La mayoría de los casos de neurosífilis están provocados por una cepa específica del patógeno

Las manifestaciones neurológicas de la sífilis están muy relacionadas con un subtipo en particular del patógeno Treponema pallidum, causante de la enfermedad, según se informó en la XVII Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI).

Gus Cairns

En un estudio realizado por la Universidad de Washington en Seattle (EE UU), se constató que los casos de neurosífilis provocados por otros subtipos del patógeno eran muy poco habituales.

Es necesario diferenciar la neurosífilis en los casos de sífilis temprana de las manifestaciones neurológicas en los casos de sífilis terciaria, que se produce décadas después de la infección y que en la actualidad, gracias al tratamiento, es poco frecuente en los países desarrollados.

La neurosífilis temprana se produce durante la infección primaria, la secundaria y la infección latente temprana, por lo general, en el primer año de infección. Con mucha frecuencia provoca dolor de cabeza, trastornos visuales y pérdida de concentración. Más raramente se traduce en dificultad para caminar y pérdida de audición. En ocasiones, puede producir meningitis y apoplejías y se relaciona con un riesgo significativo de mortalidad.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés) encontraron que fue diagnosticada en aproximadamente el 2% de los enfermos de sífilis con VIH, pero los síntomas de neurosífilis pueden ser tenues y, a veces, se atribuyen a la depresión o el deterioro cerebral asociados con el VIH, por lo es posible que esta cifra esté bastante por debajo de la real.

En este estudio, la tercera parte de los pacientes presentaron neurosífilis, definida por un resultado positivo en la prueba de VDRL (la prueba serológica de la sífilis) en el líquido cefalorraquídeo (LCR).

Otro estudio irlandés descubrió que los pacientes con VIH tenían más probabilidades de sufrir un fracaso del tratamiento. Esto se debe a que la neurosífilis está muy ligada a un valor elevado en el título de RPR (siglas en inglés de prueba de reagina plasmática rápida) -que equivale, en general, a una carga viral del VIH elevada- y puede requerir un tratamiento más intenso con penicilina intravenosa o inyectada para su curación.

La doctora Christina Marra dijo en la conferencia que algunos investigadores consideraban que había cepas de sífilis que resultaban especialmente neuropatogénicas, mientras que otros creían que el desarrollo de neurosífilis constituía un acontecimiento aleatorio, que dependía del título de RPR [el riesgo aumentó para títulos superiores a 1:32].

Para poner a prueba la hipótesis de que la implicada era una cepa en concreto, su equipo determinó el genotipo de los organismos T. pallidum en 79 personas infectadas por un brote de sífilis en Seattle entre 1999 y 2008.

Setenta y seis pacientes eran hombres y 66 [el 83,5%] tenían VIH. La media del título de RPR fue de 1:128 (cuatro veces superior al umbral de neurosífilis) y 18 pacientes (23%) mostraron indicios de sífilis en el líquido cefalorraquídeo, lo que se interpreta como un signo de neurosífilis.

En conjunto, el equipo de investigadores ha identificado 21 cepas de sífilis en todo el mundo, seis de las cuales se encontraron presentes en el brote de Seattle: las cepas 4, 9, 10, 12, 13 y 20.

Considerando los datos a partir de 1999, el brote alcanzó un máximo en 2004, cuando se diagnosticaron 21 infecciones, y a continuación fue disminuyendo hasta llegar sólo a una en 2008.

Durante este período de tiempo, los tipos de cepa variaron. La cepa 9 fue la más habitual (presente en el 57% de las infecciones) y estuvo presente en todos los años, excepto en 2008, aunque se fue desvaneciendo hacia el final de la epidemia, provocando menos infecciones a partir de 2004. Se trata de una de las cepas más comunes en el mundo. La cepa 10 surgió por primera vez en 2004 y fue responsable del 24% de las infecciones, incluyendo la única registrada en 2008. La cepa 12 se detectó desde 2002 hasta 2005 y contribuyó al 13% de las infecciones. Otras cepas sólo fueron responsables de una a cuatro infecciones cada una; la cepa 13 sólo se observó en una pareja heterosexual.

Los casos de neurosífilis estuvieron relacionados de forma abrumadora con la cepa 9, con 15 casos (83%), dos casos con la cepa 10 y uno con la cepa 12. Más de un tercio de las infecciones provocadas por la cepa 9 implicaron la presencia de neurosífilis y fue 8,6 veces más probable que provocara esta dolencia.

La doctora Marra declaró que los cambios observados en los tipos de cepas podrían deberse, simplemente, a la llegada de nuevas cepas al conjunto existente, pero también a que las personas adquirieran la inmunidad frente a otros tipos.

Ahora que una cepa ha sido relacionada con la neurosífilis -añadió-, es necesario realizar más estudios para determinar cómo se propagan las cepas a través de las redes sociales, averiguar por qué algunas resultan más patogénicas que otras, e investigar cómo las características propias del huésped (por ejemplo, tener el VIH) hacen que algunas personas sean más vulnerables a ella.

Referencia: Marra C, et al. Treponema pallidum strain type is associated with neurosyphilis. Seventeenth Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, San Francisco, abstract 177, 2010.

Más información:

En el sitio web oficial de la conferencia puede consultarse el abstract correspondiente.

También se pueden ver el vídeo y las diapositivas de esta sesión en el sitio web oficial de la conferencia.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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