resistentes a fármacos, con la esperanza de mantener el descenso general de enfermedades relacionadas con SIDA que han sido observadas desde la introducción de TARGA”, escriben los autores.
 
Referencia:
Gandhi T et al. Effect of maintaining highly active antiretroviral therapy on AIDS events among patients with late-stage HIV infection and inadequate response to therapy. Clin Infect Dis 42: 878 – 884, 2006.
 
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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