Los síntomas siguen siendo habituales en pacientes con VIH, relacionados con una mala adhesión y prácticas sexuales de riesgo

La prevalencia de síntomas físicos y fisiológicos es muy elevada entre las personas con VIH, según informa un equipo de investigadores del Reino Unido en la edición digital de Sexually Transmitted Infections.

Michael Carter

Las relaciones sexuales sin protección con una pareja con un estado serológico al VIH desconocido o distinto al propio y el hecho de tener un nivel bajo de adhesión al tratamiento antirretroviral fueron dos factores relacionados con una alta carga de síntomas psicológicos.

"La carga de enfermedades del paciente sigue siendo elevada, y es poco probable que los resultados mejoren si no se presta una estrecha atención al historial de dolencias que le afectan y no se aplica un enfoque clínico que vaya más allá de la virología", comentan los autores.

Desde el momento de la seroconversión, la infección por VIH se relaciona con una elevada prevalencia de síntomas que provocan malestar. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las intervenciones para controlar el dolor y los síntomas formen parte esencial de la atención médica del VIH.

Sin embargo, los estudios sugieren que, con frecuencia, los médicos no llegan a detectar los síntomas que padecen sus pacientes, y que muchas personas seropositivas viven con dolor y otros síntomas que no son tratados.

Un equipo de investigadores de Londres y del sudeste de Inglaterra mostró su preocupación en torno a esta falta de atención a los síntomas. También decidió comprobar su prevalencia en los pacientes y si el hecho de mostrar estos síntomas estuvo relacionado con el grado de adhesión a la terapia antirretroviral, las relaciones sexuales sin protección y el desvelado del estado serológico al VIH a las parejas sexuales.

En consecuencia, entre 2005 y 2006 un total de 778 pacientes participaron en un estudio transversal.

A los voluntarios se les pidió que proporcionaran información sobre sus características demográficas y que declararan si habían experimentado alguno de 26 síntomas físicos o psicológicos en los últimos siete días. El nivel de malestar causado por los síntomas se valoró en una escala del 0 al 4.

Por otra parte, se recabó información sobre el uso de la terapia antirretroviral. A las personas que tomaban un tratamiento anti-VIH se les pidió que informaran acerca de su nivel de adhesión al mismo en la semana anterior. A todos los pacientes se les preguntó si habían mantenido relaciones sexuales sin protección con una pareja sin VIH o de estado serológico desconocido en los últimos tres meses, y si habían revelado si tenían el virus a sus parejas.

La mayoría (66%) de los participantes eran hombres homosexuales o bisexuales y de etnia blanca (67%). La media de edad fue de 40 años. Algo más de la mitad (51%) de los pacientes habían nacido en el Reino Unido y el 45% poseían un título universitario.

Más de dos tercios (67%) de los pacientes estaban recibiendo una terapia anti-VIH. El 42% de los participantes comunicaron un nivel de adhesión completa, el 36%, una adhesión parcial y un 22%, una falta de adhesión. Un tercio de las personas que tomaban tratamiento había cambiado la terapia una vez y el 40% de ellas informaron de varios cambios de terapia.

El 11% de los participantes afirmaron haber mantenido relaciones sexuales sin protección en los tres meses anteriores con una pareja que podía haber sido seronegativa y el 6% nunca desvelaron que tenían el VIH a sus parejas sexuales.

Se observó una elevada prevalencia de síntomas. La media del número de ellos declarado fue de 18 y el promedio de la puntuación de síntomas de malestar físico, de 0,81; la media de la puntuación de malestar psicológico fue de 1,34 y la puntuación total, de 1,16.

El 71% de los pacientes indicaron sentir falta de energía, un 68%, cansancio, un 62%, problemas para dormir, un 61%, mala concentración, un 70%, preocupación, un 66%, tristeza, un 54%, diarrea y un 53%, problemas sexuales.

El tener un título universitario se relacionó con un menor malestar relacionado con síntomas de tipo físico (p= 0,004), emocional (p= 0,007) y general (p= 0,021).

Además, los pacientes de etnia blanca indicaron sentir un menor grado de malestar relacionado con los síntomas (p= 0,04) que los que tenían otra procedencia étnica. El equipo de investigadores cree que esto podría deberse a que muchos pacientes de etnia negra africana son diagnosticados de forma tardía en el Reino Unido, cuando ya se encuentran enfermos debido al VIH y, por tanto, con mayor posibilidad de experimentar síntomas.

El hecho de revelar el estado serológico al VIH estuvo asociado de forma significativa con un menor número de síntomas (p= 0,021), mientras que el declarar que se practicó sexo sin protección con una pareja sin VIH estuvo relacionado con un mayor número de síntomas psicológicos (p= 0,047).

Los autores comentan: “Es interesante destacar que el estar recibiendo una terapia antirretroviral en ese momento no estuvo asociado de forma significativa con ninguna de las puntuaciones de los síntomas”.

A continuación, se restringió el análisis a los pacientes que estuvieran tomando tratamiento anti-VIH. La mala adhesión se relacionó de forma significativa con el malestar psicológico (p= 0,001) y total (p= 0,006). El cambio de tratamiento se asoció al malestar tanto físico (p= 0,003) como psicológico (p= 0,006) provocados por los síntomas, así como a un número mayor de síntomas totales (p= 0,013).

Haber nacido en el Reino Unido y tener un título universitario fueron factores relacionados con una menor carga de síntomas físicos.

“Los datos (…) revelan que los síntomas molestos tuvieron una elevada prevalencia en los 7 días considerados y que hubo un gran nivel de malestar asociado”, comenta el equipo de investigadores, que concluye: “Resulta esencial que un manejo de calidad de la infección por VIH realice valoraciones rutinarias de estos molestos problemas, de modo que se pueda influir de forma óptima sobre los resultados clave relacionados con el comportamiento y la adhesión al tratamiento”.

Referencia: Harding R, et al. Symptoms are highly prevalent among HIV outpatients and associated with poor adherence and unprotected sexual intercourse. Sex Transm Infect, online edition, 2010 (click here for access to free abstract and paid-for full text).

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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