Más de la mitad de los estadounidenses con el VIH presenta, al menos, un indicador de mala calidad de vida

Se detectan necesidades en torno a la salud mental e inestabilidad domiciliaria y alimentaria

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Un reciente análisis de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE UU ha revelado que más de la mitad de los estadounidenses con el VIH presentan, al menos, un indicador de mala calidad de vida. Este hallazgo subraya la necesidad de abordar diversos factores que afectan el bienestar de esta población.

Proyecto de Monitorización Médica

El presente análisis fue realizado por el MMP (proyecto de monitorización médica, en sus siglas en inglés). Es un sistema de vigilancia que recopila datos representativos a nivel nacional sobre comportamientos, resultados clínicos y calidad de la atención en adultos con el VIH de EE UU. Su objetivo es proporcionar datos para el desarrollo de políticas y decisiones de financiación que mejoren la atención médica y reduzcan las disparidades en salud.

Los indicadores de calidad de vida medidos en el presente análisis tuvieron en cuenta:

  • autoevaluación del estado de salud
  • necesidades no satisfechas con relación a servicios de salud mental
  • estatus laboral
  • inseguridad alimentaria; e
  • inestabilidad domiciliaria

Un total de 15.855 adultos estadounidenses con el VIH fueron incluidos en el análisis. Geográficamente, pertenecían a 16 estados de EE UU, especialmente a aquellos con mayor población. El 75% de los participantes eran hombres cis, el 23% mujeres cis y el 2% personas trans. El 41% eran de etnia negra, el 29% de etnia blanca y el 24% de etnia latinoamericana. El 55% de los participantes eran mayores de 50 años; el 19% tenían entre 40 y 49 años; el 18% entre 30 y 39 años y el 7% entre 18 y 29 años.

Análisis

El análisis de los datos más recientes mostró que el 70% de las personas con el VIH percibían su estado de salud como bueno o muy bueno. El 27% de aquellos con necesidades de servicios de salud mental no consideraron haber recibido la atención que precisaban. El 18% de los participantes experimentó inestabilidad domiciliaria o falta de hogar; el 11% estaba desempleado y el 19% manifestó haber padecido hambre o inseguridad alimentaria.

Más de la mitad de los participantes del estudio presentaban al menos un indicador de baja calidad de vida. Esto pone de manifiesto una situación preocupante en la comunidad seropositiva estadounidense. En términos más específicos, un 8% acumulaba tres o más indicadores negativos. Las cifras son particularmente elevadas entre personas usuarias de drogas intravenosas (donde dicho porcentaje era del 27%) y en jóvenes de entre 18 y 24 años (donde era del 12%).

Además, un tercio de las mujeres de etnia negra calificaron su salud como regular o mala. Esto refleja diferencias por cuestión de género en la percepción del bienestar, un hecho observado en diversos estudios previos, como por ejemplo uno realizado en España (véase La Noticia del Día 17/05/2021). Cada uno de los indicadores evaluados mostró una asociación con peores resultados en salud. Esta tendencia se intensificaba a medida que aumentaba el número total de factores adversos acumulados en el índice general de calidad de vida utilizado en el estudio.

Resultados

Estos resultados indican que aún queda un gran trabajo por hacer para alcanzar las metas establecidas en la Estrategia Nacional de VIH/Sida (NHAS, en sus siglas en inglés) de EE UU para 2025. La NHAS busca mejorar la calidad de vida de las personas con VIH, con objetivos específicos tales como aumentar al 95% la proporción de personas con el VIH con una salud autoevaluada como buena o muy buena.

Es importante destacar que las personas con el VIH estadounidenses -del mismo modo que aquellas del resto del mundo- enfrentan desafíos adicionales relacionados con determinantes sociales de la salud, como por ejemplo el estigma, la discriminación y el acceso limitado a servicios de salud de calidad. Estos factores pueden influir negativamente en su calidad de vida y dificultar que se alcancen las metas de la NHAS.

Estos desafíos requieren políticas sanitarias y sociales que mejoren el acceso a la vivienda, el empleo, la alimentación y los servicios de salud mental. En conclusión, es fundamental implementar programas que reduzcan el estigma asociado al VIH y promuevan la equidad en salud. Lamentablemente, la situación política actual en EE UU hace difícil pensar que dichas políticas puedan llevarse a cabo a corto o medio plazo.

Fuente: POZ / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Centers for Disease Control and Prevention. Behavioral and Clinical Characteristics of Persons with Diagnosed HIV Infection—Medical Monitoring Project, United States, 2022 Cycle (June 2022–May 2023). HIV Surveillance Special Report 36. https://stacks.cdc.gov/view/cdc/159149. Published July 2024.

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