El análisis de los datos de 34 estados del país norteamericano reveló que el 38% de los pacientes progresó a sida a lo largo del año siguiente a su diagnóstico de VIH.
El informe fue publicado antes de la celebración del Día Nacional de la Prueba del VIH de EE UU, el 27 de junio. “Para reducir la tasa de diagnósticos tardíos de infección por VIH, los responsables de la atención sanitaria deberían implementar completamente la realización de pruebas del VIH tanto de forma rutinaria como en función del riesgo [de infección del paciente]”, comentan los autores.
Se calcula que el 21% de los pacientes con VIH en el país norteamericano no ha recibido un diagnóstico. Las personas no diagnosticadas no se pueden beneficiar de los efectos de la terapia antirretroviral, cuya gran eficacia no sólo reduce el riesgo de enfermedad y muerte, sino que también tiene un impacto notable sobre la capacidad de infección a terceros.
Actualmente, existe una cantidad importante de estudios que indican que el diagnóstico tardío del VIH es el motivo subyacente en gran parte de los casos de morbimortalidad relacionados con el virus que aún se detectan en los países industrializados. Además, los estudios epidemiológicos sugieren que las personas con una infección por VIH no diagnosticada constituyen un importante vehículo de transmisión que mantiene la propagación de la infección.
Hoy en día, en EE UU se recomienda la realización de pruebas del VIH de forma rutinaria a todos los pacientes de entre 13 y 64 años de edad. También se anima a las personas implicadas en comportamientos de alto riesgo de infección por el virus a que se realicen la prueba de forma regular.
Para entender mejor el problema del diagnóstico tardío, un equipo de investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés) estudió los historiales de las pruebas del VIH entre 1996 y 2005, provenientes de 34 estados que cuentan con un registro confidencial de casos de VIH basados en el nombre. El diagnóstico tardío del VIH se definió como una progresión a sida en los tres años siguientes al diagnóstico.
Este análisis evidenció que el 38% de los pacientes progresó a sida (es decir, se produjo la aparición de una enfermedad definitoria de sida o el recuento de CD4 cayó por debajo de 200 células/mm3) durante el primer año de diagnóstico, y otro 7% desarrolló una enfermedad definitoria de sida a lo largo del segundo o tercer año después de averiguar que tenía VIH.
“Estos hallazgos ponen de relieve la necesidad tanto de realizar exámenes rutinarios a los pacientes de entre 13 y 64 años como de aumentar la frecuencia de la prueba en el caso de las personas en situación de mayor riesgo y, por tanto, con mayor necesidad de realizar tests periódicos del VIH”, escribe el equipo de investigadores.
El estudio contó con un total de 281.000 participantes. Se observó un nivel especialmente elevado de progresión a sida (63%) en los pacientes que tenían más de 60 años en el momento de recibir el diagnóstico de VIH.
Se apreciaron tasas más elevadas de sida en los tres años posteriores al diagnóstico en grupos étnicos minoritarios (asiáticos: 50%, indígenas: 48%, hispanos: 47%, negros: 46%) que entre los pacientes de etnia blanca (43%).
Los hombres que adquirieron el VIH como consecuencia del consumo de drogas inyectables o de prácticas heterosexuales fueron más propensos a recibir un diagnóstico tardío que las mujeres infectadas por el virus a través de esas mismas vías.
A pesar de haber estado en el foco de la epidemia de VIH en EE UU durante más de veinticinco años, se detectó una proporción muy elevada de diagnósticos tardíos entre hombres gays y hombres que practican sexo con hombres (HSH). El 48% de los componentes de este grupo progresó a sida en los tres años siguientes al diagnóstico de VIH.
Sin embargo, resulta esperanzador que, según los datos disponibles, la proporción de pacientes con diagnóstico tardío había disminuido en los últimos años. Entre 1996 y el final de 2002, el 50% de los pacientes progresó a sida en los tres años siguientes al diagnóstico de infección por VIH. Después de 2003, este porcentaje se había reducido al 45%. Además, se produjo un descenso en la proporción de pacientes que desarrolló sida en el primer año de diagnóstico, pasando del 43% en 1996 al 36% en 2005.
“Como la probabilidad de progresión a sida tras la infección por VIH en ausencia de terapia es de aproximadamente el 2% en los dos primeros años y aumenta hasta casi el 50% a los diez, el hecho de presentar un cuadro de sida en el primer año tras el diagnóstico de VIH sugiere que tiene más que ver con una detección tardía de la infección por VIH que con una progresión a sida más rápida”, comentan los autores.
No obstante, reconocen que el desarrollo de sida en los tres años siguientes al diagnóstico de VIH también puede ser una consecuencia de una atención o cuidado inadecuados del virus.
“Para conseguir un diagnóstico más temprano y reducir la transmisión del VIH será necesario que los encargados sanitarios, los departamentos de salud y las organizaciones comunitarias promuevan la realización de chequeos en entornos clínicos y que se repita la prueba de forma periódica a aquellas personas que mantengan comportamientos de riesgo”, concluye el equipo de investigadores. Y añade: “El aumento de los esfuerzos dentro de la red social de personas que reciben un diagnóstico de VIH puede resultar en la realización de pruebas a otras personas igualmente infectadas”.
Referencia: Shouse RL, et al. Late HIV Testing – 34 states, 1996-2005. MMWR. 2009; 58(24): 661-665.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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