Por el contrario, se trata de una decisión que debe valorarse entre médico y paciente, atendiendo a las circunstancias personales de cada cual y a los numerosos factores involucrados.
Sin embargo, afortunadamente contamos con pautas basadas en estudios científicos. Las recomendaciones han ido cambiando con el tiempo a medida que se ha dispuesto de más evidencia científica. La cada vez mayor eficacia y seguridad de las combinaciones antirretrovirales, y el objetivo de minimizar el daño que hace el VIH al sistema inmunitario, hacen que la tendencia actual apunte a un inicio más temprano del tratamiento.
Las directrices españolas más recientes recomiendan, en general, iniciar la terapia antirretroviral cuando los CD4 se sitúan por debajo de las 350 células/mm3, a no ser que hayan síntomas de enfermedades relacionadas con el VIH. En ese caso, estaría indicado empezar el tratamiento independientemente del nivel de CD4. Por encima de 350 y hasta 500 células/mm3, se aconseja en los siguientes casos:
- Hepatitis C crónica.
- Hepatitis B crónica con indicación de tratamiento.
- Cirrosis hepática.
- Carga viral superior a 100.000 copias/mL.
- Porcentaje de CD4 inferior al 14%.
- 55 ó más años de edad.
- Riesgo cardiovascular elevado.
- Nefropatía asociada al VIH.
En estos supuestos, podría considerarse el comienzo incluso con recuentos de CD4 superiores a 500 células/mm3, tras una valoración del caso en particular.
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