Síntomas relacionados con el VIH se redujeron significativamente tres semanas después de dejar de fumar

El hecho de dejar de fumar resultó en una menor carga de síntomas relacionados con el VIH tras una media de tres semanas, según un estudio publicado en la edición de septiembre de 2007 de la revista AIDS Patient Care and STDs. Los autores concluyen que "junto con el menor riesgo de sufrir numerosos resultados de salud adversos relacionados con el acto de fumar, abandonar ese hábito podría representar un modo eficaz de reducir el impacto diario de la infección por VIH y los efectos secundarios del tratamiento".

Edwin J. Bernard

Fumar e infección por VIH

A pesar de que estudios previos han encontrado que fumar cigarrillos parece disminuir la eficacia de la terapia anti-VIH y aumentar la tasa de mortalidad y de que las intervenciones en salud pública apoyan firmemente los esfuerzos de las personas con VIH para dejar de fumar, pocos estudios han informado de los beneficios de las intervenciones en ese sentido en términos de síntomas y otras medidas de calidad de vida.

En consecuencia, un grupo de investigadores de Houston (Texas, EE UU) decidió realizar un ensayo de reparto aleatorio de una intervención para dejar de fumar, cuyo criterio de medición secundario evaluaba los efectos de dejar de fumar sobre los síntomas relacionados con el VIH por un lado y la calidad de vida relacionada con la salud por otro (HRQOL, en sus siglas en inglés).

En el estudio para dejar de fumar se inscribió un total de 95 fumadores de cigarrillos que acudían a una clínica del centro de la ciudad y fueron distribuidos aleatoriamente en dos brazos. Ambos brazos recibieron el cuidado estándar de una consulta médica inicial,  parches de nicotina y materiales impresos de autoayuda, recibiendo un brazo counselling adicional para dejar de fumar a través del móvil, así como acceso a una línea telefónica de atención. De las 95 personas originales, 77 (81%) completaron los tres meses de seguimiento y esas 77 constituyeron la muestra de estudio.

La edad media de los participantes del estudio fue de 43,5 años, tres cuartas partes de ellos eran de origen afroamericano y uno de cada cinco era de sexo femenino. Algo más de la tercera parte se expuso al VIH a través de sexo entre hombres, otro tercio se expuso al VIH a través del sexo heterosexual y una de cada cinco se expuso al VIH a través del uso de drogas inyectables.

Intervención estándar frente a intervención por teléfono móvil y línea de atención

El estudio valoró la abstinencia de fumar de dos maneras. La prevalencia puntual de abstinencia se definió como una autodeclaración de no haber dado ni siquiera una calada a un cigarrillo en las 24 horas anteriores. Esto se verificó midiendo los niveles de monóxido de carbono en el aliento: se consideró abstinente a aquella persona con un nivel inferior a siete partes por millón de CO. La duración de la abstinencia de fumar se basó en la autodeclaración y fue definida como el período de tiempo más largo en que un participante del estudio fue capaz de pasar sin fumar durante el mismo.

A los tres meses, la prevalencia puntual de abstinencia fue del 23,4%, con un periodo medio de abstinencia de veintiún días para el conjunto de la cohorte. El grupo de intervención a través de teléfono móvil fue significativamente más propenso a lograr una prevalencia puntual de abstinencia (36,6% frente a 10,3%; p=0,006) y a mantener un periodo más prolongado de abstinencia (treinta y un días frente a doce días; p=0,003) que el grupo de estándar de cuidado.

Cuando el grupo de investigadores analizó los factores sociales y demográficos (edad, grupo étnico, sexo, educación, si vivían con una pareja, grupo de exposición al VIH) que afectan a la carga de síntomas y HRQOL, descubrió que sólo el grupo de exposición al VIH estuvo significativamente relacionado con estos resultados: los participantes que habían adquirido el VIH a través del uso de drogas inyectables presentaron unas menores puntuaciones de salud mental (p=0,007) y una mayor carga de síntomas (p=0,05) en comparación con los participantes que adquirieron el VIH por otras vías.

Carga de síntomas significativamente menor tres semanas después de dejar de fumar

El hallazgo más sorprendente del análisis multivariable que realizaron los autores fue que una abstinencia de fumar más prolongada estuvo significativamente relacionada con una menor carga de síntomas después de tres meses de seguimiento (p=0,02). Como se señaló antes, la media del período de abstinencia fue sólo de tres semanas.

Sin embargo, no se observaron relaciones significativas con la prevalencia puntual de abstinencia (es decir, tras un mínimo de 24 horas sin fumar). Los autores señalan un reciente estudio (Erickson) que encontró que la mayoría de los participantes experimentó un descenso de HRQOL una semana después de dejar de fumar. "Esto indica ", escribe el grupo de investigadores, "que los beneficios de dejar de fumar, en términos de menor carga de síntomas relacionados con el VIH, podrían requerir algún tiempo para hacerse notar".

Además, el grupo de investigadores no encontró una relación significativa entre las puntuaciones de salud física y mental y la prevalencia puntual o duración de la abstinencia. Los autores sugieren que esto podría deberse a los síntomas producidos por la abstinencia de la nicotina, muchos de los cuales son similares a los síntomas relacionados con el VIH (por ejemplo fatiga, tos, dolor de cabeza, insomnio y problemas gastrointestinales). Esto "podría haber complicado también nuestra capacidad de valorar los efectos de dejar de fumar en un relativo corto plazo de tiempo y la carga de síntomas y variables HRQOL en investigación", escriben.

Limitaciones y conclusiones

El grupo de investigadores señala que el estudio se vio limitado por un único periodo de seguimiento de tres meses y el relativamente pequeño tamaño de la muestra. "Al limitar nuestro ámbito de resultados HRQOL [a puntuaciones resumen de salud física y mental] podríamos habernos perdido otros efectos importantes de dejar de fumar", escribe. "Del mismo modo, sólo consideramos un índice general de carga de síntomas en lugar de los síntomas individuales".

Los autores señalan que está en marcha un ensayo más grande para estudiar la intervención a través de teléfono móvil y que éste podría superar muchas de las actuales limitaciones del actual estudio.

Asimismo, concluyen señalando que su estudio indica que "la duración del tiempo sin fumar está relacionada con una reducción de la carga de síntomas relacionados con el VIH" y que "junto con el menor riesgo de sufrir numerosos resultados de salud adversos relacionados con el acto de fumar, el abandonar ese hábito podría representar un modo eficaz de reducir el impacto diario de la infección por VIH y los efectos secundarios del tratamiento".

Referencias: Vidrine DJ et al. The effects of smoking abstinence on symptom burden and quality of life among persons living with HIV/AIDS. AIDS Patient Care and STDs 21(9): 659-666, 2007.

Erickson SR et al. Smoking cessation: a pilot study of the effects on health-related quality of life and perceived work performance one week into the attempt. Ann Pharmocother 38: 1805-1810, 2004.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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