El hígado graso aumentará notablemente su prevalencia en las próximas décadas

Con impacto desproporcionado sobre la población con el VIH, parece imprescindible desarrollar programas de detección y manejo precoz de dicha patología

Francesc Martínez
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Un estudio publicado en JAMA Network Open ha concluido que el hígado graso aumentará de forma muy destacada entre los adultos estadounidenses en las próximas décadas siempre y cuando no se den pasos decididos en las políticas de salud pública al respecto. En el contexto de la infección por el VIH -donde dicha afección es más frecuente- el impacto sería aún mayor, especialmente teniendo en cuenta que la población con el VIH está envejeciendo y la edad es uno de los factores de riesgo de desarrollo de hígado graso.

Enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica

El hígado graso o esteatosis hepática, cuyo nombre médico actual es enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés), antes conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés), suele estar asociada con la obesidad, la diabetes de tipo 2 y otras anomalías metabólicas.

En las personas con el VIH, típicamente, cualquier patología hepática se relacionaba con las hepatitis virales (muy frecuentes en la población con el VIH por ser virus que compartían las mismas vías de transmisión). Sin embargo, diversos estudios han evidenciado que la esteatosis puede ser un efecto secundario de algunos antirretrovirales antiguos   (véanse La Noticia del Día 04/02/2019 y 05/09/2023). Con el tiempo, la acumulación de grasa en el hígado puede evolucionar a un estadio más grave, la esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH, en sus siglas en inglés) y acabar provocando fibrosis, cirrosis y cáncer hepático.

Aunque en 2024 se aprobó el primer fármaco específico para tratar la MASH—resmetirom— el manejo de estas enfermedades sigue dependiendo, en gran medida, de cambios en el estilo de vida tales como la pérdida de peso y la práctica regular de ejercicio físico.

Evolución de los casos de hígado graso

Los autores del presente estudio utilizaron un modelo de simulación basado en datos previamente publicados para proyectar la evolución de la MASLD en adultos de EE UU durante los próximos 30 años. La simulación incluyó a más de 2,8 millones de personas, con una edad promedio de 36 años y una distribución equitativa entre hombres y mujeres. Según sus estimaciones, la prevalencia de MASLD pasará del 34% de la población adulta en 2020—un total de 86,3 millones de personas— al 41% en 2050, lo que representa unos 121,9 millones de afectados.

Por su parte, los casos de MASH también aumentarán significativamente. En 2020, el 6% de los adultos —unos 14,9 millones—padecían esta forma más grave de la enfermedad hepática. Para el año 2050, se espera que esa cifra llegue al 8%, lo que afectaría a 23,2 millones de personas. Los casos de MASH con fibrosis clínicamente significativa (estadio F2 o superior) también se incrementarían según el presente estudio; pasando de 6,7 millones a 11,7 millones de personas afectadas.

Cáncer de hígado

No obstante, el hallazgo más preocupante del estudio son las proyecciones asociadas a las consecuencias más graves de estas enfermedades. Entre 2046 y 2050, se espera que la MASLD provoque cada año unos 22.440 nuevos casos de cáncer de hígado y 6.720 trasplantes hepáticos. Estas cifras casi duplican y cuadruplican, respectivamente, las registradas entre 2020 y 2025, cuando se contabilizaron 11.483 casos de cáncer y 1.717 trasplantes hepáticos anuales. El estudio también estima que las muertes relacionadas con enfermedades hepáticas pasarán en EE UU de 30.500 en 2020 (que supusieron el 1,0% de todos los fallecimientos en adultos) a 95.300 en 2050 (el 2,4% del total).

Los autores del estudio advierten que, si no se toman medidas concretas, estos pronósticos podrían hacerse realidad. Estos resultados apuntan a que los sistemas de salud deben prepararse para un incremento significativo de los casos de cáncer hepático y de la demanda de trasplantes hepáticos.

Respuesta coordinada

La situación plantea serios desafíos para los sistemas sanitarios, tanto en términos de capacidad como de recursos. Un aumento de esta magnitud en las enfermedades hepáticas exigiría una respuesta coordinada que incluya campañas de concienciación pública, mejora en los métodos de detección precoz e incentivos para el desarrollo de nuevas terapias. La obesidad, la diabetes tipo 2 y el sedentarismo, principales factores de riesgo de la MASLD, están cada vez más presentes en la sociedad moderna, lo que subraya la necesidad de estrategias preventivas más efectivas y accesibles.

En el contexto de la infección por el VIH -aunque dicho grupo poblacional no estuvo en el foco del presente estudio- cabe esperar una situación aún peor, solo prevenible con esfuerzos de detección precoz y promoción de hábitos saludables dentro del seguimiento rutinario de la infección por el VIH. El desarrollo de nuevas terapias y la mejora en el acceso a resmetirom -aún no aprobado en Europa pero sí en EE UU, por lo que cabe esperar una próxima aprobación europea- pueden ser factores que cambien a mejor las negativas conclusiones del presente estudio.

Fuente: POZ / Elaboración propia (gTt).
Referencia:
Le P, Tatar M, Dasarathy S, et al. Estimated Burden of Metabolic Dysfunction-Associated Steatotic Liver Disease in US Adults, 2020 to 2050. JAMA Netw Open. 2025;8(1):e2454707. Published 2025 Jan 2. doi:10.1001/jamanetworkopen.2024.54707

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