El tratamiento anti-VIH moderno no tiene un efecto negativo sobre el crecimiento fetal

La potente terapia antirretroviral tomada durante el embarazo -consistente en tres fármacos anti-VIH- no afecta al crecimiento del feto en el útero, según informa un equipo de investigadores franceses en un artículo publicado en la edición digital de AIDS. Estos expertos creen que su estudio pone de manifiesto que el moderno tratamiento antirretroviral con tres fármacos “no es responsable de ningún tipo de retraso en el crecimiento intrauterino”.

Michael Carter

Hoy en día, el riesgo de transmisión del VIH de madre a hijo es muy bajo, debido, en gran parte, al tratamiento antirretroviral. De todos modos, algunos estudios han evidenciado que la moderna terapia con tres fármacos anti-VIH durante el embarazo, especialmente si incluye un inhibidor de la proteasa, puede aumentar el riesgo de tener un bebé prematuro o de bajo peso. Sin embargo, estos resultados adversos no se apreciaron en otros estudios.

Un equipo de investigadores de la Cohorte Perinatal Francesa de la Agencia Nacional de Investigaciones sobre el Sida (ANRS, en sus siglas en francés) postuló que los resultados que mostraban que el uso del tratamiento anti-VIH moderno durante el embarazo tenía resultados adversos podrían haberse debido a motivos metodológicos.

En consecuencia, este grupo de investigadores llevó a cabo su propio estudio para comprobar si el tratamiento del VIH durante el embarazo afectaba al crecimiento de los fetos en el útero. El ensayo fue diseñado cuidadosamente para tener en cuenta cualquier factor que pudiera suscitar confusión. En consecuencia, se excluyeron a los niños con VIH, a los gemelos y a los bebés nacidos de madres que consumieran drogas, ya que todos estos factores pueden afectar al crecimiento intrauterino del bebé.

El análisis de los investigadores contó con un total de 8.192 bebés sin VIH que nacieron de madres seropositivas entre 1990 y 2006.

El tipo de tratamiento antirretroviral recomendado para prevenir la transmisión de madre a hijo del VIH ha cambiado de forma drástica a lo largo del período de estudio. Entre 1994 y 1997, este tratamiento consistió en una monoterapia con zidovudina (AZT). Posteriormente, fue reemplazado por el empleo de dos inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN); tratamiento que, a su vez, fue sustituido, a partir de 2004, por una terapia combinada triple (formada por tres fármacos antirretrovirales).

Entre 1994 y 1997, el 80% de las mujeres recibían monoterapia con AZT durante el embarazo. Como reflejo del cambio de las directrices de tratamiento, este porcentaje disminuyó al 19% entre 1999 y 2004, y al 2% posteriormente. La proporción de mujeres que recibieron una terapia triple aumentó con el tiempo: del 14% entre 1996 y 1998 al 90% en 2005 y 2006.

La media del peso y la edad de gestación al nacer disminuyeron ligeramente de 3.150g y semana 39 en 1996 a 3.050g y 38 semanas a partir de esa fecha.

Sin embargo, el peso al nacer ajustado según la edad de gestación aumentó entre 1990 y 1997, para permanecer estable a continuación.

Además, la proporción de bebés considerados pequeños para su edad gestacional permaneció estable a lo largo de todo el período de análisis (en torno al 4-5%).

No obstante, el equipo de investigadores reveló que hubo una tendencia no significativa hacia una menor circunferencia craneal de los bebés con el tiempo (p= 0,07).

El análisis estadístico evidenció que el riesgo de que un bebé naciera con una pequeña edad gestacional no estuvo asociado con el tipo de terapia anti-VIH.

En un intento por controlar los factores de confusión, el equipo responsable del estudio comparó el riesgo de que los bebés fueran pequeños para su edad gestacional en función de dos estándares de tratamiento: monoterapia con AZT entre 1994 y 1996 y terapia antirretroviral con tres fármacos entre 2005 y 2006. Esto puso de manifiesto que el riesgo de que un bebé naciera pequeño para su edad gestacional fue similar con ambos estándares de cuidado.

En otro análisis, los autores descubrieron que ni el momento de inicio del tratamiento triple anti-VIH durante el embarazo, ni su duración, ni la composición de la terapia combinada estuvieron relacionados con el hecho de que el bebé fuera pequeño para su edad gestacional. Además, los valores de altura y circunferencia craneal fueron similares en los bebés expuestos a la monoterapia y a la terapia triple.

“En conclusión -escriben los autores-, nuestros resultados sugieren que las terapias antirretrovirales empleadas a gran escala a lo largo de los últimos 15 años no afectan al crecimiento fetal”. Sin embargo, recomiendan: “Estas cuestiones deberían seguir siendo monitorizadas (…), ya que continúan produciéndose cambios en las directrices y las prácticas clínicas respecto a la indicación del tiempo de inicio y los tipos de terapias anti-VIH utilizadas en las mujeres embarazadas”.

Referencia: Briand N, et al. No relation between in-utero exposure to HAART and intrauterine growth retardation. AIDS 23 (online edition), 2009.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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