Los controladores de élite del VIH presentan mejor respuesta inmunitaria a la vacuna del virus de la hepatitis B

Según los resultados de un estudio, la respuesta a la vacunación actuaría como indicador de la progresión de la infección por VIH y del riesgo de fallecimiento

Jesús Damieta
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Es conocida hace tiempo la existencia de los llamados controladores de élite: personas que, tras la infección por VIH, mantienen niveles bajos o indetectables de carga viral sin necesidad de tratamiento antirretroviral (véase La Noticia del Día 05/03/2010). Pero, además de este control natural sobre la carga viral, según un estudio publicado en la revista PLoS ONE, estas personas conseguirían más fácilmente una respuesta inmunitaria apropiada al ser vacunados frente al virus de la hepatitis B (VHB) y presentarían mayor esperanza de vida.

Dada la coincidencia entre varios de los mecanismos de trasmisión, muchas personas con VIH son susceptibles de infectarse por el VHB. Con el discurrir del tiempo (años o, incluso, décadas), la infección por VHB puede agravarse produciendo enfermedades hepáticas, entre las que se incluyen la cirrosis o el cáncer de hígado. Desde la implantación de la Terapia Antirretroviral de Gran Actividad (TARGA), que ha aumentado espectacularmente la esperanza de vida de las personas infectadas por VIH, la enfermedad hepática asociada al VHB o al virus de la hepatitis C (VHC) se ha convertido en una de las principales causas de fallecimiento de aquellas personas infectadas por VIH.

Entre las pruebas iniciales en la atención de los pacientes con el VIH se recomienda la vacunación contra el VHB. No obstante, se ha comprobado que en estos pacientes la respuesta inmunitaria frente a esta vacunación es comparativamente menor y que, en el caso de inmunodeficiencias graves, puede ser insuficiente para producir un efecto protector adecuado. La respuesta de la vacuna contra el VHB entre la pequeña proporción de personas con VIH que pueden controlar el virus sin tratamiento no ha sido suficientemente estudiada.

Un equipo de investigación de la Universidad de Ciencias de la Salud de los Servicios Uniformados (EE UU), liderado por Jason Okulicz, realizó un estudio sobre la respuesta a la vacunación frente al VHB en participantes con infección por VIH procedentes de una cohorte del ejercito de EE UU, teniéndose en cuenta las variables de buen o mal control del virus y la toma o no de terapia antirretroviral.

El análisis de respuesta a la vacuna se realizó sobre 44 controladores del VIH. De ellos, dos eran controladores de élite, con tres o más resultados de carga viral indetectable en los últimos doce meses sin haber estado expuestos a terapia antirretroviral; y 42 eran controladores virémicos, con al menos tres cargas virales por debajo de 2.000 copias/mL sin estar tomando antirretrovirales. El estudio también incluyó a 476 no controladores que aún no habían iniciado el tratamiento en el momento de recibir la vacuna contra el VHB y a 284 no controladores que estaban tomando antirretrovirales en condiciones de supresión virológica en el momento de su vacunación.

Dado que la falta de respuesta a la vacuna del VHB se ha asociado con una mayor progresión de la infección por VIH en aquellas personas con recuentos bajos de CD4, el equipo de investigación analizó la relación existente entre la respuesta a la vacunación y el riesgo de progresión a SIDA o de fallecimiento. Esta relación se estudió sobre un grupo mayor de 143 controladores y 1.566 no controladores de los que constaba un resultado positivo previo de un análisis de anticuerpos de superficie del VHB (HBsAb, en sus siglas en inglés), con independencia del momento de vacunación. El criterio para considerar la existencia de una respuesta valida a la vacunación fue la presencia de niveles de HBsAB iguales o superiores a 10UI/L tras la última dosis de la vacuna.

Como es habitual en los estudios militares, la mayoría de los participantes fueron varones de diversas etnias. La edad mediana en el momento del diagnóstico de la infección por VIH fue de aproximadamente 28 años. En el momento del diagnóstico de la infección por VIH el recuento mediano de CD4 fue de 614 células/mm3 entre controladores, de 510 células/mm3 entre no controladores sin antirretrovirales y de 363 células/mm3 entre no controladores con tratamiento antirretroviral. En el momento de la última dosis de la vacuna contra el VHB estos valores fueron, respectivamente de 617, 425 y 524 células/mm3. Del total de participantes, aproximadamente la mitad habían recibido solo una o dos dosis de la vacuna, mientras que la otra mitad habría completado la pauta de tres vacunaciones.

Los resultados muestran que los controladores naturales mostraron mayores posibilidades de responder a la vacunación en comparación con los no controladores que no estuvieran tomando antirretrovirales (probabilidad de respuesta a la vacunación del 66% y del 37%, respectivamente). No obstante, la respuesta a la vacunación entre controladores y no controladores que tomaban antirretrovirales fue similar (66% y 60%, una diferencia no significativa).

Los controladores también mostraron mejor respuesta que los no controladores sin tratamiento antirretroviral con carga viral menor a las 10.000 copias/mm3, pero el tamaño de la muestra resultó demasiado pequeño para sacar conclusiones.

Entre el subgrupo de participantes que sólo habían recibido una dosis de la vacuna contra el VHB, los controladores presentaron mucha mejor respuesta que los no controladores que no tomaban antirretrovirales y que los controladores que sí los tomaban, con porcentajes de respuesta del 77%, 29% y 34%, respectivamente.

Los factores con mayor peso para lograr respuesta a la vacunación en los controladores, en comparación con los no controladores sin tratamiento antirretroviral fueron: la propia condición de controlador (cociente de probabilidad [CP]: 2,65), mayor recuento de CD4 en el momento de la última dosis de la vacuna (CR: 1,28 por cada 100 células/mm3 adicionales), y haber recibido las 3 dosis de la vacuna (CR: 0,56, o escasa probabilidad de respuesta)

El único factor significativo para explicar la respuesta a la vacunación de los controladores en relación con no controladores con tratamiento antirretroviral fue el recuento de CD4 en el momento de la última dosis vacunal (CP: 1,23 por cada 100 células/mm3 adicionales). La condición de controlador no resultó relevante.

En el segundo análisis, los porcentajes de respuesta a la vacunación fueron del 79% para controladores (82% para controladores de élite y 79% para controladores virémicos), en comparación con el 62% de los no controladores, incluyendo los que estaban tomando tratamiento antirretroviral y los que no.

En el grupo de los controladores sólo hubo un caso de diagnóstico de sida y ningún fallecimiento, mientras que en el caso de los no controladores hubo 165 de diagnóstico de SIDA o fallecimientos.
En el grupo de no controladores se dio una mayor proporción de eventos adversos entre aquellos participantes que no respondieron a la vacunación que entre aquellos que sí (19% y 6%, respectivamente).

Entre los participantes con buena respuesta a la vacunación, la tasa de sida o fallecimiento fue de 0,14 por 100 persona-años para los controladores, en comparación con 0,98 persona-años entre los no controladores. Entre los pacientes sin respuesta a la vacunación, las tasas correspondientes de sida o fallecimiento fueron de 0 por 100 persona-años para controladores y 4,11 por 100 persona-años para no controladores.

El momento en que se diagnosticó sida o se produjo el fallecimiento fue significativamente posterior entre los controladores que entre los no controladores, con independencia de su respuesta a la vacunación.

Según las conclusiones del estudio, los controladores del VIH tienen mejor respuesta a la vacunación que los no controladores sin tratamiento antirretroviral, pero similar a la de aquellos que están tomando TARGA con cargas virales muy bajas. Asimismo, la respuesta a la vacunación es un buen predictor del riesgo de progresión a sida o de fallecimiento, fenómenos que se dan muy raramente en el caso de los controladores.

Dado que se asocia el hecho de ser controlador con características inmunitarias favorables, este superior funcionamiento del sistema inmunitario puede tener importancia en los mejores niveles de seroconversión tras la vacunación observados en este grupo. Se sabe que la infección por VIH no debidamente tratada con TARGAproduce defectos en las células B, y la ausencia de respuesta a la vacuna del VHB podría deberse a la incapacidad de las CD4+y las células T de activar a las células B. El hecho de que las personas que toman TARGA con cargas virales casi nulas se encuentren en un punto intermedio entre los no controladores y los controladores podría explicarse en parte porque la terapia antirretroviral palía parcialmente los defectos de las células T y B.

En resumen, una respuesta positiva a la vacuna del VHB es importante para toda persona con infección por VIH de cara a prevenir el desarrollo de enfermedades hepáticas a consecuencia de la infección por VHB, y puede ser importante de cara a pronosticar la progresión de la infección por VIH.

Fuente: HIVandHepatitis / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Okulicz JF, Mesner O, Ganesan A, et al. Hepatitis B Vaccine Responsiveness and Clinical Outcomes in HIV Controllers. PLoS ONE. 9(8):e105591. August 21, 2014.
 

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