Los factores de riesgo renal y cardiovascular se potenciarían entre ellos en personas con el VIH

Los investigadores recomiendan una evaluación conjunta de dichos factores para una evaluación adecuada del riesgo

Francesc Martínez
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Según un estudio presentado en PLOS Medicine, se debería medir el riesgo cardiovascular y el de padecer una enfermedad renal crónica de forma conjunta en las personas con el VIH. Ello se debe a que el hecho de tener factores de riesgo de enfermedad renal y de enfermedad cardiovascular se asociaría a un riesgo mucho mayor de padecer cualquiera de los dos tipos de enfermedades que cuando los factores de riesgo se identifican solo para uno de los dos tipos de enfermedades.

Aunque en los últimos años se ha podido evidenciar que una infección por el VIH tratada adecuadamente con antirretrovirales permitiría que las personas tuvieran una esperanza de vida cada vez más cercana a la de la población general (véase La Noticia del Día 15/05/2017), algunas comorbilidades asociadas al envejecimiento suelen aparecer antes y con una mayor frecuencia entre aquellas personas con el VIH (véase La Noticia del Día 19/12/2016).

En la población general existe una vinculación fuerte entre un incremento en el riesgo de padecer una enfermedad renal y el de padecer una enfermedad cardiovascular, algo que ya ha sido apuntado en alguna ocasión entre personas con el VIH.

Para ahondar en el conocimiento de cómo afectan los factores de riesgo renal y cardiovascular en el desarrollo de estas enfermedades en personas con el VIH, los investigadores diseñaron el presente estudio. Su hipótesis inicial era que las personas con el VIH y un riesgo estimado del 5% o superior de padecer enfermedad cardiovascular y un riesgo estimado del 5% o superior de padecer enfermedad renal presentarían un riesgo real muy superior de padecer cualquiera de los dos tipos de enfermedades.

Para ello, contaron con la participación de 27.215 integrantes de la cohorte del estudio D:A:D que habían sido atendidas entre los años 2004 y 2015. Las estimaciones de riesgo a 5 años de enfermedad cardiovascular y las de enfermedad renal permitieron clasificar en tres grupos a los participantes para cada uno de los dos tipos de enfermedades: riesgo bajo (del 1% o inferior), riesgo medio (entre el 1% y el 5%) y riesgo alto (superior al 5%).

Los participantes acumularon un total de 202.034 persona-años de seguimiento. Tres cuartas partes eran hombres y la mediana de la edad al inicio de la participación era de 42 años. El 13% de los participantes tenía un riesgo alto de padecer enfermedad cardiovascular, el 18% tenía un riesgo alto de padecer enfermedad cardiovascular y el 6% tenía un riesgo alto de padecer ambos tipos de enfermedades.

Globalmente, la tasa de eventos renales fue de 7 casos por cada 1.000 persona-años de seguimiento y la de eventos cardiovasculares fue de 4,5 casos por cada 1.000 persona-años de seguimiento.

Las personas con riesgo alto de padecer enfermedad cardiovascular presentaron un riesgo seis veces superior de sufrir un evento renal (riesgo relativo [RR]: 5,63; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 4,47-7,09; p <0,001) al observado en personas con riesgo bajo de padecer enfermedad cardiovascular.

Las personas con riesgo alto de padecer enfermedad renal presentaron un riesgo superior en un 31% de sufrir un evento cardiovascular (RR: 1,31; IC95%: 1,09-1,56; p= 0,005) al observado en personas con riesgo bajo de padecer enfermedad renal.

Respecto al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, el tener riesgo elevado cardiovascular y renal tendría un efecto multiplicativo. Así, en personas con riesgo renal y cardiovascular bajo la tasa de eventos cardiovasculares fue de 0,45 casos por cada 1.000 persona-años de seguimiento, mientras que en personas con riesgo alto de ambas condiciones la tasa de eventos cardiovasculares fue de 16,5 casos por cada 1.000 persona-años de seguimiento.

En cuanto a enfermedades ya desarrolladas por los participantes, se observó que tener una enfermedad renal incrementó el riesgo de padecer una de tipo cardiovascular en mayor medida que el incremento de riesgo cardiovascular observado en participantes con enfermedad renal.

Los resultados del estudio ponen de manifiesto la estrecha relación entre el riesgo cardiovascular y renal en personas con el VIH. Los investigadores remarcan que los factores de riesgo frente a ambos tipos de patologías deberían ser evaluados de forma conjunta teniendo en cuenta cómo se condicionan entre ellos.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt).
Referencia: Boyd MA et al. Cardiovascular disease (CVD) and chronic kidney disease (CKD) event rates in HIV-positive persons at high predicted CVD and CKD risk: a prospective analysis of the D:A:D observational study. PLOS Med 14 (11): e1002424, https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1002424 (2017).

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