Un estudio estadounidense propone actualizar en la práctica médica el respeto hacia personas especialmente vulnerables en las consultas del VIH

Optimizar el trato de los profesionales sanitarios hacia estas poblaciones favorecerá la interacción con el equipo médico, la retención en la atención y permitirá alcanzar mejores resultados en salud

Jordi Piqué
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En la formación médica se debería proporcionar conocimientos más amplios de los tradicionales que permitan ofrecer una atención respetuosa hacia personas especialmente vulnerables y a menudo en situación de marginalidad como las mujeres con el VIH de raza negra y latinas de entornos con bajos ingresos. Más allá de respetar la autonomía de estas mujeres, los profesionales de la salud no deben descuidar otras formas de mostrar respeto, como tratarlas como personas, sin prejuicios, con profesionalidad y disponibilidad. Estos son los principales hallazgos de un estudio estadounidense cuyos resultados se han publicado en la revista BMC Medical Ethics.

Una parte fundamental de la formación médica incluye tratar a los y las pacientes de forma respetuosa. Sin embargo, este aspecto normalmente se concentra en el respeto a la autonomía del o de la paciente (consentimiento informado, respeto a sus decisiones y a su honestidad), mientras que otros elementos que conforman una atención basada en el respeto pueden quedar minimizados. Descuidar esas otras formas de mostrarse respetuoso puede repercutir especialmente en la atención que reciben las mujeres de raza negra en las clínicas del VIH.

En particular, es posible que los profesionales sanitarios no comprendan del todo cómo perciben el respeto en el entorno clínico las mujeres que se enfrentan a múltiples situaciones de vulnerabilidad y marginalidad. Adquirir una mejor comprensión sobre las diversas formas en que las mujeres con el VIH se sienten respetadas por los médicos puede mejorar las interacciones con estos profesionales, la retención en la atención y los resultados sanitarios en general.

Con el objetivo de analizar las perspectivas de un grupo multicultural y étnicamente diverso de mujeres con el VIH de bajos ingresos acerca de su experiencia de respeto por parte de sus médicos/as, un equipo de investigadores de la Universidad Internacional de Florida y otros centros educativos de EE UU realizó un estudio cualitativo en forma de entrevistas semiestructuradas de una muestra de mujeres de bajos ingresos racial y étnicamente diversas que reciben atención del VIH en el Programa Ryan White (RWP) en el condado de Miami-Dade, Florida.

Entre septiembre de 2019 y marzo de 2020 se realizaron las entrevistas semiestructuradas y en profundidad, que forman parte de un estudio más amplio que tuvo como objetivo explorar las prácticas centradas en las mujeres que facilitan la retención en la atención y la adherencia a la medicación entre mujeres con el VIH. Las entrevistas, realizadas por seis entrevistadores/as, duraron aproximadamente una hora y se realizaron en inglés, español o criollo haitiano, dependiendo de la preferencia lingüística de las participantes.

Para el estudio, los investigadores se centraron en el análisis de un subgrupo de entrevistas en el que se formuló explícitamente una pregunta en particular: “¿En qué ocasiones ha sentido que su médico/a y enfermera la ha tratado con respeto?”. Se analizaron 57 respuestas de las participantes a la pregunta de un total de 74 revisadas.

La mayor parte de mujeres se identificaron racialmente como negras (67,7%), lo que incluye a participantes de diferentes orígenes étnicos: afroamericanas (n= 28), latinas (n= 22) y haitianas (n= 7). El rango de edad resultó muy variado: 18 a 35 años (7%), 36 a 49 años (28%), 50 a 59 años (39%) y más de 60 años (26%). La mayoría (38%) vivía en Miami desde hacía más de 20 años.

Se pidió a las participantes que describieran los casos en que recibieron un trato respetuoso por parte de su médico/a o enfermera. Las diferentes formas de describir el respeto se podrían englobar en dos grandes áreas: una que hace referencia al modo en que los profesionales sanitarios se dirigen a sus pacientes (tratar como una persona, tratar como un igual, tratar sin culpabilizar y sin prejuicios y tratar con interés y/o apoyo emocional) y la otra a la profesionalidad médica (disponibilidad del médico y consideración de la intimidad de las pacientes).

Las participantes describieron el hecho de ser tratadas como personas como un componente fundamental del respeto por parte del equipo médico. Esto se definió como ser “algo más que una paciente” o “alguien con una enfermedad”. Las entrevistadas valoraron que el profesional médico les preguntara por su vida personal y que las conocieran.

Otro tema fundamental se centró en la idea de recibir un trato como iguales como señal de respeto. Sentir que estaban “juntas en esto” con su equipo médico era una señal de que se les trataba con igualdad y respeto. Las participantes querían recibir un trato como colaboradoras y tener la sensación de compartir la toma de decisiones. También apreciaron a los médicos que las animaban a hacer preguntas y que se tomaban el tiempo necesario para explicarles los procedimientos médicos y los resultados.

El hecho de ser tratadas sin culpa ni prejuicios constituyó otro aspecto importante en la descripción de respeto por parte de las participantes. Así, valoraron que el profesional sanitario evitara avergonzarlas o hacerlas sentir culpables y que actuara sin prejuicios o evitando cualquier tipo de estigmatización hacia ellas. La conexión humana y las fuertes acciones interpersonales fueron signos claros de que se trataba a las participantes con atención y esmero.

Otro aspecto clave en la caracterización del respeto consistió en que las pacientes sintieran que eran tratadas con interés y apoyo emocional. El hecho de que los profesionales sanitarios reconocieran, consolaran y reconfortaran a las pacientes en momentos de angustia se consideró una señal de que las trataban con preocupación y les proporcionaban apoyo emocional, lo que era clave para mostrar respeto.

También eran importantes los procedimientos organizativos y la forma de ofrecer atención por parte del equipo médico (profesionalidad médica). Los profesionales sanitarios demostraron respeto mostrándose disponibles y accesibles. Las medidas para mantener la intimidad hicieron que las mujeres se sintieran respetadas.

Los resultados del estudio confirman aspectos previamente identificados en relación con las experiencias de respeto en el trato a las pacientes, a la vez que amplían la comprensión del respeto para incluir aspectos adicionales relacionados con la prestación de cuidados y las relaciones interpersonales entre un grupo diverso de mujeres con el VIH.

El hecho de que las pacientes reciban atención sin que se sientan culpables, sin prejuicios y con interés y apoyo emocional por parte de los profesionales médicos puede ser particularmente importante para la población de este estudio, es decir mujeres de raza negra y latinas con el VIH con bajos ingresos, así como otras poblaciones, que experimentan niveles agravados de estigma y discriminación, tanto internalizados como externalizados. Mostrar interés y empatía y proporcionar apoyo emocional podría ser una forma de contrarrestar las consecuencias psicosociales negativas que se derivan de la estigmatización y la discriminación y que agravan aún más las disparidades en los resultados de la atención sanitaria.

Sin embargo, varias limitaciones de este estudio pueden influir en la mayor relevancia de los resultados para las mujeres con el VIH y bajos ingresos, como el hecho de que todas las participantes fueron seleccionadas en un mismo lugar, que tenían que llevar al menos seis meses registradas en la clínica, que no a todas (en el estudio general) se les pidió que compartieran sus experiencias de respeto en un entorno sanitario (aunque a la mayoría sí), y que no está claro cómo el equipo de investigadores eligió a quién se le hizo esta pregunta.

Como conclusión, los autores afirman que los hallazgos de su estudio ofrecen una comprensión más sólida de cómo puede actualizarse en la práctica el respeto por las personas que reciben atención en las consultas del VIH. Si esto se incorpora a la educación médica, estas áreas de formación pueden aumentar las experiencias de atención médica respetuosa y servir potencialmente para influir en los determinantes sociales y estructurales persistentes y conocidos de la salud a través de las interacciones de los profesionales sanitarios y la prestación de atención sanitaria.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia:
Fernandez S et al. How patients experience respect in healthcare: findings from a qualitative study among multicultural women living with HIV. BMC Medical Ethics, 25 (39), 2024 (open access). DOI: 10.1186/s12910-024-01015-1

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