Microbicidas rectales para hombres y mujeres

Se necesitan 35 millones de dólares anuales de inversión

Marion Zibelli
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En números absolutos, más mujeres heterosexuales experimentarán un contacto sexual anal en algún momento de su vida que hombres que practican sexo con hombres. Además, varios estudios muestran que más del 30% de la población heterosexual de muchas culturas practican el sexo anal. Pero más allá de ello, y todas las personas tienen el derecho a protegerse contra el VIH y a disponer de más alternativas preventivas cualesquiera que sean sus prácticas sexuales.

En números absolutos, más mujeres heterosexuales experimentarán un contacto sexual anal en algún momento de su vida que hombres que practican sexo con hombres. Además, varios estudios muestran que más del 30% de la población heterosexual de muchas culturas practican el sexo anal. Pero más allá de ello, y todas las personas tienen el derecho a protegerse contra el VIH y a disponer de más alternativas preventivas cualesquiera que sean sus prácticas sexuales.

En estas premisas se basa el Grupo Internacional de Trabajo sobre Microbicidas Rectales (IRMWG, en sus siglas en inglés) para defender que es necesario desarrollar también microbicidas rectales para prevenir la transmisión del VIH durante el acto de sexo anal entre un hombre y una mujer o bien dos hombres. El riesgo de adquirir el VIH es más elevado durante un contacto por vía rectal no protegido. Estos productos se conocerían bajo el nombre de microbicidas rectales y al igual que los que se están desarrollando para su uso vaginal consistirían en cremas, geles, u otras formas, que se aplicarían -en este caso en el recto- para impedir que ocurra la infección por VIH u otras infecciones de transmisión sexual.

Este grupo compuesto por más de 180 hombres y mujeres de 24 países repartidos en los 5 continentes hace un repaso de este campo de investigación en un informe que acaba de publicar y de presentar en la última conferencia sobre microbicidas que tuvo lugar la semana pasada en Ciudad del Cabo, Suráfrica. El documento, el primero de estas características sobre los microbicidas rectales, es un análisis de las necesidades en investigación e inversiones para avanzar en la búsqueda de microbicidas rectales seguros y eficaces.

Sus autores recuerdan que desarrollar este tipo de productos presenta nuevos desafíos científicos puesto que, mientras que la investigación de microbicidas vaginales ha permitido aprender más sobre la vagina y cómo ocurre la infección en esta zona, todavía quedan muchos interrogantes sobre qué pasa en el recto. Lo que sí se sabe es que los tejidos del recto son más frágiles y que seguramente se requerirá un producto que pueda cubrir un área más extensa, pues según un estudio presentado en 2004 en la misma conferencia, el semen es capaz de viajar hasta casi un metro dentro del colón. Por ello, los autores del informe recomiendan que se efectúen estudios preclínicos para intentar averiguar cómo superar estos obstáculos. También piden que se involucre a más investigadores y que se promueva más este campo dentro de la comunidad científica.

Pero los retos no son únicamente científicos y los fondos dedicados a este campo de investigación deberían aumentarse. Según el IRMWG, “los donantes de todos los sectores tienen que proporcionar un mínimo de 350 millones de dólares a lo largo de 10 a 15 años, con un promedio de 35 millones anuales, para que podamos desarrollar un programa integral de investigación de microbicidas rectales”. En la actualidad, cerca del 95% de las inversiones provienen del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) y de los Institutos Nacionales de la Salud de EE UU (NIH), mientras que el sector filantrópico contribuye en más del 2%. Hasta la fecha la contribución del sector privado se ha realizado a partir de donaciones, por ejemplo de compuestos o infraestructuras. La Unión Europea por su parte, aunque proporciona el 23% de los fondos internacionales para el desarrollo de microbicidas, no da apoyo económico al de los microbicidas rectales.

Finalmente, los autores del informe animan a los activistas del VIH a que se movilicen y promuevan “esfuerzos de vigilancia internacionales, nacionales y regionales para determinar el porcentaje de infecciones por VIH que se atribuye a una práctica sexual anal [no protegida] con el fin de evaluar de forma más eficaz la necesidad de un microbicida rectal”.

Fuente: Elaboración propia / Comunicado de prensa del IRMWG
Referencia: El comunicado y el informe están disponibles en inglés en http://www.aidschicago.org/prevention/lifelube.php

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