Los suplementos nutricionales sólo ofrecen beneficios modestos en pacientes con VIH

Dos estudios han sembrado dudas sobre el valor del uso de suplementos nutricionales para pacientes con VIH. El primer estudio, publicado en la edición del 1 de julio de Clinical Infectious Diseases, evidenció que la provisión de complementos nutricionales únicamente proporcionó beneficios exiguos en el caso de adultos con VIH que sufrían casos graves de emaciación.

Michael Carter

Otro estudio realizado con niños seropositivos en Uganda y publicado en Journal of the International AIDS Society puso de manifiesto que el duplicar las dosis de vitaminas y minerales no afectó a la progresión de la infección, ni tampoco sirvió para aumentar el peso o el recuento de CD4.

En el ensayo con adultos se inscribió a un total de 636 pacientes sin experiencia en tratamiento y fueron distribuidos en una proporción de tres a uno para recibir suplementos nutricionales o bien la atención estándar. “Observamos la mejora de varios parámetros nutricionales en el grupo que recibió el suplemento, pero no fue significativamente diferente desde el punto de vista estadístico respecto al grupo de control”, comentan los autores.

De todos modos, el equipo de investigadores cree que su estudio ha hecho varias contribuciones importantes. La más destacada es que había mostrado que era posible distribuir apoyo nutricional a través de clínicas a poblaciones cuya provisión de alimentos era insegura.

Suplementos nutricionales y resultados clínicos en adultos con VIH en la India

La inseguridad alimentaria es generalizada en las regiones del mundo más castigadas por el VIH. También es habitual que las personas que viven con el virus en estas zonas padezcan malnutrición, y este hecho se ha relacionado con una progresión más rápida de la infección.

El equipo de investigadores planteó la hipótesis de que los suplementos con calorías y grasa añadidas mejorarían el estado nutricional de los pacientes con VIH, y posiblemente también su constitución corporal y recuento de CD4.

En consecuencia, llevaron a cabo un estudio prospectivo, de seis meses, en el sur de la India, entre los años 2005 y 2007.

En la primera visita, los pacientes proporcionaron detalles de su dieta a un nutricionista que calculó su ingesta diaria de calorías, proteínas y grasas. Se midió la altura y el peso de los pacientes y se calculó su índice de masa corporal (IMC). También se midió la circunferencia en la zona media del brazo de los participantes.

Se extrajeron muestras de sangre para valorar el recuento de CD4 de los pacientes, así como los niveles de hemoglobina, albúmina en suero, triglicéridos y colesterol.

Todos los participantes recibieron complejos multivitamínicos y profilaxis para las infecciones oportunistas.

A tres cuartas partes de los pacientes se les administraron suplementos nutricionales que aportaban 400 calorías diarias, 15 gramos de proteínas y 6 gramos de grasa. El 25% restante de los participantes configuró el grupo de control.

Tras seis meses, se midieron los efectos de los suplementos sobre el peso, IMC, constitución corporal, recuento de CD4 y composición química de la sangre.

Se registró una elevada tasa de abandonos (30%) y el 10% de los pacientes fallecieron. Los participantes que no completaron el estudio presentaban una infección por VIH más avanzada, con un recuento de CD4 significativamente menor (p <0,001) y un nivel más bajo de albúmina en suero (p <0,001) que las personas que sí finalizaron el estudio.

Los autores comentan: “En este estudio no se incluyó a los pacientes gravemente enfermos, que estaban a punto de iniciar la terapia antirretroviral o que precisaban hospitalización, y ese hubiera sido el grupo que más probabilidades tenía de verse beneficiado”.

De los 361 pacientes que completaron el estudio, 282 recibieron suplementos nutricionales. La media de edad fue de 31 años y el peso medio fue de 50 kilos. Cerca de la tercera parte de los pacientes sufrían una desnutrición grave.

Aunque las personas del grupo de control presentaron una ingesta calórica diaria menor (1.616 frente a 1.911 calorías; p <0,001), de todos modos mostraron un mayor recuento base de CD4 que los pacientes que recibieron suplementos [488 frente a 365 células/mm3].

El primer conjunto de análisis realizado por los investigadores evidenció que los suplementos nutritivos ofrecían diversos beneficios. En comparación con el grupo de control, las personas que recibieron seis meses de esta intervención mostraron un aumento significativo de peso, IMC, circunferencia a medio brazo y de los niveles de albúmina (p <0,001 en todos los casos).

Sin embargo, tras realizar ajustes en función de las diferencias basales en el recuento de CD4, edad y sexo entre los dos brazos del estudio, ninguno de los cambios siguió siendo significativo desde el punto de vista estadístico.

Posteriormente, el equipo de investigadores clasificó a los pacientes que recibieron suplementos en distintas categorías según su recuento de CD4: inferior a 200 células/mm3, entre 201 y 499 células/mm3 y por encima de 500 células/mm3.

Con independencia del recuento de CD4, el hecho de recibir suplementos nutricionales durante seis meses estuvo relacionado con un aumento de peso, IMC y circunferencia a medio brazo (p <0,001).

Las mejorías más importantes se registraron en los pacientes con menores recuentos de CD4.

“En resumen”, escribe el equipo de investigadores, la administración de “un suplemento oral de micronutrientes rico en energía no ofreció beneficios adicionales en cuanto a parámetros nutricionales o función inmunitaria en personas con VIH sin experiencia en tratamientos antirretrovirales en el sur de la India, en comparación con el estándar de atención médica de alta calidad. Habría que estudiar con más detalle el efecto de los suplementos sobre subgrupos específicos de pacientes y en la preservación de la función inmunitaria”.

Micronutrientes y progresión de la infección en niños

Otro estudio realizado en Uganda, en el que participaron niños con VIH, reveló que el aumento de las dosis de micronutrientes clave no redujo el riesgo de progresión de la infección.

El ensayo, que contó con 847 niños de entre 1 y 5 años de edad, fue publicado en Journal of the International AIDS Society.

Los niños participantes fueron distribuidos de forma aleatoria para recibir el doble de la cantidad recomendada por día de 14 vitaminas y minerales (que fueron administradas diariamente durante doce meses) o la dosis diaria estándar de seis vitaminas [administradas durante seis meses].

Tras doce meses, el 6% de los niños a los que se administraron mayores cantidades de vitaminas y minerales habían fallecido, frente al 7% de los que recibieron la dosis estándar.

Las tasas de mortalidad también fueron similares entre ambos grupos cuando los investigadores restringieron su análisis a los que tomaban terapia antirretroviral (7% frente al 7%).

Además, los niveles más elevados de vitaminas y minerales no tuvieron beneficios ni en términos de peso ni de recuento de CD4.

Referencias: Swaminathan S, et al. Nutritional supplementation in HIV-infected individuals in South India: a prospective interventional study. Clin Infect Dis. 2010; 51: 51-57.

Ndeezi G, et al. Effect of multiple micronutrient supplementation on survival for HIV-infected children in Uganda: a randomised, controlled trial. Journal of the International AIDS Society, 13: 18, 2010.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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