La pérdida ósea es habitual en pacientes con VIH, y con frecuencia empeora

Las personas con VIH presentan una elevada prevalencia de casos de baja densidad mineral ósea, según informa un equipo de investigadores españoles en la edición digital de la revista AIDS. Durante el período de seguimiento, los autores también descubrieron pruebas que indicaban un deterioro de la salud ósea en muchos pacientes.

Michael Carter

"Nuestro (…) estudio reveló una notable incidencia de una baja densidad mineral ósea [DMO] en un elevado número de pacientes que hacía mucho tiempo que vivían con VIH y tenían una prolongada experiencia en la toma de terapia antirretroviral", comentan los investigadores.

Creen los autores que sus hallazgos tienen una significación clínica inmediata y comentan: "El seguimiento clínico de la densidad mineral ósea mediante el uso de escáneres DEXA [absorciometría dual de rayos X, en sus siglas en inglés] debería constituir una prioridad en el caso de los pacientes con VIH, especialmente si tienen riesgo de sufrir fracturas".

La infección por VIH está muy vinculada con un mayor riesgo de presentar una densidad ósea baja, aunque se ignoran las causas exactas de ello.

Entre los factores de riesgo tradicionales de padecer este problema de salud se incluyen el fumar, el consumo abusivo de alcohol, la desnutrición, el bajo peso corporal y la falta de actividad física.

El propio VIH puede producir pérdidas de la densidad mineral ósea y el tratamiento con determinados fármacos antirretrovirales también se ha relacionado con este problema.

Los investigadores españoles decidieron estudiar mejor la prevalencia, riesgos y progresión de la pérdida ósea en sus pacientes con VIH.

En consecuencia, diseñaron un estudio retrospectivo que contó con 671 personas que recibieron atención médica por el VIH entre los años 2000 y 2009 en Barcelona. Todos los pacientes fueron sometidos al menos a un escaneado DEXA. Se valoró la progresión de la dolencia en 391 pacientes que se habían sometido a dos o más escáneres.

La mayoría de los pacientes (72%) eran hombres, el 6% tenían más de 55 años, la mediana de edad fue de 42 años (rango intercuartil: 37 – 47), el 67% presentaban un índice de masa corporal (IMC) dentro del intervalo normal, el 62% mostraban una ingesta adecuada de calcio y el 35% padecían también hepatitis B ó C.

El recuento  de linfocitos CD4 en el momento de entrar en el estudio fue de 496 células/mm3, el 93% de los participantes tenían experiencia en terapias antirretrovirales y el 61% presentaban una carga viral indetectable.

Los pacientes habían estado recibiendo fármacos anti-VIH durante una mediana de siete años, el 53% estaban tomando un inhibidor de la proteasa y la misma proporción tomaba tenofovir (Viread®, y también en las pastillas combinadas Truvada® y Atripla®).

El 47% de los participantes fueron diagnosticados de osteopenia (pérdida ósea leve) y el 23%, de osteoporosis (hueso poroso con un mayor riesgo de fracturas).

Entre los factores relacionados con la baja densidad mineral ósea estuvieron la edad (p <0,001), tener un IMC bajo (p <0,001), ser de sexo masculino (p= 0,0078), tener unos niveles altos de creatinina (p= 0,0047), estar tomando terapia anti-VIH en el momento de realizar el escaneado DEXA (p= 0,007), la mayor duración del tratamiento antirretroviral (p= 0,004) y una mayor cantidad de tiempo tomando un inhibidor de la proteasa (p= 0,0001).

A continuación, el equipo de investigadores examinó la progresión de la pérdida ósea. Su análisis incluyó a los pacientes que se habían sometido a dos escáneres DEXA o más.

La mediana de tiempo entre el primer y último escáner fue de 2,5 años, pero en el caso del 27% de los participantes, este período fue superior a cinco años.

En el primer escáner, el 49% de los pacientes tenían osteopenia y el 22%, osteoporosis. En el segundo escáner, estos porcentajes habían aumentado a 50% y 27%, respectivamente.

En general, el 29% de los pacientes experimentaron una progresión hacia una baja densidad mineral ósea: un 13% desarrollaron osteopenia y el 16% progresaron de osteopenia a osteoporosis.

Cuando se restringió el análisis a los 105 pacientes con cinco o más años de seguimiento, se comprobó que el 47% experimentaron una pérdida de la densidad mineral ósea, incluyendo un 18% que desarrollaron osteopenia y un 29% que progresaron a osteoporosis.

Entre los factores relacionados con la pérdida de masa ósea durante el seguimiento estuvieron: tener una mayor edad (p <0,0001), ser de sexo masculino (p <0,0001), tener un índice de masa corporal bajo (p <0,0001), una mayor duración del tratamiento con un inhibidor de la proteasa (p <0,0001) o tenofovir (p <0,0001), y estar tomando un inhibidor de la proteasa en el momento en que se realizó el escáner DEXA (p <0,0001).

"Hemos revelado la existencia de una elevada prevalencia de casos de densidad mineral ósea baja en nuestra cohorte. El análisis longitudinal -más de cinco años de seguimiento en algunos casos- evidenció una rápida progresión de la desmineralización ósea", comentan los investigadores.

Éstos subrayan la necesidad de llevar a cabo "un estrecho seguimiento de la DMO, sobre todo en pacientes en situación de riesgo que estén tomando una terapia antirretroviral que afecte a la desmineralización ósea".

Referencia: Bonjoch A, et al. High prevalence of and progression to low bone mineral density in HIV-infected patients: a longitudinal cohort study. AIDS, online edition: DOI: 10.1097/QAD.0b013e328340a28d, 2010 (en esta dirección puedes acceder al abstract gratuito del estudio).

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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