Este año, el Día Mundial del Sida (DMS) viene muy marcado por el camino hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas para el año 2030, concretamente la meta 3 del Objetivo 3; poner fin a las epidemias del sida, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas y combatir la hepatitis, las enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles. Mientras algunos países, como España, se encuentran por el buen camino para lograr dicho objetivo en relación con l ainfección por el VIH, ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida) considera que para que todos puedan cumplir dicho objetivo será necesario que los entes gubernamentales apoyen a las organizaciones comunitarias de primera línea, que son las que ofrecen las respuestas más efectivas a la epidemia, especialmente en aquellos países con recursos limitados.
En este sentido, ONUSIDA ha hecho público un informe durante un evento del DMS en el que pone en valor el papel que históricamente han tenido las organizaciones comunitarias en la respuesta al VIH y que consideran imprescindible para el cumplimiento de la Agenda 2030 en relación con esta infección.
Así, manifiestan que el trabajo de las organizaciones comunitarias desde las calles y su presión sobre decisiones judiciales y parlamentos ha garantizado cambios sin los cuales no podrían explicarse los éxitos ulteriormente obtenidos a nivel epidemiológico. El acceso global a los antirretrovirales solo se puede explicar por la presión comunitaria ejercida para permitir el desarrollo de antirretrovirales genéricos de bajo precio, hecho que permitió un acceso amplio a los tratamientos en aquellos países de ingresos bajos que no se podían permitir pagar los antirretrovirales al precio establecido por las empresas farmacéuticas que los habían desarrollado.
Liderar la respuesta al VIH desde las comunidades evidencia los beneficios transformadores de apostar por organizaciones de primera línea en vez de perderse en la burocratización que suelen conllevar las gestiones gubernamentales, especialmente en aquellos países de ingresos bajos –que en muchos casos son los más afectados por la epidemia del VIH– donde el cuerpo funcionarial suele estar infradimensionado por cuestiones presupuestarias.
En otro orden de cosas, en los últimos días se han presentado los datos epidemiológicos de 2022 del VIH en España, tanto a nivel estatal como en la comunidad autónoma de Cataluña.
En España se notificaron 2.956 nuevos diagnósticos del VIH en 2022, que tras ajustarlos por retraso en la notificación supondrían una tasa de 7,71 casos por cada 100.000 habitantes.
El 85,7% de los nuevos diagnosticados eran hombres y la mediana de su edad fue de 36 años (rango intercuartílico: 29-46). La transmisión en hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) fue la más frecuente, representando un 55,0% de los casos, seguida por la transmisión heterosexual (24,5% de los casos) y la transmisión entre usuarios de drogas intravenosas (UDI) –que supuso el 1,9% de los casos–.
El 46,5% de los nuevos diagnósticos de infección por el VIH tuvo lugar en personas originarias de otros países. El 48,6% de los nuevos diagnósticos fueron tardíos, con niveles de CD4 inferiores a 350 células/mm3, lo cual evidencia la necesidad de seguir avanzando en la detección precoz de la infección, pues los diagnósticos tardíos son negativos tanto para la salud individual de quien los recibe como en términos de salud pública.
Concretamente el diagnóstico tardío es el único parámetro epidemiológico que ha empeorado en España durante los últimos años, ya que las nuevas infecciones llevan una tendencia descendente desde el año 2017 –hecho que se aprecia tanto a nivel global como al desglosar los resultados por sexos o por vías de transmisión–.
En lo relativo a las vías de transmisión, se observa una tendencia descendente significativa de los nuevos diagnósticos entre hombres GBHSH a partir del año 2018, en mujeres heterosexuales a partir de 2017 y en hombres heterosexuales desde el año 2013.
Cabe destacar que entre GBHSH de origen extranjero, la tendencia descendente de nuevos diagnósticos comenzó en 2018 –tras un aumento continuado entre 2013 y 2018–, mientras que en hombres GBHSH de origen español el descenso ya había comenzado en 2016 (lo que apunta a que el origen extranjero constituye un factor de vulnerabilidad al VIH).
En el caso de Cataluña, las nuevas infecciones diagnosticadas en 2022 fueron 460, hecho que constituye una estabilización de las nuevas infecciones respecto a 2021, las cuales llevaban una tendencia descendente entre 2011 y 2021 (periodo en el que se pasó de una tasa de 11,8 casos por cada 100.000 habitantes a una de 5,6 casos por cada 100.000 habitantes). La tasa en 2022, ligeramente superior a la de 2021 es algo menor a la apuntada en España (concretamente de 5,9 casos por cada 100.000 habitantes). El 83,5% de los nuevos diagnósticos se dieron en hombres y el 57,7% en hombres GBHSH.
Respecto a los buenos resultados cosechados en los últimos años tanto en Cataluña como en España en relación con los nuevos diagnósticos, la extensión del tratamiento, la diversificación de las pruebas de cribado y la introducción de nuevas herramientas biomédicas de prevención, como la profilaxis preexposición (PrEP, en sus siglas en inglés) frente al VIH, han sido las principales herramientas para lograrlos.
Fuente: Elaboración propia (gTt).
Referencias: ONUSIDA (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida). Informe del Día Mundial del sida 2023.
Dirección General de Salud Pública, Sistemas Autonómicos de Vigilancia Epidemiológica. Vigilancia epidemiológica del VIH y sida en España 2022. Noviembre 2023.
Comunicado de prensa del Centro de Estudios Epidemiológicos sobre las ITS y Sida de Catalunya (CEEISCAT) 01/12/2023.
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