Las interrupciones de tratamiento explican las mayores viremias en pacientes con depresión y los que toman estimulantes

La falta de constancia en el uso de la terapia antirretroviral constituye la principal explicación de las elevadas cargas virales observadas en pacientes con VIH que sufren depresión o que consumen drogas estimulantes, según informa un equipo de investigadores de EE UU en la edición del 1 de febrero de Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes.

Michael Carter

“Los patrones de utilización irregular del tratamiento antirretroviral son responsables de los efectos que tienen la depresión y el consumo de estimulantes sobre las altas cargas virales del VIH”, comentan los autores.

El equipo de investigación, liderado por el doctor Adam Carrico, del Centro para los Estudios sobre la Prevención del Sida, de la Unidad de California en San Francisco (EE UU), considera que sus hallazgos tienen implicaciones para el empleo de la terapia anti-VIH de forma preventiva.

Los investigadores escriben: “Será necesario ofrecer tratamientos auxiliares para la salud mental y contra el consumo de sustancias para promover el uso constante de la terapia anti-VIH, alcanzar la supresión viral y abordar los comportamientos de riesgo de infección por VIH en las personas que presenten comorbilidades de tipo psiquiátrico”.

Es por esta razón que los servicios de atención rutinaria del VIH deberían incorporar el examen de la salud mental y el seguimiento del consumo de drogas.

Se ha apreciado una progresión más rápida de la infección por VIH entre los pacientes que toman terapia antirretroviral y que tienen depresión o consumen drogas estimulantes, como cocaína, crack o metanfetamina.

Investigadores del Proyecto Mental Health Healthy Living decidieron comprobar si este hecho se debía a un empleo irregular de la terapia anti-VIH por parte de los pacientes que presentaban síntomas de depresión o que consumían estimulantes.

En consecuencia, se hizo un seguimiento del recuento de CD4 y la carga viral de 603 pacientes a lo largo de un período de 25 meses.

Se recopiló información sobre el uso del tratamiento antirretroviral de los participantes (continuo, intermitente, interrumpido) y estos completaron cuestionarios para determinar si tenían depresión y para valorar su consumo de drogas ilegales.

La media de edad de los pacientes era de 41 años, el 80% eran hombres y el 70% se identificó como gay o bisexual. La mayoría (54%) eran de origen afroamericano.

En el momento de entrar en el estudio, el 94% de los pacientes tomaba terapia anti-VIH, pero solo el 33% tenía una carga viral indetectable. El nivel medio de adhesión declarado a lo largo de los 25 meses del ensayo fue del 88%. La quinta parte de los participantes dijo utilizar estimulantes de forma semanal, el 5% afirmó consumir heroína y el 12% había usado drogas inyectables en el año anterior.

La depresión basal se relacionó con un aumento del 39% en el riesgo de interrupción de la terapia antirretroviral, mientras que el empleo semanal de los estimulantes multiplicó por 2,5 las probabilidades de interrumpir el tratamiento (51% frente al 25%).

El primer conjunto de análisis de los investigadores evidenció que la depresión se relacionó con una carga viral un 50% superior durante el período de seguimiento (p <0,01). Sin embargo, la relación entre síntomas depresivos y viremia dejó de ser significativa cuando se tuvieron en cuenta las mayores tasas de interrupción o abandono del tratamiento entre los pacientes que sufren problemas de salud mental.

“Las personas con una mayor gravedad de los síntomas depresivos pueden ser más propensas a interrumpir los regímenes antirretrovirales debido a la penetrante sensación de desesperanza y pesimismo que constituyen aspectos habituales de la depresión”, comentan los autores.

El consumo semanal de estimulantes fue un factor que permitió predecir una carga viral un 137% superior (p <0,05). No obstante, después de considerar las mayores tasas de interrupción del tratamiento entre las personas que consumen de forma frecuente este tipo de drogas, la relación entre una mayor carga viral y el consumo de estimulantes dejó de ser significativa.

“La utilización intermitente de la terapia anti-VIH puede hacerse más habitual entre los usuarios de estimulantes debido a que en esta población son más comunes los impredecibles períodos de juerga”, sugieren los investigadores, que añaden: “Las personas pueden ser más proclives a dejar de tomar su régimen antirretroviral durante los períodos de consumo de estimulantes, pero después retoman la terapia durante las épocas en que se abstienen o consumen menos de estas drogas”.

Por este motivo, los autores concluyen que el uso irregular de la terapia anti-VIH constituye la principal explicación para las cargas virales más elevadas observadas en pacientes con depresión, así como en aquellos que consumen drogas estimulantes. Sin embargo, no se descarta la existencia de posibles factores biológicos, como por ejemplo la estimulación inmunitaria, o de factores conductuales, como un deficiente descanso y un pobre autocuidado.

Referencia: Carrico AW, et al. Psychiatric risk factors for HIV disease progression: the role of inconsistent patterns of antiretroviral therapy utilization. J Acquir Immune Defic Syndr. 2011; 56: 146-150 (En esta dirección podrás encontrar el abstract de forma gratuita).

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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