Pérdida de masa muscular y aumento de la obesidad abdominal en hombres menores de 50 años con el VIH

Estos efectos pueden minimizarse o revertirse con un consumo adecuado de proteínas y la combinación de ejercicio físico de fuerza y de resistencia

Francesc Martínez
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Hasta el 10% de los hombres con el VIH menores de 50 años presentarían pérdida de masa muscular asociada a obesidad abdominal, según un estudio italiano publicado en Journal of Endocrinological Investigation. El estudio también ha observado una pérdida preocupante de densidad mineral ósea (DMO) en dicho grupo poblacional. Una posible explicación podría ser un desequilibrio entre las hormonas sexuales testosterona y estradiol.

La pérdida de masa muscular –también conocida como sarcopenia– es un problema de salud asociado al envejecimiento en la población general. Su frecuencia es mayor en personas con el VIH, a pesar de las mejoras en el tratamiento de la infección por el VIH. Recuperar y mantener la masa muscular es un reto mayor en esta población que entre las seronegativas de edades similares, especialmente en el contexto del envejecimiento (véase La Noticia del Día 24/10/2019). En el caso de los hombres adultos con el VIH la pérdida de masa muscular tiene lugar a edades más tempranas que en la población sin el VIH.

Para arrojar un poco más de luz a este asunto, un equipo de investigadores italiano puso en marcha un estudio transversal con el fin de investigar la relación entre los niveles de hormonas sexuales y la composición corporal en adultos con el VIH. Para ello contó con la participación de 307 hombres con el VIH menores de 50 años. Los participantes tenían una mediana de la edad de 47 años y llevaban viviendo con el VIH una mediana de 16 años.

El análisis de la composición corporal se hizo según dos escalas: el índice de masa magra apendicular dividido entre la altura al cuadrado (ALMI, en sus siglas en inglés) y la escala ALM/W (siglas en inglés de masa magra dividida entre el peso).

El 34% de los participantes tenían sarcopenia según la escala ALMI, mientras que dicha condición fue hallada en el 14% de los participantes según ALM/W.

Los hombres con sarcopenia diagnosticados con ALMI presentaban un menor índice de masa corporal (IMC) en todas las mediciones excepto en el punto de medición lumbar. En el caso de los diagnosticados de sarcopenia con ALM/W, estos tenían un mayor IMC que aquellos sin sarcopenia y una DMO similar al resto de la cohorte.

En todo caso, los diagnósticos de sarcopenia –independientemente de la escala utilizada– se asociaron a menores niveles de testosterona libre y de testosterona total. Además, en los hombres diagnosticados de sarcopenia con la escala ALMI, el cociente estradiol/testosterona fue significativamente menor al observado en los no diagnosticados de sarcopenia.

A pesar de las diferencias observadas en la prevalencia según los dos métodos utilizados, ambos coincidieron en una cosa: la prevalencia de obesidad sarcopénica (combinación de obesidad con pérdida significativa de masa muscular) fue del 11% con la escala ALMI y del 12% con la escala ALM/W.

En el estudio se definió obesidad como un porcentaje de grasa corporal del 26% o superior. Si se da en personas con un IMC inferior a 30 Kg/m2 se llama obesidad oculta y si se da en personas con un IMC superior a 30 Kg/m2 se llama obesidad visible. El porcentaje mayoritario de los participantes con obesidad se situó en el grupo con obesidad oculta.

El análisis multivariable halló que la obesidad sarcopénica se asoció significativamente a niveles bajos de estradiol, a niveles bajos de testosterona libre y a un mayor tiempo tras el diagnóstico de la infección por el VIH.

En la población general, la obesidad sarcopénica se asocia a un mayor riesgo de enfermedad grave o fallecimiento en la población general, así como a una mayor fragilidad y riesgo de caídas y fracturas.

Los resultados del presente estudio ponen sobre la mesa una posible relación entre desequilibrios en las hormonas sexuales y la pérdida de masa muscular o la obesidad sarcopénica en hombres con el VIH. Será importante seguir investigando este asunto, ya que las aproximaciones actuales basadas en la suplementación con testosterona podrían ser insuficientes para el manejo de esta condición -ya que estarían obviando la otra hormona implicada: el estradiol-.

En todo caso, un consumo adecuado de proteínas y la combinación de ejercicio físico de fuerza y de resistencia son cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a manejar la sarcopenia y a revertir sus efectos.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).

Referencia: De Vicentis S et al. Sarcopenic obesity and reduced BMD in young men living with HIV; body composition and sex steroids interplay. Journal of Endocrinological Investigation, published online 20 April 2024.

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