Un estudio realizado por el Instituto Kinsey no halla un consenso en las definiciones de “practicar sexo”

Cuando las personas afirman que “practicaron sexo”, no está claro a qué se refieren exactamente. Un nuevo estudio del Instituto Kinsey en la Universidad de Indiana (EE UU) descubrió que no se produjo un consenso uniforme cuando se preguntó a una muestra representativa de personas de entre 18 y 96 años de edad sobre qué significaba esta expresión para ellos.

Comunicado de prensa

¿Se considera que una relación orogenital es practicar sexo? No pensaron así aproximadamente el 30% de los participantes en el estudio. ¿Y el sexo anal? Tampoco lo consideraron de este modo un 20% de las personas integrantes del mismo.

Un número sorprendentemente alto de hombres mayores no apreciaron como sexo las relaciones pene-vaginales. Más allá de un cotilleo intrascendente, las respuestas a las preguntas acerca de sexo pueden informar (o desinformar) a los esfuerzos de investigación, asesoramiento médico y educación para la salud.

“Investigadores, médicos, padres, educadores sexuales… todo el mundo debería ser muy cauteloso y no dar por sentado que su propia definición de sexo la comparte la persona con la que habla, sea un paciente, un estudiante, un hijo o un participante en un estudio”, aseveró Brandon Hill, investigador asociado en el Instituto Kinsey.

El estudio (realizado en colaboración con el Centro Rural para la Prevención del Sida/ITS [RCAP, en sus siglas en inglés] en la Facultad de Salud, Educación Física y Recreación de la Universidad de Indiana) ahonda más en una cuestión examinada por primera vez en 1999, en medio del escándalo sexual del presidente Clinton, en el que la definición de sexo fue un tema relevante. El equipo de investigadores del Instituto Kinsey preguntó a estudiantes de la universidad qué significaba para ellos “practicar sexo”, adoptando el enfoque -entonces novedoso- de indagar acerca de comportamientos específicos.

Entonces, tampoco se encontró un consenso. El nuevo estudio, publicado en la edición de febrero de la revista de salud internacional Sexual Health, examinó la cuestión relativa a si disponer de más información ayudaba a aclarar las cosas (a los participantes del estudio se les preguntó sobre comportamientos sexuales específicos y cualificadores tales como si se alcanzó el orgasmo); los investigadores también desearon contar con una muestra más representativa, no simplemente integrada por estudiantes universitarios.

“El ampliar la red, con una muestra más representativa, sólo hizo que el resultado fuera más confuso y complicado”, declaró Hill. “Las personas fueron incluso menos coherentes en general”.

El estudio contó con respuestas de 486 habitantes de Indiana que participaron en un sondeo telefónico realizado por el Centro para la Investigación de Encuestas en la Universidad de Indiana.

A los participantes -en su mayoría heterosexuales- se les preguntó: “¿Dirías que ‘has practicado sexo’ con alguien si el comportamiento más íntimo que realizasteis fue…?”, seguido por 14 aspectos de comportamiento específicos. Estos fueron algunos de los resultados:

  • En general, las respuestas no difirieron de forma significativa entre hombres y mujeres (en el estudio participaron 204 varones y 282 mujeres).
  • Para el 95% de las personas encuestadas, practicar sexo implicaría una relación pene-vaginal, pero este porcentaje disminuyó al 89% si no se produce eyaculación.
  • El 81% consideraron como practicar sexo aquella relación en la que existió interacción entre pene y vagina, pero el porcentaje se redujo al 77% en el grupo de hombres de menor edad (18-29 años), al 50% entre los hombres de mayor edad (65 años y más) y al 67% entre las mujeres del grupo de mayor edad.
  • El 71% de los hombres y el 73% de las mujeres consideraron el contacto oral con los genitales de la pareja (practicándolo o recibiéndolo) como “realizar sexo”.
  • Los hombres en los grupos de edad más joven y mayor fueron menos propensos a responder “sí” en lo referente a las relaciones orogenitales, en comparación con los dos grupos de edad intermedia.
  • Un número significativamente menor de hombres en el grupo de mayor edad respondieron “sí” respecto a la relación pene-vaginal (77%).

Brandon Hill señaló que para el médico es habitual que, al examinar a un paciente con síntomas de tener una infección de transmisión sexual, pregunte cuántas parejas sexuales tiene o ha tenido. El número variará según cuál sea la definición que el paciente tenga de lo que significa practicar sexo.

William L. Yarber, director principal de RCAP y coautor del estudio, declaró que este hallazgo reafirma la necesidad de ser específico en lo concerniente a los comportamientos cuando se habla de sexo.

“Existe una vaguedad sobre lo que significa el sexo en nuestra cultura y medios de comunicación”, indicó Yarber. “Si las personas no creen que determinadas conductas son sexo, podrían considerar que los mensajes de salud sexual acerca del riesgo no les incumben. La epidemia de sida nos ha obligado a ser mucho más específicos sobre los comportamientos, llegando a identificar comportamientos específicos que colocan a las personas en situaciones de riesgo, en lugar de hablar de sexo en general. No obstante, aún hay margen para mejorar”.

Referencia: Sanders S, et al. Misclassification bias: diversity in conceptualisations about having ‘had sex’. Sexual Health. 2010; 7(1): 31-34.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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