Elevada incidencia de hepatitis sifilítica en personas con VIH

El riesgo de padecerla aumenta cuanto más tiempo se lleva viviendo con VIH

Francesc Martínez
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La coinfección por sífilis y VIH es relativamente común, puesto que ambas afecciones se pueden transmitir por vía sexual, en particular entre hombres que practican sexo con hombres (HSH).

Debido a los problemas inmunitarios generados a causa de la infección por VIH, la coinfección por los treponemas (bacterias de la especie Treponema pallidum, agentes causales de la sífilis) es más virulenta de lo normal. La diseminación de éstos ocurre con mayor rapidez que en personas sin VIH; además, los médicos han descrito casos de neurosífilis [que, cuando se trata de monoinfección, sólo tiene lugar en estadios finales de la enfermedad si no ha sido tratada] en fases tempranas de la infección. Otro aspecto perjudicial de la coinfección es que la sífilis puede dañar el sistema inmunitario y reducir los recuentos de CD4.

Basándose en el hallazgo de dos casos de personas con VIH y sífilis que evolucionó a hepatitis sifilítica -muy poco común en personas no coinfectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana-, un equipo de investigadores de San Diego (EE UU) realizó un estudio retrospectivo de todos aquellos pacientes con sífilis y VIH que habían sido atendidos en la Clínica Naval de San Diego.

El primero de los dos casos era el de un hombre de 39 años en terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) desde 2001, con un recuento de CD4 de unas 400 células/mm3 y carga viral indetectable. Los síntomas iniciales eran inespecíficos. La exploración física halló una inflamación de los nódulos linfáticos y los tests de laboratorio, niveles muy elevados de las transaminasas. Al descartar las diferentes hepatitis víricas, los investigadores sospecharon que se trataba de sífilis y la prueba diagnóstica lo confirmó. Tras el tratamiento con penicilina G benzatina, se consiguió eliminar la infección.

El segundo caso era el de un paciente de 25 años, con un recuento de CD4 de 446 células/mm3 y una carga viral de 12.000 copias/mL. No estaba tomando TARGA y se presentó con diarrea, dolor abdominal y otros problemas intestinales. Al principio, se creyó que se trataba de alguna infección bacteriana inespecífica, por lo que le fueron administrados antibióticos de amplio espectro, pero a las tres semanas el paciente volvió a acudir al centro médico con dolor ocular y visión reducida. En esta ocasión, presentaba una inflamación de los nódulos linfáticos y una úlcera genital, además de elevaciones en las transaminasas. Al descartar hepatitis víricas, el diagnóstico se dirigió hacia la sífilis. El tratamiento con penicilina y gotas oculares antiinflamatorias consiguió eliminar la infección y restablecer la visión.

El estudio incluyó datos de las personas atendidas en la clínica durante febrero de 2008. De los 600 hombres con VIH atendidos, treinta y tres padecían sífilis (6%). De éstos, doce (38%) tenían, además, hepatitis sifilítica. Ninguna de las personas mostraba factores de riesgo de sufrir elevaciones en las transaminasas [fármacos hepatotóxicos, uso de alcohol, etc.].

El perfil promedio obtenido a partir de los 12 hombres con hepatitis sifilítica incluía una edad de 37 años, una duración de la infección de 10 años y un recuento de CD4 de 340 células/mm3. El 75% de los hombres tomaba TARGA y el 42% tenía carga viral indetectable. De los 12 casos, en 11 se trataba de sífilis secundaria y en uno ésta estaba en su estadio inicial. En todos los casos se eliminó la infección tras el tratamiento con penicilina. Al comparar aquellos hombres con VIH y sífilis que desarrollaron la hepatitis con los que no, se halló que la duración media de la infección por VIH era de diez años en los primeros y de cuatro en los segundos.

De acuerdo con los resultados del estudio, se deduce que la hepatitis sifilítica, bastante poco común antes de la extensión de la infección por VIH, presenta tasas relativamente altas cuando existe la coinfección por sífilis. Elevaciones de las enzimas hepáticas en personas con VIH en ausencia de otras posibles causas podrían tener a la sífilis como agente causal.

Ahora, sería necesario realizar ensayos controlados con un mayor número de pacientes para confirmar los hallazgos proporcionados por este ensayo, ya que el reducido número de pacientes podría afectar a la representatividad de los resultados.

Mantener prácticas sexuales más seguras es una buena herramienta para prevenir la transmisión de la sífilis. Por ejemplo, el uso de condones de látex se ha mostrado muy eficaz a la hora de evitar dicha transmisión y la de otras infecciones de trasmisión sexual como clamidia, gonococia o tricomonas.

Fuente: Catie.ca.

Referencia: Crum-Cianflone N, Weekes J, Bavaro M. Syphilitic hepatitis among HIV-infected patients. International Journal of STD and AIDS. 2009 (Apr); 20(4): 278-284.

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