Violaciones masivas y VIH en países en conflicto: Pese a su baja incidencia, urge realizar intervenciones para las mujeres

Las violaciones masivas durante los conflictos armados pueden suponer varios miles de nuevos casos de VIH al año en el África subsahariana, según informa un artículo publicado en la revista AIDS.

Kelly Safreed-Harmon

El equipo de investigadores que firma el escrito extrajo esta conclusión tras analizar datos de siete países afectados por conflictos con una elevada prevalencia del VIH: Burundi, República Democrática del Congo, Ruanda, Sierra Leona, Somalia, Sudán y Uganda.

De acuerdo con sus cálculos, la incidencia anual de VIH debido a las violaciones masivas puede variar desde cuatro casos por cada 100.000 mujeres y niñas en Somalia hasta 20 casos por cada 100.000 mujeres y niñas en Uganda, los países que tienen la prevalencia de VIH más baja y más alta, respectivamente, de los siete mencionados antes.

Los países donde se considera que se produjo el mayor número anual de infecciones por VIH relacionadas con violaciones fueron la República Democrática del Congo, con una mediana total de 1.120 (rango intercuartil [RIC]: 527 – 2.360), y Uganda, con una mediana de 2.172 (RIC: 1.031 – 4.668). La mediana de la suma total del número previsto de infecciones en los siete países fue de 4.948 (RIC: 2.043- 10.329).

La limitación de los datos dificulta conseguir unos cálculos muy precisos en lo que se refiere a la transmisión del VIH en entornos con conflictos.

Entre las variables incluidas en estos cálculos están: la proporción de mujeres y niñas violadas, la proporción de agresores con VIH, y la probabilidad de transmisión del virus en cada acto de violación.

Los autores del artículo, al igual que otros investigadores que tratan este tema, tuvieron que basar sus análisis en una compleja serie de suposiciones.

Orientados por lo que se ha documentado respecto a las violaciones en entornos conflictivos, los autores admitieron la posibilidad de que entre el 1 y el 15% de las mujeres y niñas pudieron ser violadas. En sus suposiciones relativas a la prevalencia probable de VIH (tanto la más elevada como la más baja) entre los agresores, se tuvieron en cuenta las indicaciones generalizadas de que las fuerzas militares de los países que sufren unas epidemias a gran escala de este virus tienen una prevalencia superior al promedio.

Los investigadores acudieron a la literatura médica para determinar que la probabilidad media de transmisión por cada violación estaba entre 0,0028 y 0,032 (en África, se considera que la probabilidad de transmisión del VIH por acto en el caso de sexo heterosexual consentido en ausencia de infecciones de transmisión sexual es de 0,0009).

Aunque cualquier abanico de previsiones basadas en unos parámetros tan amplios será en sí mismo también amplio, los hallazgos del estudio aún proporcionan pruebas convincentes de las implicaciones de la prevención y el tratamiento del VIH a gran escala en el caso de violaciones relacionadas con conflictos.

Además, los esfuerzos realizados hasta la fecha para crear modelos matemáticos (incluyendo el que nos ocupa) no han reflejado las vías indirectas a través de las cuales las violaciones pueden aumentar el número de infecciones por VIH en una comunidad afectada por un conflicto bélico. Como señalan los autores: “Las violaciones masivas también aumentan de forma indirecta la incidencia del VIH, como mínimo, a través de otros dos mecanismos: Las mujeres que adquieren el virus por una violación pueden transmitirlo a sus futuras parejas masculinas, y algunas supervivientes de las violaciones pueden infectarse por otras infecciones de transmisión sexual que aumenten su susceptibilidad al VIH”.

Los autores, asimismo, indican que las supervivientes de violaciones que contraen el VIH y se quedan embarazadas corren el riesgo de transmitir el virus a sus bebés.

Hasta hace poco, se especulaba con que las violaciones masivas en países afectados por conflictos bélicos y que registran grandes epidemias de VIH podrían estar ayudando a acelerar o mantener los niveles generales de prevalencia nacionales del virus. Estudios clave publicados en 2007 y 2008 evidenciaron que los datos disponibles no respaldaban esta hipótesis. De todos modos, el número de casos de VIH que se consideran atribuibles a las violaciones masivas sirve de llamada de atención sobre la necesidad de contar con programas de prevención y tratamiento del virus como parte de la respuesta a las crisis humanitarias relacionadas con conflictos bélicos.

Las Directrices para abordar el VIH en entornos humanitarios, una reciente publicación de un grupo de trabajo convocado por Naciones Unidas, recomienda ofrecer profilaxis post-exposición (PPE) a las supervivientes de una violación que puedan haberse visto expuestas al virus de la inmunodeficiencia humana.

Sin embargo, los antirretrovirales empleados en los regímenes de PPE pueden no estar ampliamente disponibles en zonas de conflicto. Pero incluso en el caso de que los haya, los retrasos en el acceso al  tratamiento médico pueden hacer que las supervivientes de una violación no se beneficien de esta PPE, ya que debe tomarse en las 72 horas siguientes a un episodio de posible exposición al VIH.

Los autores del reciente estudio se refirieron a las conclusiones del estudio de 2008, que no logró encontrar un vínculo entre la violación masiva y la prevalencia del VIH al destacar la importancia de proporcionar a todas las supervivientes de violaciones unos servicios médicos y psicosociales adecuados, incluyendo los relacionados con el VIH.

El grupo de investigadores que publicó el estudio de 2008 afirmó: “Nuestros hallazgos no deben interpretarse para concluir que las violaciones generalizadas en países afectados por conflictos bélicos no suponen un grave problema para la adquisición del VIH por parte de las mujeres de forma individual o en un entorno específico. Si bien el aumento de la prevalencia total es pequeño en comparación con la población general, resulta horrible que decenas de miles de mujeres adquieran el VIH debido a la violencia sexual durante un conflicto bélico”.

Cubrir las necesidades relacionadas con la infección por VIH de las supervivientes de violaciones requiere mucho más que ofrecer acceso a la profilaxis post-exposición. Otros servicios relevantes incluyen los relacionados con la realización voluntaria de counselling y pruebas del VIH, la prevención de la transmisión del virus de madre a hijo y la provisión del tratamiento antirretroviral.

Referencias: Anema A, et al. Widespread rape does not directly appear to increase the overall HIV prevalence in conflict-affected countries: so now what? Emerg Themes Epidemiol 5: 11, 2008.

Supervie V, et al. Assessing the impact of mass rape on the incidence of HIV in conflict-affected countries. AIDS, advance online publication, September 24, 2010.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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