Una inmunoterapia logra buenos resultados en personas con cáncer anal

Se trata de una afección mucho más frecuente en personas con el VIH que en la población general

Francesc Martínez
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Un estudio presentado en el recientemente celebrado Simposio sobre Cánceres Gastrointestinales, organizado por la Sociedad de Oncología Clínica de EE UU, ha concluido que el fármaco inmunoterápico pembrolizumab (Keytruda®) lograría aumentar la supervivencia en personas con cáncer anal no operable o metastásico. Su perfil de efectos adversos sería mucho más tolerable que el de otras terapias antitumorales tales como la quimio o la radioterapia.

El cáncer anal presenta una prevalencia más elevada en personas con el VIH que en la población general. Ello se debe a que tiene un origen vírico (concretamente el virus del papiloma humano [VPH]), que se aprovecha de la inmunosupresión asociada al VIH para progresar más rápidamente. Además, por compartir vías de transmisión, es lógico que las personas que ya han adquirido un virus tengan más probabilidad de adquirir el otro.

El tratamiento estándar para el cáncer anal localizado es una combinación de quimioterapia y radioterapia. Los fármacos utilizados en la quimioterapia son 5-fluorouracilo (5-FU), capecitabina, mitomicina y cisplatino. El problema radica en que, además de los notables efectos adversos que conllevan, estos fármacos tendrían menor eficacia y mayor toxicidad en personas con el VIH que en la población general ( véase La Noticia del Día 08/05/2019 ).

Cuando el cáncer anal progresa de localizado a metastásico la eficacia de las opciones de tratamiento disponibles se va reduciendo, por lo que es imprescindible el desarrollo de nuevas terapias para estadios avanzados de la enfermedad, idealmente con un perfil de efectos secundarios más favorable que la quimio y la radioterapia, pues se trata de personas, en muchos casos, con un estado de salud muy deteriorado.

En este contexto es en el que ha entrado la investigación de pembrolizumab, un anticuerpo monoclonal, perteneciente a los fármacos conocidos como inhibidores del punto de control inmunitario (frecuentemente referidos utilizando la expresión inglesa checkpoint inhibitors), una familia de fármacos de reciente desarrollo que se han mostrado especialmente beneficiosas en personas con el VIH y cáncer (véase La Noticia del Día 13/02/2019 ). Concretamente, pembrolizumab se une al receptor PD-1 (muerte celular programada 1, en sus siglas en inglés, un receptor que al activarse inhibe la respuesta inmunitaria) y bloquea su actividad. Se da la circunstancia que algunas células tumorales activan el receptor PD-1, lo que reduce la respuesta inmunitaria frente a ellas y les permite reproducirse. Por ello, la inhibición de dicho receptor es uno de los objetivos de las nuevas terapias contra el cáncer tales como pembrolizumab.

El estudio presentado en el simposio, conocido bajo el nombre de KEYNOTE-158, de un único brazo –sin grupo control- evalúa la seguridad y la eficacia de pembrolizumab en diversos tipos de tumores sólidos. Concretamente se presentaron los resultados de la cohorte de 112 participantes con cáncer anal metastásico. Más del 90% tenían el cáncer ampliamente extendido por su organismo.

Algo más del 80% de los participantes eran mujeres y la mediana de la edad era de 61 años. Dos tercios tenían tumores PD-L1 positivos, es decir, que tenían altos niveles del ligando 1 del receptor PD-1 y presentaban –en teoría- probabilidad de responder al tratamiento. Todas las personas participantes habían recibido, al menos, un tratamiento previo contra el cáncer anal y el 40% habían probado 3 o más tratamientos diferentes. Más del 90% habían recibido radioterapia.

Todos los participantes recibieron pembrolizumab por infusión venosa cada tres semanas hasta completar 35 ciclos o hasta experimentar progresión de la enfermedad o efectos adversos no tolerables.

Tras un periodo de seguimiento de 12 meses, la tasa de respuesta global fue del 10,8%. El 5,4% de los participantes experimentaron remisión completa y el 5,4% presentaron una reducción parcial del tamaño del tumor . Un 15,2% presentaron enfermedad estable y dos tercios experimentaron la progresión del cáncer .

Al analizar los resultados de los participantes con tumores PD-L1 positivos, la tasa de respuesta global fue del 14,7%, la de respuesta completa fue del 8%, la de respuesta parcial del 6,7% y el 14,7% de estas personas presentaron enfermedad estable. Solo una persona del grupo con tumores PD-L1 negativos logró algún tipo de respuesta (concretamente parcial), lo que supuso una tasa de respuesta global del 3,3% .

Aunque las tasas de respuesta globales fueron bajas, quienes respondieron al tratamiento presentaron una respuesta duradera (más del 90% aún seguían respondiendo al tratamiento dos años después de iniciarlo) .

La mediana del tiempo hasta la progresión fue de dos meses y la mediana de la supervivencia global fue de 11,9 meses. Solo el 25% de los participantes seguían vivos a los dos años de iniciar el estudio, lo que indica la alta agresividad del cáncer anal metastásico .

Aunque el tratamiento fue, en general, seguro, los efectos adversos fueron frecuentes (el 60,7% de los participantes los experimentaron, el 17,9% de tipo grave) . Los principales efectos adversos fueron fatiga, diarrea, náuseas e hipotiroidismo.

El estudio detectó que la potenciación inmunitaria producida por pembrolizumab también conllevaba daños a tejidos sanos –algo que se deberá ir evaluando en este y otros fármacos de su familia-. Los órganos más afectados fueron los pulmones y la glándula tiroides .

Los resultados del presente estudio abren una nueva puerta para el tratamiento del cáncer anal: el uso de terapias dirigidas a potenciar al sistema inmunitario. Aún a falta de perfeccionar estas terapias para lograr una mayor potencia, el presente estudio supone una prueba de concepto que puede suponer la llegada –a medio plazo- de opciones de tratamiento mucho más seguras y efectivas que las disponibles actualmente.

Fuente: POZ / Elaboración propia (gTt).

Referencia: Marabelle A, et al. Pembrolizumab for advanced anal squamous cell carcinoma (ASCC): Results from the multicohort, phase II KEYNOTE-158 study. 2020 Gastrointestinal Cancers Symposium. J Clin Oncol 38, 2020 (suppl 4; abstr 1).

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