El uso continuado del preservativo en el sexo anal prevendría el 70% de las infecciones por VIH

Los resultados de un análisis revelan las dificultades de los hombres para mantener este uso consistente

Jesús Damieta
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Un estudio realizado por un equipo de investigación de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés) ha estimado la eficacia del preservativo como estrategia de prevención de la transmisión del VIH entre hombres gais en un 70%. El estudio ha sido recientemente publicado en Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes, y divulga los resultados presentados parcialmente hace casi dos años en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI) de 2013 (Véase La Noticia del Día 22/03/2013)

Este valor estimado del 70% contrasta con el resultado obtenido en distintos metanálisis de efectividad del preservativo en el caso de relaciones sexuales heterosexuales, estimada en aproximadamente el 80-85%. Los autores del estudio creen que, aunque la diferencia de los resultados no sea estadísticamente significativa, sí que sería apropiado utilizar la cifra del 70% a la hora de plantear debates y sugerir modelos de prevención del VIH relativos al sexo anal.

El análisis se ha realizado sobre los resultados históricos de dos estudios del uso del preservativo entre hombres que practican sexo con otros hombres (HSH) en EE UU. Uno de ellos, VAX004, fue realizado entre 1998 y 1999 y el otro, EXPLORE, fue realizado entre 1999 y 2001.

El estudio VAX004 fue el primer estudio a gran escala realizado en EE UU sobre la eficacia de una vacuna contra el VIH, y el estudio EXPLORE es el mayor estudio realizado sobre intervención en el comportamiento para la prevención del VIH en hombres gais. Entre los dos estudios fue posible aportar datos para el análisis procedentes de 7.725 hombres. La edad media fue de 31 años, con un 82% de participantes de etnia blanca no hispana y un 4,5% de etnia negra. Un 76% de los participantes tenían educación universitaria o equivalente.

En el comportamiento de las personas que participaron en el estudio se pudo apreciar un componente de “seroposicionamiento” (estrategia consistente en que la persona sin VIH adopte el papel insertivo al practicar sexo anal en parejas serodiscordantes). En términos de número de relaciones sexuales mantenidas (y no de número de compañeros sexuales) los participantes refirieron haber adoptado el rol insertivo en el 62% de las ocasiones. El 30% de practicantes de sexo anal insertivo refirieron no haber usado nunca preservativos durante el mismo, frente al 20% en el caso de sexo anal receptivo. Refirieron haber usado preservativo “siempre” el 36% de los participantes en el caso de sexo insertivo y 46% en el receptivo. En aquellos casos que utilizaron preservativo “a veces” el porcentaje (34%) fue el mismo con independencia del rol sexual desempeñado.

Las diferencias observadas entre ambos estudios pueden deberse a que el primer estudio evaluaba el comportamiento de participantes en la prueba de una vacuna mientras que el segundo estudio era un ensayo basado en una intervención sobre el comportamiento. Aunque en este segundo estudio el uso de preservativo aumentara un 24,5% y las infecciones por VIH disminuyeran un 15,7% es posible que los participantes, especialmente aquellos incluidos en el grupo de intervención, adquirieran mejores habilidades de uso del preservativo a lo largo de los 4 años de seguimiento del estudio.

Se observó el aumento del uso del preservativo en el estudio EXPLORE en aquellas relaciones sexuales mantenidas con compañeros con estado serológico al VIH conocido, ya fuera positivo (proporción de uso de preservativo  entre el 60-70%) o negativo (33-41%). El uso del preservativo con compañeros de estado serológico desconocido se mantuvo alrededor del 67%. Esto parece indicar que los participantes del estudio EXPLORE habrían adquirido mayor facilidad de comunicación y negociación a lo largo del mismo. Por el contrario, el uso del preservativo habría disminuido en el estudio VAX004 con independencia del estado serológico del compañero sexual, desde el 67% al 53% en el caso de estado serológico positivo y desde el 47% al 32% en el caso de estado serológico negativo.

Los investigadores hicieron principalmente comparaciones entre los participantes que declararon no usar preservativos “nunca” y los que declararon usarlos “siempre” durante los 6 meses del estudio y el seguimiento posterior. Para ello determinaron cuántos participantes habían tenido compañeros sexuales con VIH y examinaron las tasas de uso del preservativo con esos compañeros.

Combinando las cifras de ambos estudios y excluyendo a los participantes que refirieron prácticas heterosexuales o el uso de drogas inyectables los investigadores consiguieron incluir a 7.725 hombres, de los cuales 3.490 (45%) refirieron prácticas con compañeros con VIH en algún momento durante la duración del estudio. En total, se realizaron 42.451 visitas bianuales, registrándose prácticas sexuales con compañeros con VIH en el 22% de esas visitas. De este grupo, 225 (6,4%) se infectaron por el VIH, sin apreciarse en este aspecto diferencias significativas entre los dos estudios.

Entre las personas que sufrieron seroconversión, el 14% de participantes en el estudio EXPLORE (19% en el caso de sexo anal receptivo) y el 29% de participantes en el estudio VAX004 (38% en el caso de sexo anal receptivo) refirieron haber utilizado “siempre” preservativo en sus relaciones con compañeros con VIH en el semestre en que se infectaron por VIH; el 42% y el 30%, respectivamente, dijeron que “nunca” lo habían utilizado; y el 46% y 33%, respectivamente, dijeron haberlo usado “a veces”.

En relación a las posibilidades absolutas de infección por VIH, el equipo de investigación calculó que el uso consistente de preservativo en el 100% de las ocasiones altera el riesgo de infección por VIH de 1 por 286 actos sexuales en hombres que no usan nunca preservativo hasta 1 por 1.429 actos sexuales  en hombres que siempre lo usan y, en el caso de VAX004, de 1 por 556 actos sexuales a 1 por 1000.

Uno de los principales hallazgos del estudio fue que el uso intermitente del preservativo es, en el mejor de los casos, únicamente efectivo de forma marginal como estrategia de prevención. Mientras que la efectividad de usar el preservativo “siempre” es un 70,5% superior a no usarlo “nunca”, no hubo diferencias significativas en las tasas de contagio del VIH entre hombres que “nunca” usaron preservativo y aquellos que lo usaron “a veces”. Sí se apreció una ligera reducción de la incidencia en el caso del sexo anal receptivo, pero la diferencia no era estadísticamente significativa. Una limitación de estas conclusiones, no obstante, es que el uso ocasional del preservativo no fue diferenciado según frecuencias, por lo que podría existir un punto a partir del cual la efectividad de esta estrategia intermitente desapareciese.

Otra importante aportación del estudio es que el uso consistente del preservativo resultó ser de gran dificultad para los participantes del estudio en el largo plazo. Durante un periodo de tres años sólo el 13% de los participantes mantuvieron un 100% de uso del preservativo en toda práctica de sexo anal, cifra que se eleva hasta el 20% en el caso del sexo anal receptivo. La práctica más habitual en relación al preservativo fue el uso intermitente, dado que el 95,6% de participantes lo usó al menos en alguna ocasión.

El estudio presenta algunas limitaciones que limita el alcance de sus conclusiones. Uno de ellos es la forma de recogida de la información, que en todos los casos fue aportada directamente por los propios participantes, lo que pudo favorecer la aparición de sesgos de deseabilidad (por los que el encuestado tiende a dar las respuestas que cree que complacerán al entrevistador), lo que puede haber producido una sobrestimación del uso del preservativo.

El uso consistente del preservativo en condiciones ideales, considerando únicamente fallos mecánicos, tiene una efectividad del 99,5% en condiciones de laboratorio. Lo que el estudio pone de manifiesto es que el uso consistente del preservativo es difícil de mantener durante largos periodos de tiempo.

El estudio pone de manifiesto, según sus autores, la necesidad de realizar mayores esfuerzos educativos entre el colectivo de HSH sin VIH para mejorar sus habilidades de evaluación de riesgo de contagio por VIH, así como la efectividad del uso consistente de preservativos durante el sexo anal. También postulan la necesidad de aumentar el acceso a herramientas y estrategias de prevención del VIH, como aumentar la frecuencia de realización de pruebas del VIH o el uso de profilaxis preexposición (PPrE) en los casos en que esté indicada.

Fuente: HivandHepatitis / Elaboración propia ( gTt-VIH).
Referencia: DK Smith, JH Herbst, XJ Zhang, and CE Rose. Condom Effectiveness for HIV Prevention by Consistency of Use among Men Who Have Sex with Men (MSM) in the U.S. Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes. December 2, 2014 (Epub ahead of print).

R Detels, P English, BR Visscher, et al. Seroconversion, sexual activity, and condom use among 2915 HIV seronegative men followed for up to 2 years. Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes 2(1):77-83, 1989.

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