La intervención conductual STOMP se muestra prometedora en la reducción del dolor crónico de las personas con el VIH

El objetivo principal es ofrecer alternativas no farmacológicas frente al uso de opiáceos para el manejo de esta comorbilidad significativa que impacta entre el 30% y el 85% de la población con el VIH

Juli Amadeu Àrias
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Las personas con el VIH experimentan una alta incidencia de dolor crónico, con características similares a otros grupos de población que también lo sufren de manera significativa. Es crucial crear estrategias específicas que atiendan sus necesidades únicas y que ayuden a mejorar su calidad de vida. Abordar este problema resulta prioritario para ofrecer el apoyo necesario a quienes lo padecen. En este sentido, los primeros resultados de un ensayo clínico aleatorizado inicial, publicado en JAMA Internal Medicine, respaldan la efectividad de STOMP como una intervención conductual para el manejo del dolor crónico en personas con el VIH.

El dolor crónico es una comorbilidad que impacta entre el 30% y el 85% de las personas que viven con el VIH. Esta condición está relacionada con una mayor probabilidad de sufrir discapacidades funcionales, un aumento en la utilización de servicios de urgencias, una retención subóptima en la atención del VIH y dificultades para lograr la supresión virológica. A pesar de su relevancia, hasta el momento existen pocas intervenciones efectivas y escalables para abordar el dolor crónico en estas personas. Por ello, es fundamental desarrollar estrategias que puedan ayudar a mejorar su calidad de vida y que faciliten su tratamiento. El equipo investigador señala que la atención integral es clave para abordar tanto el VIH como el dolor crónico de manera efectiva.

El programa “Skills To Manage Pain” o STOMP (que significa “habilidades para manejar el dolor”) ha sido diseñado específicamente para personas con el VIH con dolor y se compara con un control de atención habitual mejorada. Esta intervención tiene una duración de 12 semanas y se basa en investigaciones previas sobre la autogestión del dolor en personas con el VIH, así como en un meticuloso mapeo de intervenciones. STOMP se compone de tres acciones principales combinadas: sesiones grupales, sesiones individuales de autogestión del dolor y la coparticipación de pares. A través de estas acciones se busca empoderar a los participantes para que manejen su dolor de manera más efectiva y mejoren su calidad de vida. Este enfoque integral pretende ofrecer un apoyo valioso para quienes enfrentan el desafío del dolor crónico.

El estudio incluyó a 278 adultos con el VIH que fueron atendidos en la Universidad de Alabama en Birmingham y en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, que habían experimentado dolor crónico durante tres meses o más. El 55% eran hombres, más del 80% eran afroamericanos y la media de edad era de aproximadamente 54 años. Al inicio del estudio, el 78% reportó dolor en múltiples áreas y casi una cuarta parte mencionó el uso prolongado de opioides.

El dolor de espalda, de rodilla o la neuropatía fueron los dolores crónicos referidos como más comunes. La puntuación media en el Cuestionario Breve de Dolor (BPI, de sus siglas en inglés; una herramienta que evalúa el dolor desde diferentes perspectivas, ofreciendo datos sobre cuán intenso es el dolor y cómo afecta a las actividades cotidianas de los pacientes) fue de 6,4 en una escala de 0 a 10, lo que indica un dolor de moderado a grave.

El estudio se llevó a cabo entre agosto de 2019 y septiembre de 2022, pero debido a la pandemia de COVID-19, la intervención se adaptó a un formato telefónico remoto en marzo de 2020. La asistencia fue bastante baja en general. De hecho, los participantes asistieron, en promedio, a solo 2,9 sesiones individuales y 2,4 sesiones grupales, y aproximadamente un cuarto no asistió a ninguna. A pesar de esto, el grupo STOMP mostró una reducción significativa del dolor inmediatamente después de la intervención, con una disminución promedio de 1,25 puntos en la escala BPI en comparación con el grupo de atención estándar.

Además, tres meses después el grupo STOMP mantuvo una mejora, con una reducción media de dolor de 0,62 puntos. La proporción de personas que experimentaron una mejora superior al 30% en sus puntuaciones de dolor fue mayor en el grupo de intervención (37% frente al 20%). Los participantes del grupo STOMP también reportaron mejoras significativas en la gravedad del dolor y en la capacidad funcional, así como en su calidad de vida y bienestar emocional.

Aunque el tratamiento actual más efectivo para el dolor crónico es multimodal, es común que a las personas con el VIH que lo padecen se les recete opioides, que a menudo no alivian el dolor si se usan de forma aislada. De hecho, se ha registrado una mayor prescripción de opioides a las personas con el VIH que al resto de población afectada. Además, el uso de opioides no está exento de riesgos, incluyendo la dependencia o la sobredosis, entre otros. Por lo tanto, resulta necesario considerar terapias no farmacológicas, ya que el balance entre beneficios y riesgos de los opioides suele ser más bien desfavorable en este contexto.

Las intervenciones conductuales comunes para el dolor crónico incluyen estrategias de autogestión del dolor (PSM, en sus siglas en inglés). La autogestión del dolor es un enfoque basado en la Teoría Cognitiva Social, que se centra en adquirir habilidades relacionadas con el dolor y establecer metas. Estas intervenciones se presentan como una forma efectiva y escalable para manejar el dolor crónico, especialmente para poblaciones vulnerables como las personas que viven con el VIH. Sin embargo, no basta con aplicar intervenciones existentes, ya que deben adaptarse a las circunstancias únicas de cada población.

Estas intervenciones deben abordarse considerando los condicionantes específicos que enfrentan las personas con el VIH, incluyendo su contexto biopsicosocial. En investigaciones futuras, según ha explicado el equipo investigador, se debería orientar los estudios hacia la implementación del programa STOMP, con el objetivo de comprender la mejor manera de aplicar dicha intervención conductual.

Fuente: POZ/Elaboración propia (gTt-VIH)

Referencias: Jones K, Long D, Bair M, et al. Efficacy of a Pain Self-Management Intervention Tailored to People With HIV: A Randomized Clinical Trial. JAMA Intern Med. 2024 Sep 1;184(9):1074-1082. doi: 10.1001/jamainternmed.2024.3071.

Jones K, Bair M, Orris S, et al. Evaluation of the efficacy and mechanisms of a novel intervention for chronic pain tailored to people with HIV: The STOMP protocol. Contemp Clin Trials. 2023 Jun;129:107163. doi: 10.1016/j.cct.2023.107163.

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