Las personas que se sienten estigmatizadas acceden menos a servicios de atención sanitaria del VIH

El estigma que rodea a la infección por VIH está relacionado con un bajo nivel de acceso a servicios de atención especializada para dicha infección, según afirma un equipo de investigadores norteamericanos en la edición digital de Journal of General Internal Medicine. La investigación también evidenció que una elevada proporción de pacientes con VIH manifiesta un estigma “interiorizado”.

Michael Carter

“Nuestro estudio ofrece información importante sobre la relación entre el estigma interiorizado y el acceso a la atención sanitaria según la propia declaración de esas personas”, indicaron los autores.

Se han obtenido importantes mejoras en el tratamiento antirretroviral, gracias a las cuales el pronóstico de la mayoría de personas con VIH es, en la actualidad, considerado normal.

Aun así, la infección por VIH continúa siendo una enfermedad estigmatizada, por lo que puede poner en riesgo la salud emocional, mental y física de las personas que la padecen.

El estigma es un concepto complejo, pero generalmente se acepta que está enraizado en la percepción de una desviación respecto a los valores y las normas sociales de una comunidad. El estigma interiorizado puede desarrollarse si la persona acepta dichas normas sociales, pero se desvía de ellas.

Un equipo de investigadores de Los Ángeles (EE UU) planteó la hipótesis de que el estigma interiorizado en el caso de la infección por VIH estaría asociado a tres aspectos clave de la atención médica de estos pacientes:

  • Información proporcionada por la persona acerca de su acceso a servicios sanitarios sobre VIH.
  • Disponer de una fuente regular de atención sanitaria relacionada con la infección.
  • Adhesión al tratamiento antirretroviral.

En la investigación, realizada en 2007, participaron un total de 202 pacientes, provenientes de clínicas especializadas en VIH y servicios de apoyo de Los Ángeles.

La mayoría de los participantes (56%) eran mujeres; asimismo, se contó con un porcentaje similar de afroamericanos. La edad media fue de 43 años y el 31% eran hombres gays.

El estigma interiorizado se evaluó mediante el uso de un cuestionario que puntuaba las respuestas individuales siguiendo una escala entre 0 y 100. La puntuación general fue de 41, lo que sugiere que más de un tercio de los participantes presentaba un estigma significativo asociado al VIH.

En conjunto, el 77% de los participantes afirmó tener poco acceso a los servicios sanitarios, el 11% no tenía una fuente regular de atención sanitaria especializada en VIH y el 43% señaló tener una baja adhesión a su tratamiento antirretroviral.

El primer grupo de análisis estadísticos proporcionado por los investigadores mostró que las personas con un nivel elevado de estigma interiorizado presentaron, con mayor frecuencia, un bajo acceso a la atención sanitaria de la infección por VIH (cociente de probabilidades [CP]: 4,97; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 2,54-9,72), una ausencia de fuente regular de atención sanitaria de la infección (CP: 2,48; IC95%: 1,00-6,19) y a tener unos niveles de adhesión menores a su medicación antirretroviral (CP: 2,45; IC95%: 1,23-4,91).

Sin embargo, cuando los autores ajustaron los resultados para incluir posibles factores de confusión, hallaron que el estigma interiorizado sólo permanecía significativamente asociado a un bajo acceso a la atención sanitaria de la infección por VIH (CP ajustado [CPA]: 4,42; IC95%: 1,88-10,37). También concluyeron que la presencia de problemas de salud mental -más que el estigma interiorizado- podía explicar per se el hecho de una adhesión subóptima al tratamiento anti-VIH.

“Aproximadamente un tercio de los participantes manifestó experimentar niveles elevados de estigma interiorizado relacionado con el VIH”, afirmaron los investigadores, añadiendo que: “se comprobó que los participantes que experimentaron dichos niveles elevados de estigma tenían una probabilidad más de cuatro veces superior de presentar un bajo acceso a los servicios sanitarios”.

Los investigadores expusieron que su estudio se veía limitado por su diseño transversal y consideran que sería necesario realizar estudios prospectivos para determinar con mayor precisión la relación entre el estigma y el acceso a los servicios sanitarios especializados en VIH. “Estos estudios nos podrían llevar a examinar cambios en el estigma y su implicación en la atención sanitaria y en los resultados de ésta a lo largo del curso de la enfermedad”, concluyeron.

Referencia: Sayles JN, et al. The association of stigma with self-reported access to medical care and antiretroviral therapy adherence in persons living with HIV/AIDS. J Gen Intern Med (online edition), 2009.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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