Con una llamada a reducir la distancia entre los descubrimientos científicos y la práctica clínica, ayer se inauguró en la ciudad brasileña de Río de Janeiro la III Conferencia sobre Patogénesis del VIH y Tratamientos, organizada por la Sociedad Internacional del SIDA (IAS, en sus siglas en inglés) en colaboración con la Universidad Federal de Río de Janeiro y la Sociedad Brasileña de Infectología. Casi 6.000 personas procedentes de más de 120 países distintos participan en la edición de esta gran cita bianual.
Con una población de más de 180 millones de habitantes y aproximadamente 660.000 personas que viven con VIH, Brasil se presenta como uno de los países de ingresos medio-bajos que ha sabido desarrollar y aplicar con resultados sorprendentes una estrategia basada tanto en el acceso a los tratamientos como en la prevención del VIH para atajar la crisis del SIDA en su país, aunque esta realidad contiene luces y sombras.
El éxito del modelo brasileño fue una nota constante en los discursos de la ceremonia inaugural. Únicamente el activista Octávio Valente, presidente de la ONG brasileña Grupo pela Vidda matizó los logros. Como ejemplo, se refirió al reciente proceso de negociación del gobierno de su país con la farmacéutica Abbott sobre el acceso a Kaletra® en Brasil. Según las leyes internacionales, Brasil tiene derecho a saltarse la patente y fabricar una versión genérica de Kaletra®, por tratarse de una prioridad sanitaria.
Al parecer, el gobierno brasileño habría alcanzado un acuerdo con Abbott que le comprometería a comprar el fármaco original durante varios años a cambio de un precio que se reduciría según aumente el consumo del medicamento en el país americano. Este acuerdo, según los activistas, no sería asumible por la economía del país y llevaría a tener que destinar la mayor parte del presupuesto para la compra de antirretrovirales a este único fármaco.
“Hablamos de derechos humanos. Nuestro reto como ciudadanos del mundo es encontrar un equilibrio entre las necesidades de las personas y de la industria farmacéutica. Y una de las soluciones es la producción de genéricos”, sentenció Octávio Valente. Minutos antes de estas declaraciones, activistas brasileños acompañados por europeos y americanos protestaron pacíficamente en la entrada del recinto de la conferencia por la falta de valentía de su gobierno para gestionar el acceso a este fármaco necesario para la supervivencia de miles de brasileños.
El Grupo Europeo de Tratamientos del SIDA (EATG, en sus siglas en inglés), se ha sumado a la protesta con un comunicado de prensa emitido paralelamente (disponible en inglés en http://www.eatg.org/).
También en la inauguración, Stephen Lewis, embajador de Naciones Unidas en África, hizo un llamamiento a que se incrementen los esfuerzos internacionales para controlar y finalmente acabar con la pandemia. Según sus palabras “la cumbre del G-8 no fue un punto de inflexión, sino una decepción”, puesto que a pesar de la cancelación de parte de la deuda de dieciocho países -catorce de ellos en África- este continente todavía debe 200.000 millones de dólares, lo que coarta la lucha contra la pobreza y la pandemia. Tampoco mostró mucha esperanza en los resultados de la reunión que la Organización Mundial del Comercio celebrará en Hong Kong el próximo mes de diciembre.
En cuanto a la ayuda exterior de los países ricos, criticó a Alemania e Italia por anunciar que, a partir de ahora, modularán la ayuda según la marcha de sus respectivas economías nacionales. Cargó contra su país, Canadá, por rechazar elaborar un calendario para conseguir que su aportación se incremente hasta alcanzar el 0,7 del producto interior bruto, cuando irónicamente, la propuesta de esta cifra nació en dicho país. Pero dedicó aún más críticas a la política de Estados Unidos y a las decisiones del Congreso de dicho país que una vez tras otra reduce las cantidades requeridas para alcanzar los Objetivos del Milenio.
Lewis también se lamentó de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no alcance el objetivo del 3×5; es decir, conseguir que 3 millones de personas en el mundo puedan estar tomando tratamiento antirretroviral para finales de 2005 (véase Actualización en Tratamientos de NAM del 30/06/05), pero resaltó que se ha conseguido que más de un millón de personas estén ya en tratamiento, y que esa cifra seguirá creciendo. Según él, “la OMS ha desatado un proceso irreversible para extender el acceso al tratamiento”.
El próximo mes de septiembre será, según Lewis, decisivo para el futuro del Fondo Mundial de lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria. “Ha llegado el momento de la verdad y en los próximos dos años harán falta varios miles de millones de dólares más.” ONUSIDA calcula que en 2008 se necesitarán 22.000 millones de dólares anuales sólo para SIDA.
Más allá, Lewis, alentó a los presentes a que ejercieran toda la influencia y presión necesaria para que se creara una agencia internacional dedicada a las mujeres. “Estamos perdiendo las mujeres de África y también empezamos a perder las mujeres del Caribe y de Asia (…) Tenemos agencias para los niños, para el comercio, la alimentación, la agricultura, la educación, el empleo, la ciencia, etc., financiadas con miles de millones de dólares, pero no tenemos una agencia para la mitad de la población mundial”.
En referencia a los avances científicos, recordó que el desarrollo de nuevas tecnologías de la prevención debe tener la misma importancia que, por ejemplo, el de nuevos fármacos. “La vacuna es la prevención definitiva y los microbicidas pueden salvar millones de vidas mientras llega la vacuna.”
Fuente: Elaboración propia
Suscríbete a los boletines
Utiliza este formulario para suscribirte en los diferentes boletines. Si tienes cualquier problema ponte en contacto con nosotros.
Al continuar, confirmas que has leído el aviso legal y aceptas la política de privacidad.
